
El recorte del AVE aviva las movilizaciones en Zamora tres años después del fuego: “El tren puede salvarnos la vida”
La provincia siente que sacrifica su territorio y espacio natural en beneficio ajeno: «Las Administraciones Públicas se han vuelto ‘pancarteras’ por intereses de partido»
Clamor en Zamora contra la supresión de frecuencias de AVE en Sanabria: “El mundo rural quiere sobrevivir”
El zamorano medio es, con frecuencia, derrotista. En ocasiones vive desganado los cambios que se van implantando en su territorio, cada vez más vacío y envejecido. Tienen muchos motivos para protestar, según reclaman desde los colectivos sociales, que, con el tiempo, se van desinflando por la falta de apoyo institucional. Zamora lleva años reclamando una mejor atención sanitaria en los pueblos, el control de las macrorrenovables y, hace tres años, la provincia vivió los incendios más graves de la historia reciente, que costaron la vida a cuatro personas. La última batalla —con la que sí se han comprometido Administraciones como la Diputación de Zamora, que no descarta acudir a la Justicia— es la de los trenes. Renfe ha suprimido una de las cuatro paradas que hacía el tren de Alta Velocidad en la comarca de Sanabria, que permitía conectar a la comarca con Galicia y Madrid.
En Sanabria, la estación de tren de Alta Velocidad es “patrimonio de movilidad absolutamente esencial y necesario”. El tren ponía a esta comarca zamorana “en una situación de progreso y bienestar”. “El presidente de Renfe nos tiene que escuchar. Esto es un verdadero atropello y se ceba con los más débiles”, protesta el portavoz de Jodidos por el tren en Sanabria, J. R. Ballesteros. La plataforma sanabresa quiere transmitir al alcalde de Vigo, Abel Caballero —que se ha jactado de que esta supresión reducirá los tiempos de Madrid-Vigo diez minutos y baja de las cuatro horas de viaje— que la línea de Alta Velocidad no es propiedad del Ayuntamiento y le recuerdan el principio de solidaridad territorial que recoge la Constitución. “No llenaremos la Castellana, pero somos los suficientes para que nos tengan en cuenta”, resume Maricarmen, usuaria directa de ese tren que ya no para, y que ahora se plantea cambiar toda su vida por la dificultad que tiene para ir a trabajar a Zamora.
“Lo de Sanabria es importante, pero está teniendo mucho más apoyo institucional que cuando fueron los incendios, por ejemplo, o que las movilizaciones que hay en contra de las macroplantas renovables”, explican desde la Coordinadora Rural de Zamora. El portavoz del colectivo, Chema Mezquita, lamenta que desde hace años las Administraciones Públicas hayan “demonizado” que la gente “sea reivindicativa”. “Las Administraciones Públicas se han vuelto pancarteras por intereses de partido”, protesta.
La movilización en Zamora es mayor de la que se recuerda en años. Unas tres mil personas de la comarca zamorana de Sanabria se movilizaban el mes pasado contra la reducción de frecuencias, y otras tantas, poco después, se manifestaban en la capital zamorana.
“Teníamos lo mínimo y no podemos perder ni un solo tren más”
“Nos sentimos maltratados, olvidados”, se quejan desde Sanabria, que consideran que han sacrificado sus tierras y ahora sienten que les han engañado. “Nuestros ríos, manantiales y escorrentías se han quedado secos. Nosotros contribuimos con nuestro territorio y el valor de nuestro medio ambiente. Teníamos lo mínimo y no podemos perder ni un solo tren más”, rechaza el portavoz de Jodidos por el tren en Sanabria, J. R. Ballesteros.
La estación no cuenta con ascensores, marquesinas o un mostrador de venta de billetes. Ni siquiera está conectado en autobús; para acceder a la estación es necesario un coche o ir en taxi. “Está en medio de la nada y en el monte… es un apeadero. Pasan 22 trenes y ahora solo paran tres en horarios que son inútiles para hacer trámites, ir a trabajar o ir al médico”, zanja. Ahora, el primer tren llega a Zamora a la una menos diez de la tarde y a Madrid, a las dos de la tarde. La alternativa es una carretera que los sanabreses consideran peligrosa y en la que en muchas ocasiones irrumpe fauna silvestre.
Maricarmen va a trabajar a diario a Zamora. Mientras sus hijos van a clase, ese tren le permitía ir al colegio en el que es maestra, y luego ir a buscarles después del comedor. “Ahora me han roto todos los esquemas. Tengo derecho a estar con mis hijos y a usar el transporte público. No entiendo por qué no lo puedo tener”, protesta Maricarmen, que dice que está “muy enfadada y triste” porque ve cómo, además, afecta a sus compañeros de trabajo, que no pueden cuadrar los horarios del próximo curso por la incertidumbre que vive. “Yo no puedo cambiar toda su vida (de su familia), me estoy planteando ir a Zamora, porque, además de la distancia, la carretera es complicada y los inviernos son fastidiados… tendría que ir en carretera por la noche”, explica.
