James Cameron, el ‘rey del mundo’ del cine regresa: “‘Avatar’ habla de los refugiados, de los migrantes»
El director presenta la tercera para de su taquillera saga (que se estrena el 19 de diciembre) en París, donde ha ofrecido una rueda de prensa junto al resto del elenco
‘Valor sentimental’, una de las mejores películas del año es una disección salvaje de la familia que “invita a la empatía”
Cuando James Cameron recogió el Oscar a la Mejor dirección por Titanic se subió al estrado y parafraseando al personaje de Leonardo DiCaprio en su película gritó: “¡¡Soy el rey del mundo!!”. Había uyn guiño claro a su propia obra, pero también había una declaración de intenciones. Cameron había conseguido que todos se rindieran a sus pies con un tipo de cine que cada vez costaba más hacer. Una película mastodóntica, de presupuesto enorme, que no apelaba a todas las edades y que tenía en su centro una historia de amor de las de toda la vida. El resultado es historia del cine. Más de 2.200 millones de recaudación en la taquilla y 11 Oscars, el récord histórico que en aquel momento igualaba a Ben-Hur, un filme que respondía a las mismas formas de cine a las que apelaba Cameron.
Con semejante fenómeno entre manos, Cameron pudo elegir el proyecto que quería realizar después. Eligió un proyecto aún más complicado técnicamente. Una revisión de Pocahontas en forma de epopeya de ciencia ficción que usaba la técnica de moda en aquel momento, el 3D, para jugar con la puesta en escena y llevar el cine de acción a sus límites. Tardó 12 años en estrenarla, y muchos fruncieron el ceño pensando si una historia original, con un presupuesto tan grande, merecía tantos esfuerzos.
De nuevo Cameron se salió con la suya, y seguro que pensó de nuevo que era el rey del mundo. Avatar reventó la taquilla, fue nominada al Oscar y se convirtió en un fenómeno popular. Uno de esos pocos títulos que todo el mundo conoce y reconoce con un solo fotograma. Avatar es, todavía, la película más taquillera de la historia del cine con casi 3.000 millones de dólares recaudados. Lo que le dio el poder de desarrollar todo el universo que había concebido en su cabeza para explorar el mundo de Pandora y a Sully y Neytiri. Pero para Cameron una secuela no significa explorar la maquinaria a toda prisa, sino que demostró que creía en lo que contaba. Avatar: el sentido del agua llegó 13 años después. El resultado: más de 2.300 millones de dólares.
Para su tercera entrega solo se ha tenido que esperar tres años, ya que rodó ambas secuelas a la vez. Avatar; Fuego y Cenizas llega el 19 de diciembre. Lo hace con Cameron siendo el único director que tiene tres películas suyas entre las cinco más taquilleras de la historia. Sigue explorando Pandora, ahora un mundo arrasado por el fuego y una villana, Varang, líder del Clan del Fuego que desafía a los Na’vi. Desde París, donde se ha desarrollado la premiere europea de la película, Cameron analizó las claves del éxito de la saga, y subrayó que este llega porque “habla de aspectos universales de la experiencia humana”.
“Habla de identidad, de la familia, del deber hacia esa familia, del deber hacia la comunidad. De preguntarte a dónde perteneces y encontrar ese lugar. Ahora en esta tercera parte vemos a los niños crecer y buscar su lugar en el mundo siendo mestizos. Y estos son problemas fundamentales que la gente siente en todo el mundo. Hablamos sobre una familia de refugiados. De los inmigrantes. Y las personas desplazadas pueden identificarse con eso. Así que creo que con las películas de Avatar, siempre intentamos abordar temas muy humanos y cercanos, porque fundamentan la experiencia. Se desarrolla en un mundo fantástico, pero resuena en nosotros de maneras que resultan cercanas”, subrayó de esta nueva entrega.
‘Avatar’ habla sobre cómo romper el ciclo de violencia creado por el odio que surge de esa pérdida. Y estamos viendo eso en el mundo hoy en día
También destacó como tema central “el duelo”. “Es una película sobre el duelo. Es una película sobre la pérdida. Es una película sobre el trauma. Y es una película sobre cómo sanar y cómo seguir adelante, cómo tomar las riendas y seguir adelante, y sobre cómo romper el ciclo de violencia creado por el odio que surge de esa pérdida. Y estamos viendo eso en el mundo hoy en día”, añadió.
A pesar de que las interpretaciones en Avatar utilizan la captura de movimiento, siempre se han esforzado en explicar cómo lo que se ve es realmente el trabajo de los actores, y por eso James Cameron también enfatizó que el trabajo con los actores es “la parte más sagrada del proceso”. “Uso ese término muy intencionalmente. Hay algo muy puro en lo que hago con estos increíbles actores. Y no es durante una semana o incluso un mes. Para estas dos películas, que en realidad conforman una gran historia, pasamos 18 meses trabajando juntos día tras día. Es un proceso alegre. Trabajamos en el conflicto, pero el conflicto es entre los personajes, no entre las personas detrás de los personajes. Disfrutamos del trabajo del otro, y tenemos una gran relación de confianza. Lo llamamos la familia Avatar”, apuntó.
Hasta se permitió bromear cuando le preguntaron si hay un guiño a Titanic en una escena concreta en donde un personaje intenta subirse en una tabla en el agua, refiriéndose al analizadísimo momento en el que Rose se sube en la puerta del barco hundido, pero ni hay hueco para su amado: “Solo he tenido cinco buenas ideas en toda mi vida y las sigo reutilizando sin parar”. Puede que sean solo cinco ideas, pero está claro que a la gente le gustan y que le siguen considerando el rey de los taquillazos.