¿Qué hay detrás del atentado de Sídney? Un padre y un hijo, armas legales, antisemitismo y nexos con Daesh
Sajid y Naveed Akram acabaron el domingo con la vida de al menos 15 personas en el peor tiroteo de los últimos 30 años de la historia de Australia y ha encendido la mecha para nuevas reformas en las leyes de control de la posesión de armas de fuego
Al menos 16 muertos en un ataque terrorista contra una fiesta judía en la playa de Bondi, en Sídney
Un padre y un hijo, de 50 y 24 años, acabaron este domingo con la vida de al menos 15 personas en la playa de Bondi, en Sídney, Australia. Naveed Akram, el hijo, fue detenido en el lugar de los hechos y se encuentra hospitalizado en estado crítico. Sajid Akram, su padre, murió el mismo domingo en esta playa por los disparos de la policía. Además de las personas asesinadas, ambos dejaron decenas de personas heridas.
El tiroteo, que la policía australiana investiga como un atentado terrorista de tintes antisemitas, se produjo este domingo 14 de diciembre durante un encuentro para celebrar la primera noche de la festividad judía de Jánuca, que conmemora la recuperación del Templo de Jerusalén por los Macabeos y el llamado “milagro del aceite”.
Los primeros detalles revelados por las autoridades australianas y los cuerpos de seguridad del país oceánico muestran, en primer lugar, que las armas utilizadas por los dos hombres de origen pakistaní habían sido obtenidas de forma legal. En segundo lugar, que el hijo, Naveed Akram, nacido en Australia en 2001, era conocido tanto por la policía de Nuevo Gales del Sur así como por las agencias de inteligencia de Australia.
El ataque tuvo lugar alrededor de las 18.47 de la tarde (8.47 en la península) cuando los servicios policiales y de emergencia comenzaron a recibir avisos de disparos y heridos en el parque Archer, situado junto a la playa de Bondi de la ciudad australiana. Los dos tiradores acabaron con la vida de un total de 15 personas, entre las que se encontraban una niña de 10 años, el superiviviente del Holocausto Alexander Kleytman y otras personalidades relevantes de la comunidad judía como el rabino Eli Schlanger o el empresario Reuven Morrison. Uno de los muertos tenía nacionalidad francesa, según ha confirmado el Elíseo.
Tras el ataque terrorista, hasta 42 personas fueron trasladadas a centros hospitalarios. A última hora del lunes en Australia, 26 personas permanecían hospitalizadas en la ciudad de Sídney, de las cuales siete en estado crítico, otras cinco en estado grave pero estables y 14 más con heridas de diferentes magnitudes, según informa The Guardian. Entre los heridos graves hay al menos dos agentes de policía.
Los atacantes utilizaron al menos cuatro armas de diferente calibre, entre las que se incluían al menos un rifle y una escopeta, y que fueron incautadas por la policía australiana en la playa de Bondi. Asimismo, al menos otras dos armas fueron halladas en un registro policial en una vivienda de la localidad de Campsie, situada en el suroeste de Sídney.
El comisionado de policía Mal Lanyon ha confirmado que Sajid Akram era miembro de un club de armas y tenía una licencia de armas en vigor. Esta licencia, que mantuvo durante una década, le permitía poseer las seis armas incautadas por los agentes a lo largo del domingo. Lanyon confirmó también que ambos hombres habían vivido en otra casa en Bonnyrigg, en el oeste de Sídney, que también fue registrada el domingo por la noche, y afirmó que no hubo nada “que indicara que ninguno de los hombres envueltos en el ataque estaban planeando el ataque”.
La policía ha declarado también que Sajid mantenía una licencia de armas de fuego de categoría AB, que requiere que el usuario demuestre a la policía que tiene “una necesidad especial” para obtener ciertas armas.
El comisionado policial no quiso comentar las informaciones que apuntan a la existencia de un supuesto manifiesto o una bandera de Daesh en el interior del vehículo en el que los atacantes se desplazaron hasta la playa de Bondi. Además, expertos en explosivos desactivaron dos dispositivos explosivos improvisados en el lugar del atentado. La policía informó este lunes de un tercer explosivo localizado en la misma playa.
Naveed Akram, que trabajaba en el sector de la construcción, fue investigado por la Organización de Inteligencia de Seguridad Australiana (ASIO, por sus siglas en inglés) en octubre de 2019, según ha detallado el primer ministro australiano, Anthony Albanese. La investigación se prolongó durante seis meses debido a algunas de sus presuntas relaciones personales. La televisión australiana ABC informó el domingo que esta investigación antiterrorista indagaba sobre una presunta célula de Daesh.
Albanese señaló en rueda de prensa que el joven, entonces de apenas 18 años, fue examinado y que el análisis que se hizo entocnes apuntaba que “no hubo indicación de ningúna amenaza en marcha o de amenazas de su posible participación en actos violentos”.
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, durante una rueda de prensa para hablar del atentado registrado en la ciudad de Sídney.
Además, el primer ministro afirmó que el ataque fue “un acto de pura maldad” y “un acto de terror, un acto de antisemitismo”. Albanese aseguró también que se trata de “un día oscuro en la historia de Australia en lo que debía haber sido un día de luz”.
El jefe del gobierno de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, del Partido Laborista, afirmó este mismo domingo que el gobierno estatal está considerando potenciales reformas de las leyes de armamento, cuando se le preguntó cómo un hombre de los “suburbios” pudo ser capaz de poseer hasta seis armas con licencia.
“Creo que es hora de tener un cambio en la ley en relación con la legislación de armas de fuego en Nueva Gales del Sur. Pero no estoy preparado para anunciarlo hoy. Queremos asegurar que esta reforma prospectiva y el cambio en Nueva Gales del Sur tienen un impacto duradero”, declaró Minns a los medios tras el atentado. Y añadió: “pueden esperar una acción pronto”.
Distintos líderes estatales australianos se han mostrado en las últimas horas en favor de endurecer las leyes de armas de fuego a lo largo del país después de que el primer ministro Anthony Albanese haya convocado una reunión urgente de su gabinete este lunes.
Mientras las reacciones de condena del atentado se han sucedido a lo largo de todo el mundo, en Australia la solidaridad ha impregnado a la sociedad, especialmente en la ciudad de Sídney, donde más de 20.000 personas han acudido a donar sangre en las últimas horas para ayudar a los heridos.
En medio de la tragedia, también ha destacado la historia de Ahmed al-Ahmed, un vendedor de fruta que se encontraba en la zona y que logró desarmar a uno de los tiradores. Sufrió dos impactos de bala y es uno de los heridos graves.
El ataque de este domingo en Sídney es el más grave de los últimos 30 años en el país australiano desde que el 30 de abril de 1995 Martin Bryant asesinase a 35 personas y dejase a 23 más heridas en Port Arthur. Un ataque que provocó un amplio paquete legislativo para endurecer la legislación de posesión de armas de fuego.