Siero, la capital asturiana del arte urbano que respondió con color en las calles a los días grises de encierro
La asociación polArte impulsa un movimiento respaldado por las obras que inundan las calles del concejo en los últimos años. Su gran cita, la SAUS, celebra su segunda edición del 22 al 28 de noviembre
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En Pola de Siero, el arte aparece donde menos se espera. Cualquier esquina que ayer estaba vacía puede amanecer hoy intervenida; alcantarillas que de repente transmiten mensajes, o una caja eléctrica que ahora cuenta una historia. Ese movimiento, espontáneo al principio y ahora absolutamente consolidado, tiene un motor: polArte. Se trata de una asociación cultural que nació en 2023 y que, en apenas dos años, ha logrado algo que parecía improbable para una pequeña villa en el centro de Asturias: poner a Siero en el mapa nacional del arte urbano.
El germen de esta explosión artística se remonta a finales de 2019, un momento extraño y decisivo que pronto se vería marcado por la pandemia. Mientras las calles se vaciaban, empezaron a aparecer obras anónimas en distintos puntos del concejo, intervenciones hechas por artistas locales que regalaban su trabajo sin encargo ni motivaciones ocultas. Una especie de respiración creativa en mitad de un tiempo suspendido.
No hace falta entrar en un museo
Con la intención de dar valor a este trabajo, promocionarlo y protegerlo, un grupo de sierenses vinculados al arte en diferentes formas —profesores de Historia del Arte, investigadoras, artistas y personas con inquietud cultural— se dieron cuenta de que aquello no era algo puntual, sino que se estaba transformando en todo un fenómeno. Y decidieron organizarse.
Arte urbano en Pola de Siero.
Así nació polArte, “con la idea clara de difundir, cuidar y dar valor al arte urbano que estaba emergiendo en Siero, al margen de instituciones y de circuitos tradicionales”, expone una de sus integrantes, Noelia Blanco. Su visión es democrática y directa y transmite un mensaje claro: “El arte también es patrimonio, también cuenta historias de un territorio y construye identidad. Y no hace falta entrar en un museo para acceder a él”, afirma Blanco.
La asociación funciona de forma completamente voluntaria. No hay sueldos, ni estructura profesional, ni financiación estable. Lo que sí hay son horas, ganas y vocación. Su trabajo abarca desde rutas guiadas, cada vez más demandadas por colegios y colectivos de toda Asturias, hasta labores de mediación entre artistas, comercios y Ayuntamiento cuando surge algún proyecto o necesidad concreta.
Dos mundos que pueden convivir
Les llaman para estudios universitarios, programas de televisión o iniciativas de divulgación. Así, Pola se ha convertido en referente. Cuando alguien quiere hablar de arte urbano en Asturias, acaba tarde o temprano en Siero.
Algunas de las obras que se pudieron ver el año pasado en SAUS.
El tejido creativo que ha surgido en el concejo es diverso. Hay murales pintados de forma clásica, stencil, paste up, intervenciones textiles hechas con lana, collages que aparecen de noche sin previo aviso… En Siero convive lo institucional —como las decoraciones en rotondas o los grandes murales encargados desde el Ayuntamiento— con lo espontáneo que emerge desde los artistas locales. Y polArte está justo ahí, entre los dos mundos, cuidando que ambas cosas puedan convivir y que los artistas locales no queden desplazados.
Mapa artístico y cambiante
La asociación ha insistido en que la escena local tenga su espacio, y hoy algunos de los nombres más habituales del arte urbano sierense han participado en proyectos públicos. El resultado es un mapa artístico vivo y cambiante, al que la ciudadanía ha aprendido a mirar con otros ojos. De hecho, vecinos y escolares no solo reconocen las obras, sino que también ayudan a protegerlas. Es habitual que sean los propios chavales quienes se encarguen de frenar actos vandálicos o de explicar a otros el valor de esas piezas que han ido creciendo con ellos.
Pero si hay un evento que ha terminado de consolidar todo este movimiento, es la SAUS —Semana del Arte Urbano de Siero—, cuya segunda edición se celebra este año del 22 al 28 de noviembre. Esta iniciativa de polArte es mucho más que una programación artística. Es un gran escaparate y una declaración de intenciones. Nació con el objetivo de aunar creación, divulgación, convivencia y comunidad, y lo consiguió desde su primera edición.
Un mural colectivo
La cita tiene su epicentro en la Plaza Cubierta, un espacio emblemático de La Pola inaugurado en 1931 y considerado una obra destacada de la arquitectura contemporánea asturiana. Fue concebida como un lugar de encuentro, y polArte la ha recuperado con ese mismo espíritu para convertirla en un punto de reunión donde el arte sea accesible para todo el mundo. Allí se instalan talleres, conferencias, exposiciones, mercados artísticos y encuentros con creadores.
El plato fuerte es el CAUS, el concurso de arte urbano que reúne a artistas de distintos puntos de España para intervenir un mural dividido en varios paneles. Junto a ellos participan también los referentes locales, lo que permite que visitantes, vecinos y aficionados convivan en un mismo proceso creativo. La exposición interior, que mezcla obra urbana con piezas en soporte más tradicional, sirve además como ventana al talento emergente de la zona.
Una asociación entregada
El evento incluye música, actividades familiares, rutas, pintura en directo, encuentros con artistas y un gesto simbólico que se ha convertido en firma propia: el encendido y apagado de “la llama del arte”, un guiño al pasado minero del concejo y al deseo de mantener viva esta escena creativa.
Visitantes en SAUS en una edición anterior.
Para polArte, el objetivo es ambicioso pero realista: convertir Siero en la capital asturiana del arte urbano. Y lo cierto es que el concejo tiene argumentos para aspirar a ello: una escena activa, un movimiento ciudadano consolidado, una asociación entregada y un evento que empieza a sonar más allá del Principado. Queda trabajo, pero la llama está encendida. Y, como dicen desde la asociación, quizá lo más bonito del arte urbano es precisamente eso: que aparece, crece y se comparte con la misma naturalidad con la que se respiran las calles. En Siero ya lo han entendido. Ahora solo falta que el resto del mundo se acerque a descubrirlo.