La investidura más amarga: Pérez Llorca llega a la presidencia con el permiso de Abascal y sin mentar ni una vez a Mazón

La investidura más amarga: Pérez Llorca llega a la presidencia con el permiso de Abascal y sin mentar ni una vez a Mazón

El nuevo presidente de la Generalitat asume todas las peticiones de Vox sin recibir un solo aplauso de la bancada ultra y con su antecesor desaparecido todo el día para acudir solo a la votación

Pérez Llorca hace suya la agenda ultra de Vox: “Trabajaremos para que los migrantes vuelvan con sus familias”

18 horas y 13 minutos del 27 de noviembre de 2025. Anatomía de un instante. Juan Francisco Pérez Llorca es nombrado octavo presidente de la Generalitat Valenciana. Carlos Mazón Guixot deja definitivamente de ser jefe del Consell tras dos años y cinco meses en el cargo y casi 13 meses de vía crucis por su actuación el día de la dana del 29 de octubre de 2024. Aplausos de la bancada del Partido Popular y felicitaciones. El primer abrazo al nuevo jefe del Consell se lo da la nueva mujer fuerte de la inaugurada etapa, Magdalena María González La Red, vicepresidenta de las Corts Valencianes y pareja de David Serra, abogado, consejero y confidente de Pérez Llorca. Serra también es uno de los principales condenados por la rama valenciana de la trama Gürtel, así como contratista del Ayuntamiento de Finestrat, la localidad de la que Pérez Llorca es alcalde hasta este viernes.

La investidura de Juan Francisco Pérez Llorca ha sido una de las más atípicas celebradas en la Generalitat Valenciana. En lugar de euforia y proyecciones hacia el futuro, quienes han presenciado el debate han podido observar un importante grado de amargura en la bancada del Partido Popular, que solo se ha disipado cuando se ha producido la votación. No se desprendía ilusión; la mayoría de presentes sabe que este jueves empieza un nuevo Consell, pero por el que ha habido que pagar un peaje altísimo a Vox, aliado temporal pero rival sistémico.

Tanto el candidato como los 39 diputados de su partido han mantenido las caras largas impropias de quienes se saben vencedores en una negociación colectiva. Es más, cuando el portavoz de Vox, José María Llanos, intervenía, la mayoría de los conservadores y del gobierno saliente agachaban la cabeza o consultaban sus móviles. Saben que la victoria ha sido pírrica y que puede ser contraproducente en el futuro. La investidura de Pérez Llorca ha sido bendecida a 360 kilómetros de València y, para conseguirla, han tenido que renunciar al espíritu de la democracia cristiana clásica, uno de los principales pilares de la Unión Europea, hoy vilipendiada para satisfacer a los 13 diputados ultras que achacan los males de la agricultura valenciana a las “élites” de Bruselas. Unas élites que se apellidan Von der Leyen, Metsola o González Pons, todos significados militantes del Partido Popular Europeo.


José María Llanos felicita al nuevo presidente ante la mirada de Carlos Mazón

El candidato, que no ha firmado nada por escrito con Vox, ha asumido de viva voz todas las peticiones que el partido de Abascal iba lanzando a través de los medios de comunicación y que José María Llanos ha verbalizado en su intervención. La Generalitat, pese a no tener competencias, intentará llegar a acuerdos con países terceros —ha mencionado a Mauritania— para devolver menores no acompañados. Y ha vinculado inmigración y delincuencia, algo curioso en un alcalde en cuyo municipio más del 50% de sus habitantes son extranjeros.

Si duro ha sido Pérez Llorca contra la inmigración (africana), ha ido más allá al indultar a los ricos de pagar impuestos. Menos impuesto de transmisiones y menos pago por Patrimonio. Vox ha pedido otro tijeretazo a la Acadèmia Valenciana de la Llengua, aunque Pérez Llorca aquí ha sido más ambiguo y ha dicho que, más que “recortar”, quiere “ordenar”. Tras este guiño al valenciano, luego ha seguido machacando a la institución estatutaria. “Hay cosas que no me gustan de la AVL”, ha dicho, entre ellas que “hagan difusión de la lengua”. No ha sido una broma. Su mejor versión ha llegado cuando ha pedido perdón “a las 229 víctimas de la DANA”, un propósito de enmienda que habrá que ver cómo se toman las dos principales asociaciones de familiares de fallecidos.

En su discurso, Pérez Llorca no ha mentado ni una sola vez a su predecesor. Ni cuando ha puesto en valor las políticas del “Gobierno del cambio” ha tenido un mínimo detalle con el presidente saliente. De hecho, la única vez que se ha escuchado el nombre de Carlos Mazón de la boca de algún diputado conservador ha sido cuando se ha pronunciado para votar la investidura. Mazón, que ha aplaudido pausadamente a su sucesor cuando ha sido investido, ha sido de los primeros en saludar al nuevo presidente con un encaje de manos. No ha habido abrazo. Después, al ser preguntado por los periodistas, el ya expresidente ha dicho que Pérez Llorca será un “magnífico” jefe del Consell. Pérez Llorca no ha sido recíproco y no ha dicho que Mazón haya sido un “magnífico” presidente. Ha sido una despedida del cargo muy amarga, aunque Mazón seguirá de diputado en las Corts Valencianes y mantendrá su aforamiento.


El portavoz de Vox, José María Llanos, desgrana sus peticiones al candidato Pérez Llorca.

Vox ha dado su investidura a Pérez Llorca, pero ya rompió un gobierno por los conservadores. En diciembre hay elecciones en Extremadura y en marzo en Castilla y León, con PP y Vox a la gresca aunque con mayorías casi aseguradas. En junio seguramente habrá comicios en Andalucía, por lo que las fricciones entre el PP de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal continuarán. Para esta investidura, Pérez Llorca ha tenido que hacer un discurso al gusto de los ultras. Tendrá que volver a esforzarse si quiere presupuesto. Y ahí sí, con los números encima de la mesa, tendrá que cumplir lo que ha dicho este miércoles en Les Corts.

En duda queda también si la recién estrenada presidencia de la Generalitat también es cartel electoral para las elecciones autonómicas de 2027. Siguiendo el debate de cerca y con sumo interés, estaba la alcaldesa de València, María José Catalá, favorita de Génova para iniciar un nuevo ciclo. Ambos arranacan este viernes, Vox mediante, el último año y medio de la legislatura. Pérez Llorca quiere consolidarse y Catalá insiste en presentarse a revalidar la alcaldía. Pero 18 meses son muchos meses. Que le pregunten a Carlos Mazón.