Guardiola fracasa en su intento de quitarse el lastre de Vox pero consolida el giro a la derecha de Extremadura

El PP ha ganado este domingo las elecciones autonómicas en Extremadura, pero es una victoria incompleta para los objetivos que se perseguían con el adelanto electoral. María Guardiola buscaba, por un lado, librarse del lastre de Vox, algo que no ha logrado y, por otro, poner fin a una situación de “bloqueo”, según sus propias palabras, propiciada por el PSOE y la extrema derecha para aprobar los Presupuestos, algo que no consigue desde 2024, cuando la coalición PP-Vox en Extremadura seguía activa.

Esta cita electoral consolida el giro a la derecha del electorado extremeño que se inició en 2023. La suma de PP y Vox ha conseguido el 60,7% de los votos, mientras que la suma de la izquierda no llega al 36%. Sin embargo, estos buenos datos son capitalizados sobre todo por la extrema derecha, que pasa de cinco a 11 diputados y consigue 40.000 votos más que en 2023.

El PP ha pasado de 28 a 29 diputados (la mayoría absoluta es de 33), pero ha perdido más de 9.000 votos en comparación con las elecciones de hace dos años, cuando empató a escaños con el PSOE. Sin embargo, María Guardiola ha celebrado una victoria “incontestable” al haber conseguido más escaños que el PSOE y Unidas por Extremadura juntos, y se ha reivindicado como la ganadora de estos comicios. “Hace dos años el PSOE tenía mayoría absoluta y ahora el PP se ha convertido en la primera fuerza, ganando en 225 municipios”, ha subrayado Guardiola.

La candidata del PP ha dirigido un mensaje a Santiago Abascal para evitar la confrontación política ahora que necesitará pactar con Vox. “No estoy aquí para asegurarme un sillón, he venido a trabajar por mi tierra, que amo, y por todos los extremeños”, ha declarado Guardiola, apelando a la responsabilidad de todos los partidos, a los que convocará a partir de este lunes para negociar su investidura.

Por lo tanto, ahora la incógnita está en ver el precio que Vox pone a Guardiola para dejarle volver a ser presidenta de la Junta de Extremadura. “Mi única línea roja es el cumplimiento de la ley”, ha dicho la presidenta en funciones durante esta campaña, lejos del rechazo rotundo que mostró en 2023. Sin embargo, el impulso que ha experimentado Vox con este adelanto electoral no le va a salir gratis al PP porque la relación entre la derecha y la extrema derecha en esta comunidad nunca ha sido fluida. Es más, los enfrentamientos han sido constantes incluso durante el año en el que ambos formaron el primer gobierno de coalición en la comunidad.

Guardiola permitió en 2023 la entrada de la ultraderecha en su Ejecutivo, a pesar de calificarlos como “homófobos, racistas y machistas”, pero por el momento se había resistido a ceder en asuntos que tienen que ver con la igualdad, la violencia de género, la inmigración o el derecho al aborto. Ahora está por ver cuáles son esas exigencias y hasta dónde está dispuesta a ceder la dirigente del PP. El líder nacional de Vox, Santiago Abascal, ya había apuntado en campaña que vendería caro su apoyo a la investidura si Guardiola dependía de ellos. Deslizó incluso que prefieren otra candidata que no sea ella: Abascal la ha acusado de “contribuir a la demonización de Vox” y ha dicho que si necesita pactar con ellos, o “pasa por el aro” o “repite elecciones” o busca ayuda en el PSOE.

“Nuestras exigencias se conocen, no sabemos por qué lo que vale para el PP en una comunidad no vale para otra”, dijo el candidato, Óscar Fernández Calle, en el debate de RTVE, en el que no participó Guardiola, en referencia al pacto firmado en la Comunitat Valenciana. En su comparecencia, este domingo, ha asegurado que Vox “defenderá los votos con uñas y dientes” y que en el próximo mandato seguirá defendiendo sus propuestas políticas “con intensidad”. En este sentido se ha manifestado Abascal, que ha advertido al PP de que exigirán “respeto a los votantes” y sus votos “deben contar”. “Los votantes no van a ser invisibilizados ni traicionados”, ha insistido, en una comparecencia posterior a la de su candidato en Extremadura.

El candidato a la presidencia de Extremadura por el PSOE, Miguel Ángel Gallardo, en la sede regional del partido tras cosechar una derrota histórica

El resultado de estas elecciones deja un PSOE hundido en su peor dato histórico con unos datos que duelen especialmente en el partido porque Extremadura siempre se ha considerado un feudo socialista –gobernó durante 36 años–. Ha perdido 10 diputados, al pasar de 28 a 18, y más de 14 puntos, que se traduce en 108.000 votos menos que hace tan solo dos años y medio.

A pesar de estos datos, el candidato socialista, Miguel Ángel Gallardo, se ha negado a dimitir. Aunque ha admitido que el resultado ha sido “muy malo”, ha decidido ganar tiempo con la convocatoria este jueves de la ejecutiva del PSOE de Extremadura. En su comparecencia, ha echado balones fuera y ha cuestionado abiertamente el sentido de la convocatoria electoral, que ha dejado a Extremadura “en una situación de mayor bloqueo e inestabilidad” y que “ha engordado a la ultraderecha”.

Desde Ferraz, la secretaria de Organización, Rebeca Torró, ha acusado al PP de “volver a la casilla de salida” como “rehén de los ultras” con este adelanto electoral con el que María Guardiola pretendía precisamente dejar de depender de Vox.

Si en la derecha ha crecido Vox, en la izquierda lo ha hecho Unidas por Extremadura, la insólita unión de Podemos, IU y Alianza Verde. La coalición ha pasado de cuatro a siete escaños, su mejor resultado histórico. Ha sumado más de 17.000 votos respecto a 2023, al pasar del 6% al 10% de los apoyos. “Somos la luz de esperanza de la izquierda transformadora”, ha dicho su candidata, Irene de Miguel.

La líder de la coalición de izquierdas se ha comprometido a plantar cara desde la Asamblea de Extremadura para frenar cualquier retroceso social, pero también ha sido muy dura con la convocatoria de este adelanto electoral, que ha hecho al PP “depender más del apoyo de Vox”. Por eso, De Miguel ha dicho que María Guardiola “debería dar un paso a un lado por sus mentiras y por arrastrar a Extremadura a un lugar que no se merece”. “¿Y ahora qué señora Guardiola?”, ha preguntado la candidata de Unidas por Extremadura.