Los tabloides de Suecia agitan la precampaña presidencial de Colombia con un viaje de la esposa de Petro
Los medios del país sudamericano se sirven de la información de un diario sensacionalista de derechas del país escandinavo como arma política
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La historia daría para una miniserie. En noviembre, un tabloide sensacionalista sueco publicó unas imágenes de Verónica Alcocer, esposa del presidente Gustavo Petro —aunque separada de él desde hace un tiempo—, durante su estadía en Estocolmo. La portada del Expressen titulaba “Primera dama prófuga”, bajo la premisa de que se trata de una escala no oficial rodeada de lujos, abrigos costosos y visitas a restaurantes exclusivos.
La prensa colombiana no tardó en hacerse eco de la información. Y retomó el material como arma política adobada con todo tipo de conjeturas. Primero, se abrieron interrogantes sobre el posible derroche de fondos públicos. Pero también dudas a propósito de su presencia en un país con el que Colombia acababa de cerrar un contrato para la compra de 17 cazas de combate Gripen por unos 4.387 millones de dólares.
Casi ninguno de los medios locales que alimentaron estas teorías, instigadas desde la oposición, aclaró que la información provenía de uno de los diarios sensacionalistas de Suecia. “Su cobertura privilegia las noticias de celebridades, entretenimiento, crímenes y escándalos. Pero, al mismo tiempo, aborda temas políticos desde un ángulo serio”, explica por correo la analista de medios sueca Ulricha Facht. De cualquier forma, el artículo sobre Verónica Alcocer se centraba en su supuesta vida de lujo y ajena a la austeridad que los críticos creen que debería llevar la pareja del primer gobernante de izquierdas en Colombia.
El controvertido bloqueo de la web
Para complicar aún más las cosas, desde que se difundió la historia, a mediados de noviembre, muchos lectores colombianos han constatado con inquietud que el sitio web del hasta entonces desconocido tabloide sueco fue bloqueado de repente. ¿Se trató de censura oficial? El Gobierno de Gustavo Petro ha argumentado que la restricción fue impuesta en 2021, cuando aún no estaba en el poder, por el órgano regulador de los juegos en línea. La razón es que la página permite anuncios publicitarios de casas de apuestas piratas prohibidas en Colombia.
La congresista opositora Katherine Miranda, sin embargo, detectó que dicho bloqueo ha sido intermitente. Con información suministrada por el Ministerio de Tecnologías certificó que, el pasado 30 de octubre —15 días antes de la publicación del Expressen— se renovó el veto al portal nórdico. “En principio, cuando se estaba conociendo la información, todo el mundo en Colombia tuvo acceso a la página. Solamente dos días después se ejecutó el bloqueo real”. La parlamentaria advierte, mientras se aclaran los puntos ciegos de esta parte de la historia, de que en “un Estado democrático la prensa no puede ser objeto de represalias ni de limitaciones arbitrarias”.
Los titulares de la prensa colombiana presentaron esta cobertura de ‘Expressen’ como una investigación seria. Nadie cuestionó su origen y agrandaron un tema insignificante sin ningún ángulo de peso”.
Se trata de un asunto complejo, marcado por vacíos normativos que podrían poner en riesgo la libertad y el derecho a la información. De momento, el crítico de prensa y académico Omar Rincón señala que la raíz de todo este asunto se halla en la “sobrepolitización” de los medios en Colombia. Con especial acento sobre la figura del primer mandatario y aspectos de su vida privada que no son de interés público: “Hay un cambio de clase social del poder. De la élite agropecuaria del presidente Uribe pasamos a la burguesía tradicional bogotana con Santos. Hoy tenemos una expresión diferente, con un mandatario que viene de lo popular, con pasado guerrillero, y su esposa, que es una mujer costeña, atrevida y extrovertida. Y eso es un aspecto que a los medios les molesta”.
La politóloga y analista María Paula Martínez Concha asegura que el trato periodístico a otras primeras damas tuvo otro rasero. Era inusual, por ejemplo, que los medios escudriñaran con tanta insistencia el precio de sus atuendos: “Ha sido con mala intención desde los paparazis europeos que la persiguieron con la cámara casi clavada en su cara. Sin embargo, los titulares de la prensa colombiana presentaron esta cobertura de Expressen como una investigación seria. Nadie cuestionó su origen y agrandaron un tema insignificante sin ningún ángulo de peso”.
En imágenes de vídeo publicadas por el tabloide se ve a Alcocer junto a su hija Antonella Petro, de 17 años, y el empresario catalán Manuel Grau Pujadas, nacionalizado colombiano en tiempo récord bajo el Gobierno actual. Se trata de una figura cercana a Petro desde que este fuera alcalde de Bogotá (2012-2016). Eso, y el hecho de que el español forma parte de la junta directiva de Cisa (Central de Inversiones del Estado Colombiano), y de que participó en la visita oficial de la primera dama a Nicolás Maduro en Caracas en 2023, también han sido utilizados como argumentos y munición de descrédito.
Alcocer: “Duele profundamente”
De esta forma, la bola de nieve siguió creciendo y Verónica Alcocer se vio forzada a pronunciarse brevemente hace unos días en su cuenta de X: “Duele profundamente cuando la persecución y la calumnia intentan destruir la verdad, la justicia y tu buen nombre. Duele cuando, aunque se conocen los hechos, siguen los señalamientos”, escribió el pasado 4 de diciembre, adjuntando un comunicado de Saab, la empresa sueca de defensa y seguridad responsable de fabricar los aviones cazas adquiridos por el Gobierno de Gustavo Petro.
El texto, firmado desde la casa matriz de la firma aeronáutica en Linköping (Suecia), refuta a través de seis puntos algunos de los rumores difundidos en medios y redes sociales colombianos para mantener al rojo vivo la agitación preelectoral de cara a las presidenciales del próximo mayo. “El compromiso con la transparencia y los valores éticos es la base de nuestro trabajo. No toleramos la corrupción y seguimos una política estricta que regula nuestra conducta, acorde con las normas internacionales de la OCDE”, argumenta la compañía.
Tanto Verónica Alcocer como el presidente Petro —separados, pero sin divorcio formal— figuran desde el 24 de octubre en la Lista Clinton de la OFAC (Oficina de Control de Bienes Extranjeros), una sanción impuesta por la Administración Trump con el argumento de que la cooperación del Gobierno de Colombia en la lucha contra las drogas ha sido insuficiente y ha dado alas al cultivo de coca.
Tras esta medida se congelaron sus compras de billetes aéreos, las cuentas bancarias y los pagos ligados al sistema estadounidense como Visa o Mastercard, entre otras. Por eso, Expressen apostó por el titular sensacionalista “Primera dama en fuga”, a fin de retratar a una figura pública cuya vida privada se vio estancada de golpe en Estocolmo.
Medios locales han informado de que Verónica Alcocer regresó a Bogotá el fin de semana del 14 de diciembre en un vuelo comercial. La secuencia de hechos da pie a Omar Rincón para exponer algunas claves sobre los resortes de la agenda noticiosa en Colombia: “El ‘petrocentrismo’ informativo ha logrado algo nefasto para el periodismo y es que, por dedicarse a hacer lo más fácil, que es activismo disfrazado de análisis u opinión, se olvidó por completo de su labor básica: trabajar con fuentes, datos, documentos y contexto. Por eso, hoy da lo mismo si la información proviene del New York Times o de un periódico sensacionalista sueco en busca de clics”.