
Historia contada (y no contada) de 30 años del Pacto de Toledo: “Las pensiones tenían que salir del debate cortoplacista»
La Seguridad Social ha reunido a varios diputados que han contado algunos de los entresijos de esta comisión parlamentaria que trata de lograr consensos amplios sobre el sistema público de pensiones
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El Pacto de Toledo ha cumplido 30 años. Emblema del acuerdo político nació en 1995 y dio lugar unos años más tarde a una comisión permanente en el Congreso de los Diputados donde los partidos tratan de dejar a un lado sus diferencias, y el clima más combativo, para alcanzar grandes consensos sobre el sistema público de pensiones. Este lunes, en un seminario organizado por el Ministerio de la Seguridad Social en Santander, varios diputados han desvelado algunos entresijos e hitos en la historia de este órgano, por el que España es referencia internacional. “Es una de las cosas por la que más nos envidian otros países de la Unión Europea y el resto del mundo”, ha confesado Magdalena Valerio, de su etapa como exministra de Trabajo y Seguridad Social.
En un momento de enorme tensión y enfrentamiento político cada semana en el Congreso, es si cabe más extraordinaria la “isla” que supone tradicionalmente el Pacto de Toledo. Una comisión en la que es habitual el clima cordial entre las formaciones más antagónicas, de derecha a izquierda, pasando por formaciones independentistas de distintas regiones, así como el trabajo en equipo entre los parlamentarios para sacar adelante una difícil misión: pactar una evaluación del sistema público de pensiones y unas recomendaciones cada cinco años. Las últimas tuvieron lugar a finales de 2020, con retraso y tras mucho trabajo y negociaciones, por lo que este 2025 ha llegado el momento de renovar esta tarea.
Magdalena Valerio, con su habitual estilo campechano, explicó a la audiencia del curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, una de sus peticiones a los parlamentarios al entrar a presidir la Comisión. “Está genial discrepar, el pensamiento único es muy negativo. Pero sin insultarse, discrepar con respeto a la opinión de los otros grupos”, apuntó.
Huir del debate político “más bastardo”
Aunque no está blindado del todo, uno de los propósitos centrales del Pacto de Toledo es esquivar las pugnas partidistas y que las pensiones no se conviertan en un arma arrojadiza. “Había que sacar las pensiones del debate político en el sentido más bastardo del término”, ha explicado Emilio Olabarría, exdiputado y portavoz del PNV en el Pacto de Toledo, que fue uno de los participantes en el primer Pacto de Toledo. Por parte de los gobiernos, como elemento de “captación de votos”, y por parte de la oposición, como instrumento “de erosión”, a costa de la seguridad y la certidumbre de los pensionistas, ha afirmado el parlamentario vasco.
En 1993, se sentaron las bases para ese primer Pacto de Toledo del 95, con una Proposición no de ley (PNL) de Convergència i Unió, ha recordado Carles Campuzano, exdiputado, portavoz de CIU en el Pacto de Toledo y uno de sus miembros más reconocido por su capacidad de trabajo y diálogo. La formación catalana había planteado la misma iniciativa en la legislatura anterior, pero no salió adelante. Campuzano ha explicado “una leyenda” que explica este viraje y que señala a las elecciones de 1993, en las que parecía que ganaba el PP de José María Aznar, pero que “Felipe González salvó en el último minuto”.
La “leyenda” cuenta que precisamente fue en el debate electoral televisado de 1993 entre Felipe González y José María Aznar, “donde se ganó ese último minuto”, ha relatado Carles Campuzano, y en concreto en la discusión sobre pensiones en la que Felipe González trasladó el riesgo para los pensionistas de que gobernara el PP. Las recomendaciones del Pacto de Toledo salieron finalmente adelante en la última legislatura de González y sentaron las bases de una reforma ya del gobierno siguiente, del PP, tras el acuerdo político y social.
Magdalena Valerio ha recordado que el contexto del primer acuerdo era de “crisis económica”, con muchas dificultades, y ha destacado la relevancia del consenso político en el Pacto de Toledo, pero también del respaldo de los agentes sociales en el diálogo social, como “los pilares” para que las reformas de pensiones tengan más opciones de perdurar “en los años y décadas” siguientes. Hay un ejemplo viviente de lo contrario, han recordado Campuzano y Valerio, la reforma de pensiones unilateral del Partido Popular de 2013, cuando tenía mayoría absoluta, al margen del Pacto de Toledo y los agentes sociales, que pasó factura a los de Mariano Rajoy. El propio Gobierno del PP tuvo que dejar de aplicarla al final de su mandato con los pensionistas volcados en la calle contra las subidas del 0,25% y sin ningún apoyo político que la defendiera.
