El Gobierno prohibirá los alimentos ultraprocesados en los menús infantiles de los hospitales
El ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, anticipa que el real decreto sobre alimentación saludable en hospitales y residencias incluirá la retirada de estos alimentos porque su ingesta supone «una amenaza para la salud pública»
El consumo de alimentos ultraprocesados se triplicó en España en tres décadas: “Deben etiquetarse como el tabaco”
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado hoy que el Real Decreto para garantizar una alimentación saludable en hospitales y residencias de mayores incuirá la retirada de los alimentos ultraprocesados de los menús de niños y adolescentes ingresados en hospitales. Además, la medida contempla también la limitación de este tipo de alimentos de los menús infantiles de las cafeterías y comedores abiertos al público de los hospitales.
Bustinduy ha hecho este anuncio durante el acto ‘Plan de aceleración para detener la obesidad’, organizado por el Ministerio de Sanidad y la Organización Mundial de la Salud. El ministro ha justificado la decisión en que el consumo creciente de alimentos ultraprocesados “representa una amenaza sistemática para la salud pública”. “Son los poderes públicos los responsables de crear entornos en los que tomar decisiones saludables sea sencillo y accesible”, ha añadido.
Así, la norma que está preparando el Ministerio establecerá unos criterios mínimos de calidad nutricional y de sostenibilidad que orienten “la contratación, adquisición y oferta de alimentos y bebidas que se ofrecen en estos centros”. Consumo precisa que los alimentos ultraprocesados que se verán limitados serán aquellos productos de formulación industrial compleja, con ingredientes transformados, aditivos y perfiles nutricionales con alto contenido en grasas saturadas, azúcares o sal, como ocurre con algunos snacks, bollería industrial, bebidas azucaradas o galletas industriales.
Bustinduy ha señalado que el sector público debe liderar la transición hacia entornos alimentarios saludables: “Que no exista ningún tipo de control sobre estos alimentos, existiendo una evidencia tan amplia sobre sus efectos, es incomprensible”. “Son los poderes públicos los responsables de crear entornos en los que tomar decisiones saludables sea sencillo y accesible”, ha añadido.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha señalado el aumento de la obesidad, especialmente entre la población infantil. “Es la punta del iceberg, que esconde esos ambientes y esos determinantes sociales de la salud que hacen que se manifieste en forma de obesidad infantil”. García ha pedido “poner en el centro las políticas públicas que intervienen en esos determinantes económicos y sociales que hacen que los niños tengan un ocio y una alimentación que no es saludable”.
Crece su consumo en España
España es uno de los países donde más ha crecido el consumo de ultraprocesados, llegando a triplicarse en las tres últimas décadas, según un análisis de la evidencia científica recogido en The Lancet. La revista científica publicó hace una semana un especial dedicado a los ultrapocesados que han elaborado 43 expertos en el tema en los últimos dos años, entre ellos Renata Bertazzi, actualmente investigadora en la Universidad de Salamanca, y Maira Bes-Rastrollo, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra.
Uno de los artículos aborda cuánto ha crecido la ingesta de calorías procedente de estos alimentos, y España se sitúa a la cabeza de los países donde más se ha incrementado, pasando de un 11% a un 32% de aporte diario en las tres últimas décadas. “El valor refleja la contribución porcentual de calorías per cápita adquiridas por los hogares según encuestas realizadas a la población. Estos sondeos se utilizan cuando un país no dispone de encuestas nacionales de consumo individual, bajo la premisa de que lo que se compra será consumido”, explica Renata Bertazzi.
Los autores de los trabajos apelan a los gobiernos a regular y reducir la producción, la comercialización y el consumo de ultraprocesados para salvarguardar la salud pública frente “a la poderosa industria de fabricación de ultraprocesados”. Entre sus recomendaciones: un etiquetado “más parecido al de una cajetilla de tabaco”, que informe claramente de sus aditivos y del riesgo que suponen para la salud de forma bien visible en la parte frontal del producto.
De hecho, plantearon retirar estos productos de los comedores escolares y de los hospitales, limitar su presencia en los supermercados; restringir su publicidad y ponerles más impuestos, cuya recaudación vaya destinada a que las frutas, verduras y alimentos frescos lleguen a los hogares con menos recursos.