El feminismo convierte el 25N en una protesta contra el negacionismo de la violencia de género
En el Día Internacional contra la Violencia de Género las marchas que han recorrido decenas de ciudades han reivindicado más recursos para luchar contra el machismo y firmenza contra el negacionismo
Amables, divertidos, comprometidos: los maltratadores son hombres ‘normales’
Decenas de concentraciones y manifestaciones han recorrido pueblos y ciudades este 25N, Día Internacional contra la Violencia de Género, con un punto en común: clamar contra el machismo, reivindicar más recursos y rechazar con rotundidad el negacionismo de la violencia de género. Si bien las protestas han vuelto a dividirse en varias ciudades, como Madrid, Barcelona, Logroño, Palma de Mallorca o Badajoz, el día comenzaba con una noticia que el feminismo celebró con consenso: la propuesta de Teresa Peramato, con una consagrada carrera en la lucha contra la violencia machista, como nueva fiscal del estado.
Los actos y marchas recordaban a las mujeres asesinadas por hombres que eran sus parejas o exparejas, 38 en lo que va de año y 1.333 desde que empezó el recuento oficial en 2003. “Señor, señora, no sea indiferente: se matan mujeres en la cara de la gente”, gritaban cientos de asistentes a la marcha convocada por la Comisión 8M en Madrid. En la otra manifestación que recorría la capital, organizada por el Movimiento Feminista de Madrid y el Foro de Madrid contra las Violencias Machistas, las mujeres pedían poner nombre a la violencia: “No son muertes, son asesinatos”.
La manifestación feminista de este 25N convocada por la Comisión 8M de Madrid a su llegada a la plaza de Antón Martín.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, acudía primero a una marcha, después a la otra. “Le pedimos al PP que no intente nadar y guardar la ropa, que no quiera sorber y soplar en materia de violencia de género. O está con el Pacto de Estado contra la violencia de género y contra las violencias machistas o está con el negacionismo de Vox”, aseguraba la ministra durante la manifestación del Movimiento Feminista de Madrid. En esa convocatoria aparecían, como en los últimos años, varios diputados y diputadas del PP, como Jaime de los Santos.
Fue hace apenas cuatro años cuando las convocatorias comenzaron a ser dobles, tanto el 25N como el 8M. La aprobación de la ley trans, fundamentalmente, hizo que un sector del feminismo decidiera centrar su agenda en su oposición a la norma. Desde que el ministerio de Igualdad volvió a manos del PSOE, sin embargo, la marcha crítica con la ley trans suavizó sus eslóganes al respecto.
Alerta contra el negacionismo
“Contra la violencia machista y el negacionismo. ¡Basta de abandono institucional!”, ha sido el lema de la manifestación convocada por el Movimiento Feminista de Madrid y el Foro de Madrid contra las Violencias Machistas. Una de sus portavoces, Carmen Flores, alertaba de cómo el negacionismo de la violencia de género está afectando en algunos lugares a los recursos de atención a víctimas. “Nos preocupa que desde las instituciones se lance un mensaje negando la violencia de género, eso afecta a la concienciación social”, decía otra de ellas, Marta Cárdaba.
Sandra, una de las asistentes, acudía a la manifestación porque cree “en la movilización colectiva” para seguir luchando contra el machismo. “La violencia de género sigue muy presente y llevándose muchas vidas cada año. Estamos aquí para que nos oigan desde arriba ahora que hay mucha gente que la niega”, decía.
Numerosas mujeres jóvenes han acudido a la marcha organizada por la Comisión 8M en Madrid este 25N con pancartas contra la violencia machista.
La manifestación convocada por la Comisión 8M tenía como lema “todas y todes contra la violencia racista y patriarcal”. Poco antes de que diera comienzo, las convocantes han denunciado “la instrumentalización” que hace la extrema derecha de “la lucha contra la violencia machista” para “promover discursos racistas”, ha dicho la portavoz Daniela Lagos.
La protesta salía a la calle contra “los recortes y la externalización” de servicios públicos y ante la crisis de los cribados de cáncer de mama en Andalucía, que han calificado de “violencia institucional”. Piden la derogación de la Ley de Extranjería, que “condena a las personas migrantes” y denuncian que el 99% de los abortos en Madrid se hagan en centros privados concertados.
“Ni un paso atrás”
La Coordinadora 8M Moviment Feminista de Barcelona alertaba de la “absoluta impunidad” de la que gozan muchos agresores. Así lo expresaban varias integrantes de la Coordinadora durante una concentración en la plaza Sant Jaume de Barcelona en la que han leído los nombres de todas las mujeres, niños y niñas asesinados desde el 25 de noviembre de 2024. “Especialmente durante este último año, se han ido multiplicando las situaciones de absoluta impunidad para los agresores, que negocian sentencias, reducen penas y banalizan violencias hacia mujeres y niñas”, decían durante la lectura del manifiesto, firmado por 24 entidades feministas.
Centenares de personas participaban en la manifestación convocada por la Plataforma 8M de Toledo tras la pancarta “Por las que están, las que no están y las que peligran”. “Participo porque creo en esta causa y los hombres también deberíamos abanderarla. La violencia de género tiene que atajarse desde la raíz. A lo largo de la historia la masculinidad se ha convertido en tóxica. Creo que podemos empezar por hacer introspección de nuestra propia masculinidad”, decía Moha, de 24 años.
La cabecera de la manifestación de este 25 de noviembre en Murcia.
En Murcia, varios miles de personas han recorrido la arteria principal para reclamar “el aumento de las políticas y recursos para la prevención y atención de las víctimas” de las violencias machistas y denunciar el negacionismo. “¡Ni una más ni una menos, vivas nos queremos!”, “¡No es no, lo demás es violación!” y “Ni un paso atrás en nuestros derechos” han sido algunas de las proclamas escuchadas a lo largo de la manifestación.
En Santiago de Compostela, dos marchas recorrían las calles. La convocada por la Marcha Mundial das Mulleres ponía el foco en la violencia institucional y pedía combatirla para avanzar en la eliminación de las violencias contra las mujeres. La organización señalaba que los crímenes machistas son “máxima expresión”, pero subrayaba que “esta violencia toma numerosas formas que tejen una red de opresión sobre las mujeres, sobre todo las de clase trabajadora”. Reclamaban una reconstrucción del engranaje institucional con perspectiva feminista para eliminar “violencias y discriminaciones”.