La dirección del hospital de Torrejón modificó el triaje en Urgencias para calificar como leves a pacientes graves
Un documento interno denunció que en Urgencias se daban órdenes verbales para “la reasignación de pacientes amarillos a triaje verde de menor gravedad, sin justificación médica”. También se pedía atender primero a los enfermos leves para aligerar la lista de espera: «Estas prácticas son inseguras y poco éticas»
Un documento interno alertó de que la dirección del Hospital de Torrejón elegía pacientes por “rentabilidad económica”
La dirección del Hospital Universitario de Torrejón, un centro público que gestiona la empresa Ribera Salud, modificó el funcionamiento de las Urgencias para que se atendiera antes a los pacientes leves, que se evitara subir a enfermos a las plantas de medicina interna y llegó a dar órdenes verbales para que los pacientes graves fueran reasignados como leves y se les atendiera con rapidez pero sin los “mínimos de calidad y seguridad”.
Así lo recoge un documento elaborado por el personal de Enfermería en abril de este año, que fue entregado a la dirección del Hospital, y lo confirman los trabajadores del centro. La dirección se saltó las bases del triaje en Urgencias –el sistema que clasifica pacientes por colores en función de su gravedad y el tiempo en que deberían ser atendidos– para priorizar a los leves y así aligerar los tiempos de espera y evitar reclamaciones e insatisfacción entre los enfermos.
Tanto en el documento como en los testimonios de los trabajadores se deja claro que este sistema ponía en riesgo a los pacientes y comprometía “los estándares mínimos de calidad y seguridad”. “Estas prácticas no solo son inseguras y poco éticas, sino que también deterioran gravemente la calidad asistencial”, explican.
El documento, al que ha tenido acceso elDiario.es, está elaborado por la sección sindical del Sindicato de Enfermería del Hospital de Torrejón y fechado el 17 de abril. El texto denuncia “las prácticas inapropiadas” en el servicio de Urgencias, donde se han dado directrices a los profesionales para “para realizar modificaciones en el triaje que no responden a criterios clínicos”.
El triaje en los hospitales emplea el denominado sistema Manchester y funciona con un código de colores: los rojos y naranjas, los más urgentes con riesgo para su vida, los amarillos, los graves que necesitan ser atendidos en menos de una hora, los verdes son los casos leves, que pueden esperar, y por último los azules son aquellos pacientes menos urgentes que incluso podrían ser derivados a un centro de salud.
Lo que denuncia el documento es que la dirección del Hospital se saltó este sistema por razones organizativas y de costes, sin atender a criterios médicos: “Un ejemplo de ello es la reasignación de pacientes amarillos a triaje verde de menor gravedad, sin justificación médica, basándose en razones estadísticas y organizativas inaceptables”. O lo que es lo mismo, se calificó a algunos pacientes como “estándar”, o leves, cuando deberían ser “urgentes” o graves.
Además, la dirección creó una consulta paralela a Urgencias, con un médico y un enfermero, para que vieran a los pacientes menos graves y darles prioridad. Esos dos profesionales se restaron del servicio de Urgencias, que vio mermada su plantilla para atender los casos más complejos.
En conclusión, se aligeraba la lista de espera con una doble estrategia: por un lado, se instaba a calificar como verdes a pacientes más graves; por otro, se daban órdenes de entre los verdes, atender a los menos graves para darles salida rápido. “A los pacientes con dolor de cabeza o dolor muscular leve se les atendía antes que a los graves”, confirma una fuente interna del hospital.
Los trabajadores atribuyen esa estrategia a un intento de reducir la espera de los pacientes para mejorar su satisfacción con el Hospital y evitar reclamaciones, pero a costa de ser peor atendidos.
“Estas directrices cambiantes, según los tiempos de espera, generan situaciones que impiden realizar valoraciones objetivas” de los enfermos, señala el escrito, que añade otra derivada: “Pacientes que deberían estar en boxes según el criterio Manchester son clasificados en colores inapropiados, en base a criterios ajenos del sistema Manchester”. Es decir, pacientes que debían recibir una atención específica por su gravedad eran considerados leves para que únicamente pasaran por la consulta y se les despachara con rapidez.
Pero hay más. Los órdenes, siembre verbales y nunca por escrito, cambiaban según considerase la dirección, generando “situaciones que impiden realizar valoraciones objetivas”. Por ejemplo, a veces “se insta a asignar pacientes al nivel 0 con justificación clínica de mayor gravedad”, pero en otras ocasiones “se prohíbe la asignación del color azul en el triaje”.
El color azul es el de los pacientes leves, que pueden esperar o que incluso pueden ser atendidos en un centro de salud. El Hospital no querían gente esperando en la sala de espera durante mucho tiempo, así que en ocasiones impedía calificar con ese color y se instaba a que se les atendiese rápidamente, poniendo en riesgo la seguridad de quienes sí necesitaban una atención urgente.
“Estas decisiones no solo generan caos operativo, sino que comprometen los estándares mínimos de calidad y seguridad, puesto que no responden a criterios clínicos válidos, sino a necesidades organizativas mal planteadas”, resumen los profesionales del servicio de Urgencias.
El documento plantea que, cuando haya mucha gente en urgencias calificada como “amarilla”, es decir, grave, la solución no puede ser cambiar los colores del triaje, sino atender a esos pacientes y asignar a más médicos: “Alterar el triaje arbitrariamente pone en riesgo la atención de todos”.
“Pacientes verdes están siendo atendidos antes que pacientes amarillos, a pesar de que se nos ha negado esta situación en reiteradas ocasiones, y no porque no sucedan, sino porque, efectivamente no se dejan estas directrices por escrito para evitar dejar constancia de que estas acciones, a pesar de ser poco éticas, se están ordenando”, concluye el documento.
Pacientes hacinados que cuentan como ingresos
El Hospital de Torrejón se encuentra estos días en el centro de la polémica porque sus responsables, de la empresa Ribera Salud, han dado directrices para que el centro atienda a pacientes que generan poco coste, y ha llevado a cabo modificaciones en la organización y la atención para abaratar gastos. Fuentes del Hospital señalan que esa estrategia también tuvo su impacto en Urgencias.
La dirección del Hospital creó la Unidad de Corta Estancia. En una sala que debía dedicarse a pacientes bajo observación de Urgencias, el Hospital metió a enfermos a los que no quería subir a planta. Los trabajadores relatan que en esos espacios se hacinaban casi una veintena de personas que, en circunstancias normales, debían ingresar en una habitación.
Eso permitía al Hospital que los pacientes pasaran como ingresos, lo que garantiza un extra si son de fuera del área sanitaria, pero sin abrir una planta con los costes que eso implica. Forma parte de la estrategia del centro para atraer pacientes de fuera de Torrejón, los llamados no cápita, por los que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso paga un extra a Ribera Salud.
Los pacientes de esa sala, que está aún activa, en lugar de tener su propia habitación tenían que compartirla con otros enfermos, “sin medidas de privacidad y seguridad”, y con el único objetivo de “ahorrar dinero”, según relatan trabajadores del Hospital.
Contactado por elDiario.es, el hospital desmiente estas informaciones acerca de malas prácticas en el servicio de urgencias. “El área de urgencias ofrece atención a los pacientes con normalidad y el criterio de priorización e ingreso responden a criterios exclusivamente clínicos. Las continuas auditorías de la Consejeria de Sanidad ponen de manifiesto la calidad del servicio y sus protocolos que son incuestionables”, añaden.