Muere el novelista gallego José María Pérez Álvarez, celebrado por Goytisolo en ‘The Times’ y a quien plagió Bryce Echenique
Autor de una extensa obra de alta exigencia literaria, su título más elogiado fue ‘Nembrot’; también ejerció como divulgador de libros en la Cadena SER
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Su escritura había pasado desapercibida fuera de un reducido número de lectores hasta más o menos 2003. En diciembre de ese año, Juan Goytisolo explicó al The Times Literary Suplement que la mejor novela española de la temporada se titulaba Nembrot y la había escrito en castellano un autor gallego no muy conocido, José María Pérez Álvarez, Chesi. Para entonces Chesi ya había publicado otras cinco novelas -una de ellas en gallego, En perigo de extinción (1996)- pero apenas habían trascendido. La prescripción de Goytisolo lo elevó a esa ambigua categoría literaria de autor de culto. “Es que el éxito no puede existir en literatura. Se puede conseguir por otros medios, pero en esto no. La literatura exige un mínimo de decencia”, declaraba a El País en 2007. Álvarez Pérez murió este miércoles a los 73 años.
El escritor había nacido en O Barco de Valdeorras, en el extremo oriente gallego. Funcionario de Hacienda de profesión, su primer cuento lo publicó en 1974, Los siete signos. “Tengo claro que nunca he escrito para ningún tipo de lector”, explicaba a el Faro de Vigo hace nueve años, cuando la editorial Trifolium reeditó Nembrot con 300 páginas inéditas más, hasta alcanzar las 500. Fue precisamente esta densa novela, una miríada de tiempos y voces con dos personajes principales, Horacio Oureiro y Ernesto Bralt, la que atrajo la atención. “Su historia es casi una especie de subterfugio para todo lo que sucede alrededor”, profundizaba en esa misma entrevista, en la que enumeraba algunos de los autores que lo habían alimentado en esa y en otras obras: Stendhal, Flaubert, Borges, Onetti, Cortázar o Álvaro Cunqueiro. También Joyce o Beckett, por supuesto. “[Nembrot] Es una reflexión acerca de la literatura narrada desde el punto de vista novelístico. Sé que no voy a escribir nada mejor que esto”, aseguraba.
A Juan Goytisolo, que a su propio y aventurero trabajo literario -hoy algo olvidado- sumaba su condición de recomendador a veces furioso de libros de otros, no se le escapó. “Hay quienes escriben para ser vendidos y quienes escriben para ser leídos”, argumentaba a preguntas de la prensa en la Feria del Libro de Madrid de 2003. A Pérez Álvarez lo encuadraba entre los segundos, al punto de que ya había leído y releído Nembrot. Unos meses más tarde ratificaba su opinión para el suplemento literario de The Times.
La vida literaria de Pérez Álvarez cambió, pero tampoco tanto. “Si metes la cabeza, puedes acabar viviendo de esto, pero te come el tiempo necesario para seguir leyendo y escribiendo”, decía a El País. Él siguió publicando sus novelas, Tela de araña (2012) o Examen final (2014) entre ellas, y en 2008 obtuvo el premio Bruguera por La soledad de las vocales. Nunca rebajó la alta exigencia de su prosa. Y en 2007 su nombre volvió a las páginas culturales: el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique había plagiado su artículo Las esquinas habitadas bajo el título La tierra prometida. “Realmente, mis mil millones de disculpas por lo ocurrido”, comenzaba el correo electrónico que Bryce remitió a Chesi, “de que ha sido un complot no me cabe la menor duda, por más que hasta el momento yo no logre dar con el cerebro de esta operación contra mí y otros escritores peruanos”.
Pérez Álvarez también ejerció la divulgación, y durante una década (1994-2004) dirigió El libro de la semana para la Cadena SER. Hace dos años publicó el que se ha convertido en su último libro, una recopilación de textos sobre la ciudad de Ourense, La última patria. “Rompo muchísimo más de lo que escribo”, afirmaba a Faro de Vigo, “no sé las novelas que he publicado hasta ahora, pero puede haber 25 de las que me deshice”.