En el sentido contrario, Carles Campuzano ha destacado la reforma del ministro socialista Valeriano Gómez de 2011, “la más valiente” en su opinión, que retrasó la edad de jubilación más allá de los 65 años y que amplió el periodo de cómputo para calcular la pensión, entre otras medidas que endurecieron el sistema público. Con el respaldo del Pacto de Toledo y de los agentes sociales, Campuzano ha recordado el contexto de “plena crisis” financiera, “que parecía que el cielo se nos iba a caer encima” a diario, con la intervención europea de Grecia y Portugal, por ejemplo, la reforma “dio estabilidad y credibilidad de España ante las instituciones europeas”, ha considerado el exdiputado catalán.
Sin embargo, esta reforma y sus recortes, ante el reto también de afrontar el retiro de la numerosa generación del baby boom, es uno de los hitos que alejaron a algunos movimientos de pensionistas del Pacto de Toledo y de los sindicatos mayoritarios.
El “disgusto” de 2019 y la huida de la “catástrofe” en la prensa
Los años de la Gran Recesión, especialmente los más duros entre 2008 y 2014, fueron un gran golpe para el país, pero también una prueba “no teórica, sino absolutamente real”, que demostró “la solidez del sistema público de pensiones”, ha valorado Campuzano. Un sistema que ha vivido unido a los pronósticos de quiebra prácticamente desde sus orígenes, ha recordado la exministra Magdalena Valerio, según múltiples estudios económicos y titulares de prensa, que los años han ido desmintiendo, incluso en el contexto más complicado de la crisis financiera.
«Los medios de comunicación tienen una cierta tendencia a comprar el discurso más catastrofista sobre las pensiones
Los medios de comunicación han sido otro de los temas analizados por los exdiputados, que han considerado que aunque son una pieza fundamental para la democracia, también suponen un elemento de “presión” y una dificultad para alcanzar acuerdos en el Pacto de Toledo. “Los medios de comunicación tienen una cierta tendencia a comprar el discurso más catastrofista sobre las pensiones”, ha sostenido Carles Campuzano. “El mensaje es: catástrofe, quiebra, el sistema no tiene futuro, los jóvenes no van a cobrar pensión…”, ha resumido y coincidido Magdalena Valerio, especialmente en algunas cabeceras. Por ello, la exministra ha reconocido que como presidenta del Pacto de Toledo decidió que las reuniones fueran a puerta cerrada, y no en comisión, salvo excepciones, para facilitar las negociaciones y el acuerdo entre los grupos políticos al margen de los focos.
En un momento en que el Pacto de Toledo debe preparar sus nuevas recomendaciones, los exdiputados han recordado el “disgusto” de 2019, ha destacado Valerio. Otra prueba viviente de que la comisión no queda totalmente al margen de las luchas partidistas. En aquella ocasión, con el Pacto a punto de alcanzar el consenso, Unidos Podemos (en ese momento en masculino) y el PP dinamitaron el acuerdo ante la convocatoria de elecciones anticipadas. Un año después, con Podemos dentro del Gobierno y pese a la entrada de la extrema derecha de Vox en el Parlamento, con las mismas recomendaciones como base, se alcanzó finalmente el acuerdo, que contó con un amplísimo consenso en el Parlamento, con solo dos votos en contra de la CUP. Estas recomendaciones recuperaban la subida de las pensiones según el IPC y otras medidas que inclinaban la reforma del sistema público al refuerzo de los ingresos y no al recorte del gasto.
De su etapa como ministra, Magdalena Valerio ha destacado que este órgano era protagonista en todos sus viajes internacionales. “Ministros y ministras de países como Francia, Alemania, Estados Unidos, también de países árabes y latinoamericanos, querían reunirse conmigo para que les contase lo del Pacto de Toledo y el diálogo social”, ha sostenido Valerio, que ha defendido que “es mejor mantenerlo porque somos envidiados”.