
Hechos fácticos
Mazón utiliza mutilaciones de la realidad de manera habitual sin que haya consecuencias. Por ejemplo, que las 20.28 es más tarde de las siete. O que a las víctimas de la DANA no se las ha vetado en la comisión de Les Corts, simplemente no se las había invitado
Cuando Carlos Mazón cambió de versión sobre dónde estaba el día de la DANA, pasando de asegurar que llegó al Cecopi “pasadas las siete de la tarde” a decir que llegó a las “20.28” quiso espantar la indignación generada diciendo que era un “hecho fáctico” que las 20.28 es más tarde de las siete.
Con el mismo argumento defiende ahora que nunca vetó a las asociaciones de víctimas ni a ninguna víctima, dado que no se les prohibió participar en la comisión de investigación en Les Corts que han pactado PP y Vox. Simplemente no se les invitó a participar ni se las incluyó en un listado de 85 ponentes que habrían de pasar a explicar ese día, sus porqués o sus cómo no repetir una infamia así.
Otro hecho fáctico que repite estos días es que jamás las ha esquivado o ninguneado y que no ha evitado reunirse con ellas, ya que ha tenido siempre “las puertas abiertas” de su despacho. Ergo, si no les ha prohibido entrar, sería como haberlas invitado a entrar. Si no han llamado al telefonillo para pedir que se ponga el president es porque no lo habrán deseado.
Estos peculiares “hechos fácticos” –adaptaciones mutiladas y de literalidad insultante para quien posea un mínimo de habilidad en comprensión oral y lectora básica– no son nuevos en los razonamientos de Mazón, que puede ir incluso más allá. Utilizó una conversación manipulada entre la Aemet nacional y el 112 autonómico para que pareciera que el organismo gubernamental le quitaba importancia a las lluvias ese día. En realidad era al contrario: la técnico se disculpaba por “marear” con los cambios de nivel y avisaba a la Generalitat de que lo peor iba a llegar entre las tres y las seis de la tarde, justamente lo que duró la comida y la sobremesa del president en El Ventorro. Esa parte fue omitida convenientemente y se pasó desde el Palau a medios de comunicación, que publicaron el audio amputado, de manera que la verdad fue ocupada por la mentira. Ese “hecho fáctico” ha sido denunciado y la Fiscalía lo está investigando.
También es fáctico que se ha querido apartar de la agenda del president a las víctimas de la DANA hasta que las ha puesto en primera fila Ursula Von de Leyen cuando las recibió en Bruselas. Le siguió Pedro Sánchez hace una semana, cuando fue a València a escucharlas. Pero si hay una reunión que ha escocido especialmente es la de Esteban González Pons. Recibió a las tres asociaciones mayoritarias –esas que Vox dice que están politizadas sin que el Consell desautorice esa acusación– dándoles rango de interlocutor válido y además les pidió perdón, algo que aún no ha hecho con claridad el gobierno autonómico, que no organizó ningún plan de prevención digno de ese nombre y de una alerta roja. Cabe recordar que Pons es del colegio de enfrente al de Mazón y quien considera que hay que dar recambio al alicantino por alguien como la alcaldesa de València, María José Catalá.
Con la convocatoria del Congreso del PP en julio, del que tiene que salir un Feijóo actualizado, se dispararon las quinielas sobre cuándo iba a caer Mazón, ya que es difícil vender una renovación con un lastre de gestión de una catástrofe de este calibre. El president se sabe rodeado, casi nadie le quiere, menos el amigo esencial: Vox. Es el partido que sigue teniendo el botón, junto al propio líder autonómico, de su destino. La presentación este jueves de las cuentas autonómicas y el paso tardío y estratégico hacia las víctimas enturbia la expectativa de recambio y hace pensar que Mazón sigue teniendo como objetivo llegar a 2027 sorteando lo que haga falta. El hecho fáctico es que siete meses después, quienes no fueron capaces de leer una alerta siguen gobernando el destino de los mismos a los que no supieron proteger.