Ana afronta un desahucio tras dos años en un piso que creía haber comprado: “Estoy indefensa ante un gran tenedor”
Una vecina de Reus lleva dos años pagando la hipoteca del piso de al lado, ahora ocupado, mientras se enfrenta a un posible desalojo del suyo por un error en la numeración cuando se escrituró la venta
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Lo que debía ser un ilusionante nuevo hogar para ella y su familia se ha acabado conviritiendo en una pesadilla de la que no sabe cómo salir. Ana Tapias lleva dos años viviendo –y pagando– un piso en Reus, pero desde abril de 2024 tiene una amenaza de desalojo. “Ahora me dicen que el piso donde vivo no es el que estoy pagando”, exclama Ana. “Que me tengo que ir de este porque es de un fondo de inversión y, a la vez, que no puedo ir al que estoy pagando porque está ocupado”, lamenta.
El origen de todo el enredo, adelantado por el Diari de Tarragona, fue un error a la hora de anotar la dirección del piso en la escritura de compra. Un fallo inicial que después permitió que la vendedora, Solvia, también vendiera el mismo piso a un fondo de inversión, Graminia Homes. Es ese fondo el que se persona como propietaria del piso de Ana y argumenta ante los tribunales que la reusenca compró en realidad el inmueble contiguo.
Pero, según explica la afectada, esto no es verdad. En primavera de 2022 ella estaba buscando un piso amplio, con cuatro habitaciones, donde poder vivir junto a sus padres, ahora fallecidos, su hijo de 20 años y su perro. Por eso se decidió por una propiedad de 116 metros, con cuatro habitaciones y terraza, que adquirió por algo menos de 100.000 euros tras firmar una hipoteca. Mientras, el piso que a ella le escrituraron es mucho más pequeño, interior y sin zona de exterior.
“Le dieron gato por liebre”, señala su abogado, que ha solicitado la paralización del desahucio. Aunque admite que no hubo mala fe por ninguna de las partes, el letrado sostiene que la única solución que les queda es demandar a la parte vendedora, Solvia o bien intentar que se pongan de acuerdo con el fondo de inversión al que vendieron el piso para arreglar el entuerto. Contactados por esta redacción, desde Solvia señalan que su equipo está estudiando el caso para “ver qué ha pasado exactamente” y tratar de solucionar el error “lo antes posible”.
Ana reclama quedarse en su piso, porque asegura que nunca hubiera comprado el que le acabaron asignando. Pero, desesperada, trató de negociar con la persona que ocupa su propiedad una salida, para tener al menos un sitio seguro en el que vivir, sin que la otra parte accediera.
Víctima de un embrollo jurídico por el que nadie responde, teme que llegue el momento del desahucio. “Si me echan, ¿dónde voy, con un solo sueldo y pagando otra hipoteca? Me siento indefensa luchando sola contra un gran propietario”, se queja. Ana relata los efectos que esta situación ha tenido a nivel personal: “Ha pasado todo seguido, primero murió mi padre, luego mi madre y luego esto; no he tenido tiempo de pasar el duelo porque mi cabeza no está centrada”.
Además, teme los efectos que un posible desahucio puedan tener sobre sus seres queridos. “Si estuviera sola me meto donde sea, me voy al coche y me ducho en un gimnasio. Pero tengo un hijo de 20 años, que está estudiando, y un perro”, asegura, mientras reflexiona que su mayor temor es que le pase algo y acabar “pasándole este marrón” a su hijo.