
Un mosso condenado por acoso, a juicio por buscar datos del profesor de salsa de su expareja en la base policial
El tribunal suspende la vista hasta decidir si la revelación de secretos de la que está acusada el agente ya formó parte de su primer juicio por acosar a su expareja
Un tribunal absuelve al mosso que buscó datos de su expareja en la base policial porque no logró “información sensible”
Un agente de los Mossos d’Esquadra, actualmente en activo tras ser condenado en 2023 por acoso a su exmujer, se ha sentado en el banquillo acusado de buscar datos personales del profesor de salsa de su expareja en la base policial del cuerpo autonómico. Los otros seis casos abiertos que tenía el uniformado por buscar en las bases de datos han quedado archivados.
Ante la sección 9ª de la Audiencia de Barcelona se ha suspendido el juicio al agente, para el que la Fiscalía pide dos años de cárcel por revelación de secretos. La defensa del agente ha alegado que esta “supuesta” búsqueda en la base de datos policial que debía juzgarse este jueves ya formó parte del primer juicio por acoso, por lo que la vista no debe celebrarse, ya que la ley impide juzgar dos veces un mismo hecho.
El tribunal no ha tomado una decisión sobre si el caso ya es una cosa juzgada, y ha suspendido la vista hasta el próximo 29 de octubre. Para tomar una decisión, los magistrados quieren analizar si la específica consulta de la base de datos policial sobre el profesor de salsa se trató en la vista del juicio por acoso (por ello han reclamado la grabación del juicio), si se retiró después de que la Fiscalía presentara su escrito de acusación inicial y si formó parte del auto de apertura de juicio de esa primera causa.
La sentencia por acoso a su expareja fue fruto de un acuerdo entre el mosso acusado, la mujer y la Fiscalía. El agente, que trabajaba junto a su expareja en la comisaría de Les Corts de Barcelona, admitió que, después de que ella lo dejara definitivamente en 2019, le envió “un gran número de mensajes” por Whatsapp y correo electrónico. Solo en un mes, le envió 100 correos porque “no aceptaba la ruptura”, según la sentencia.
También llamó a su expareja en “numerosas ocasiones” para intentar que volviera con él y contactó con compañeros de trabajo y amigos de la mujer con el mismo objetivo. Tras dejarle, el mossso quiso “controlar la vida” de su expareja, según expone la sentencia, mediante el envío de ramos de flores y llamadas al trabajo para saber si la mujer estaba allí, “llegando a pedir a un compañero de trabajo que le hiciera una foto a su expareja para comprobar que realmente” estaba allí.
Según reconoció el propio mosso en la sentencia, llegó a acudir a casa de su expareja para “coartar su libertad” y se personó también en la escuela de baile a la que acudía la mujer “a pesar de saber que le había solicitado un distanciamiento”. Incluso un día llegó a seguirla hasta su casa tras verla subirse a la moto conducida por otro hombre y enviarle mensajes diciéndole que “cambiaba de hombre como si nada”.
El mosso admitió el acoso, pagó una indemnización de 2.800 euros a la mujer y trabajó 120 días en beneficio de la comunidad. El delito de acoso no contempla penas de inhabilitación para funcionarios. Los Mossos d’Esquadra no le han abierto ningún expediente disciplinario.
El segundo juicio (que el tribunal confirmará en octubre si se celebra o se archiva) versa sobre las búsquedas en la base de datos policial que hizo el mosso. El agente llegó a tener siete procedimientos similares abiertos en los juzgados de Barcelona por su acceso indebido a la base de datos para buscar información sobre hombres a los que relacionaba con su expareja, pero todos, salvo uno, se han archivado o ha salido absuelto de ellos.
La Fiscalía reclama dos años de prisión al hombre y ocho de inhabilitación para ser policía, ya que la revelación de secretos cometida por funcionarios sí prevé su suspensión como trabajadores públicos. Según la Fiscalía, “amparándose” en su condición de agente de los Mossos, el hombre consultó datos del profesor de salsa de su exmujer el 4 de febrero de 2020.
El agente consultó “datos personales” del profesor de salsa, expone el Ministerio Público, “sin estar autorizado para ello”, toda vez que la información del hombre era “ajena a las funciones policiales” que tenía el acusado. Si se celebra o no el juicio se sabrá en octubre.