Tsipras critica en su nuevo libro al exministro griego Varoufakis: “Era más una celebridad que un economista»
El ex primer ministro de Grecia afirma que, durante la crisis de la deuda, Yanis Varoufakis estaba más interesado en promocionar sus libros
De alternativa para Europa a ser liderada por un armador y exejecutivo de banca, ¿qué ha pasado en Grecia con Syriza?
Yanis Varoufakis, el economista que saltó a la fama en el momento álgido de la crisis de la deuda griega, no solo era egocéntrico, sino que, en última instancia, estaba más interesado en poner a prueba sus teorías en la nación que en ganar la batalla para mantenerla a flote. Es lo que escribe el ex primer ministro Alexis Tsipras en sus memorias recién publicadas, Ithaki, en las que el que fuera líder de la izquierda, sin andarse con rodeos, busca, 10 años después, dejar las cosas claras.
“En realidad, era más una celebridad que un economista”, recuerda el hombre de 51 años, que describe cómo eligió personalmente al disidente como su ministro de Finanzas debido a su reputación internacional y a sus habilidades “extremadamente atractivas” para la oratoria.
“Quería transmitir el mensaje de una negociación dura, pero subestimé el factor humano. Muy rápidamente, Varoufakis pasó de ser un activo a convertirse en un protagonista negativo. No solo nuestros aliados potenciales no lo soportaban, sino que tampoco lo hacían sus propios colegas”, dice.
“Un experimento”
En una crónica de acontecimientos que ha causado revuelo rápidamente en Grecia, Tsipras, que parece decidido a protagonizar un regreso a la política dos años después de renunciar al liderazgo del partido Syriza, afirma que estaba claro que el académico greco-australiano tenía una agenda personal que incluía la promoción de sus libros.
Las negociaciones para evitar la quiebra “no eran solo una forma de conseguir un mejor acuerdo para el país. Eran un experimento, una oportunidad histórica para demostrar la veracidad de sus teorías económicas”, escribe Tsipras.
Durante las turbulentas negociaciones que enfrentaron a ambos hombres con el difunto zar económico alemán, Wolfgang Schäuble, y otros halcones fiscales, Grecia estuvo a punto de salir de la zona euro.
No solo estaba en juego el futuro del país, sino también las duras políticas de austeridad exigidas a cambio de los préstamos de rescate de los acreedores internacionales que Tsipras y su Gobierno de Syriza se habían comprometido a cancelar.
Schäuble y Varoufakis.
Los esfuerzos por encontrar fondos en otros lugares, incluida una desesperada petición al Kremlin para que comprara bonos del Estado griego, cayeron en saco roto, y hasta Putin dejó claro que Atenas debía llegar a un acuerdo con sus socios de la UE. Se dice que el líder ruso le digo a su homólogo griego en Moscú que ayudar al país endeudado equivaldría a tirar el dinero a la basura.
“Quería un acuerdo digno dentro de la zona euro”, escribe Tsipras. “Pero tampoco ocultamos el hecho de que queríamos un cambio radical en Europa, que queríamos poner fin a la imposición del absurdo económico del neoliberalismo, no solo en Grecia, sino en todo el continente”.
En julio de 2015, para sorpresa de la canciller alemana Angela Merkel, las duras condiciones del rescate se sometieron a referéndum popular, una medida que sumió a la UE en una crisis existencial aún mayor.
Aunque la votación fue ganada rotundamente por quienes se oponían a la austeridad, un Tsipras con escasas opciones rechazó el resultado y negoció un paquete de rescate con los prestamistas extranjeros que resultó ser aún más duro, aunque argumentó que la votación también sirvió para evitar la humillación nacional. Insiste en que su intención nunca había sido que Grecia abandonara la zona euro.
“Había demostrado ser inadecuado”
Varoufakis, que antes del referéndum había mantenido acaloradas discusiones con sus colegas en las reuniones del Eurogrupo, dimitió posteriormente, aunque los dos políticos intentaron, al menos públicamente, mantener relaciones amistosas.
Pero en el libro, que lleva el nombre de la isla donde en 2018 Tsipras declaró la salida de Grecia de la crisis que duró una década, con quien más discrepa es con su antiguo aliado, que ahora dirige el partido de izquierda MeRA 25.
En lo que pasará a la historia como uno de los mayores ataques personales de la Grecia moderna, el ex primer ministro afirmó que fue el estilo conflictivo de Varoufakis lo que lo dejó cada vez más aislado entre sus pares, puso a Grecia en riesgo y ayudó a los halcones, liderados por Schäuble, que claramente presionaban por el Grexit.
“Varoufakis había demostrado ser inadecuado para un acuerdo que requería un tratamiento complejo y delicado”, afirma, y añade que empezó a dudar de su ministro de Finanzas muy pronto. “Era la cara de la negociación, el hombre que atraía la publicidad, que aparecía en las portadas de las revistas de todo el mundo… daba la impresión de que disfrutaba de su nuevo papel”.
Varoufakis esbozó un plan de contingencia que incluía el establecimiento de una moneda paralela y la distribución de vales a los pensionistas, como forma de presionar a los acreedores para que aceptaran las demandas griegas. Tsipras dice que entonces se dio cuenta de que se había terminado y le preguntó a Varoufakis: “¿Hablas en serio?”.
Antes del tan esperado lanzamiento del libro, el político había declarado que era hora de que se escuchara su voz.
Y en un tomo que relata la reunión entre bastidores que condujo a su controvertida decisión de formar una coalición con un populista de derecha, hasta el acuerdo innovador para poner fin a la larga disputa sobre el nombre de la entonces llamada Macedonia, no defrauda.
Pero se trata de una reinterpretación de la historia que ha sido recibida con furia y atónita incredulidad. Y en el caso de Varoufakis, que desde entonces ha ganado fama internacional como autor de éxitos de ventas, con un silencio ensordecedor.