“El presidente de Renfe dice que podemos coger el tren que sale de la vieja estación y que para en todos los pueblos. Tarda una hora y media y no tiene un vestíbulo cerrado en el que guarecerse del frío. No es una alternativa para alguien que viva una situación delicada y tenga que ir a diario al hospital”, rechaza Ballesteros. Maricarmen coincide en el tren, por ejemplo, con una joven que estudia en Zamora, una funcionaria que utiliza diariamente el tren y otra mujer que va frecuentemente a Madrid por motivos médicos. “Algunos están buscando piso en Zamora… Tenemos que cambiar toda nuestra vida porque tenemos que trabajar”, rechaza.
“El tren nos puede salvar la vida”
“La Sanabria vacía no se puede permitir perder ni un solo tren. Si nos quitan un tren puede conducir al cierre de la estación. Se privilegia a Vigo a base de cortar derechos básicos en Sanabria”, insiste Ballesteros, que pone el foco en la importancia de tener un rápido acceso a Zamora para poder acudir al hospital: “El tren nos puede salvar la vida. Nosotros no tenemos el hospital a 15 o 20 minutos como en Madrid o Valladolid. Estamos completamente vendidos ante una emergencia”, protesta.
Zamora encabeza los peores indicadores demográficos del país, una tendencia que no parece que se vaya a revertir a corto plazo. “Este recorte encaja con el modelo que hay, con la tendencia a retirar los servicios públicos y meter lo que no quiere nadie y que se beneficien otros. Parece que hay que sacrificar unos territorios para beneficiar a otros”, protesta Chema Mezquita, que pide a la Diputación —que está muy implicada en las reivindicaciones a Renfe— que se sume también a otras movilizaciones como las que hay en contra de las macrorrenovables y las plantas de biogás (Zamora tiene 15 proyectos en trámite). “Quieren que seamos una colonia energética y un vertedero para la producción de energía”, reprocha Mezquita, que pide a la Diputación que se comprometa también con otras movilizaciones sociales. La Diputación pagó autobuses para que la población acudiera a la manifestación en favor del tren y varios colectivos han pedido una iniciativa similar con las movilizaciones contra el biogás.
Respecto a los incendios, poco queda de las movilizaciones que hubo en su momento. Uno de los resilientes es el festival solidario La Sierra Renace, que recauda fondos para la compra de árboles para reforestar las zonas quemadas. Desde la asociación La Culebra No Se Calla, Lucas Ferrero explica que el año pasado pudieron entregar 400 castaños y también algunos robles y encinas. Este año, esperan repartir 1.200 castaños entre la gente de la zona. “Pero sin ayuda de la Administración, es inviable. La Diputación nos ha echado un cable, pero la Junta de Castilla y León, cero”, reprocha.
Ferrero considera que, tres años después de los incendios que quemaron unas 60.000 hectáreas —que supuso la quema del 6% de la provincia y el 18% de todo su arbolado— se ha aprendido poco. “Han aprendido cuatro pueblos, pero hay carreteras sin desbrozar y la gente que vive fuera y tiene tierras aquí pasa bastante”, lamenta Ferrero. “La gente sigue enfadada, pero las personas mayores dicen que les da lo mismo todo, porque como ya no lo van a ver… Otros sí quieren hacer algo, hay mucha gente que sí lucha y quiere que el entorno natural vuelva a ser como antes”, apostilla.
El recorte de trenes, en contra de la Ley
Ballesteros considera que se están incumpliendo varias leyes como la propia Constitución Española. El artículo 130 de la Carta Magna establece que los poderes públicos deben atender a la modernización y desarrollo de todos los sectores para equiparar el nivel de vida de los españoles. “Dice que se dará un tratamiento especial a las zonas de montaña. Nosotros estamos en esa zona de montaña”, reitera Ballesteros, que también considera que se está incumpliendo la Disposición Transitoria Segunda de la Ley de Agricultura de Montaña, que impide la supresión de medios como el de transporte público.
La plataforma Jodidos por el tren en Sanabria calcula que en Sanabria hay un centenar de viajeros al día y creen que tendría más si la estación fuera accesible y si pudieran comprar mejor sus billetes, algo que a veces les resulta imposible. “Si marcabas ‘Sanabria-Zamora’ te decía que el tren iba lleno, pero podías comprar un billete desde Ourense y montar en Sanabria. Pero no puedo hacer eso todos los días”, se queja Maricarmen. Ballesteros también asegura que en ocasiones es necesario coger un tren de Madrid a Valladolid y luego coger un Media Distancia que alarga otras cuatro horas el trayecto. “Somos viajeros de tercera clase”, protesta.
“Pero si ahora quitas los trenes más útiles, contribuyes a un mayor vaciamiento de la zona. Esta supresión es una humillación”, protesta el portavoz de la plataforma, que ha pedido reuniones con el presidente de Renfe y con el consejero de Movilidad de la Junta de Castilla y León, pero no han obtenido respuesta de ninguna de las dos Administraciones.