Estampida de jabalíes en el hemiciclo

Estampida de jabalíes en el hemiciclo

El PP convierte el pleno de Congreso en un festival de gritos, aullidos e insultos para extender la idea de que todo es un desastre por culpa del Gobierno. Gracias al plan que traían de casa, el Congreso se asemejó a una discoteca llena de borrachos

Era la última sesión de control antes del descanso parlamentario en verano y los diputados del Partido Popular tenían vía libre para gritar, insultar y patalear en sus escaños. Se van a estar más de dos meses sin armar bulla y pueden terminar sufriendo un agudo síndrome de abstinencia. La oposición siempre está cabreada y tiene derecho a estarlo. Es más discutible que convierta el Congreso en una discoteca llena de borrachos, pero es lo que tiene el constitucionalismo en la derecha. Por lo visto, incluye interrumpir con ruido las intervenciones de sus rivales para que no se les escuche. Y algunos insultos de vez en cuando.

El tema que eligió el PP para el miércoles consistía en presionar al socio del PSOE en el Gobierno de coalición. Avergonzar a Sumar por la corrupción que se extendió en torno a José Luis Ábalos y Santos Cerdán y especialmente por las sospechas de las relaciones con prostitutas. La oposición prescindió durante meses de las preguntas a Yolanda Díaz. No salían bien parados en los duelos y no querían dar ningún protagonismo a la vicepresidenta. Ahora es al revés. Le achacan de ser “cómplice” de toda esa corrupción y aspiran a que Sumar abandone el Gobierno y ponga fin a la legislatura.

“¿Por qué siguen abrazados a un Gobierno corrupto y a ministros que abrazan a prostitutas?”, le preguntó Elías Bendodo. “Sí, soy una persona ética”, respondió Díaz y los diputados del PP se rieron. No fueron risas lo que ofrecieron cuando la líder de Sumar exigió a Alberto Núñez Feijóo que pidiera disculpas “por decir que se ha hackeado el resultado electoral” y recordó los casos de fraude electoral del PP en Galicia. La oposición se lanzó a un grito ensordecedor de “cómplice” repetido varias veces contra Díaz. Golpeaban también los escaños con saña haciendo tanto ruido que parecía que lo hacían con la cabeza.

La presidenta, Francina Armengol –superada por la situación como lo ha estado en toda la legislatura– les hizo una pregunta absurda: “¿Son conscientes de la imagen que están dando?”. Como un coro, los del PP gritaron “¡¡Síííí!!”. Claro que era la imagen que querían dar, la de un Parlamento hundido en el barro por culpa de un Gobierno corrupto. La de una democracia que se cae a trozos. Armengol volvió a mostrar que no se enteraba de lo que estaba pasando: “Esperaremos el tiempo necesario para que se sosieguen”. No necesitaban tranquilizarse, porque no estaban nerviosos. Lo que buscaban era el conflicto de orden público, no la paz en el mundo. Tenían órdenes de hacerlo.

Ester Muñoz fue la siguiente en intentar provocar a Díaz. “Usted se ha sentado en una mesa (por el Consejo de Ministros) con puteros y corruptos”. “Nuestro espacio político no roba”, dijo la vicepresidenta. “¡Encubridora!”, gritó una diputada del PP. Al poco, volvieron los gritos de “cómplice” y los pateos rabiosos. La única concesión a la educación parlamentaria es que nadie vomitó sobre el escaño. Miguel Tellado y Enrique Santiago se cruzaron comentarios airados y eso que están a más de diez metros de distancia.

Al portavoz parlamentario del PP le tocaba preguntar a Félix Bolaños. Como era de esperar, en ningún momento le mencionó el auto del juez Juan Carlos Peinado con el que intenta que el Tribunal Supremo impute al ministro de Justicia en el caso de Begoña Gómez. Para qué molestarse con la instrucción senil del juez cuando tienes a Ábalos, Cerdán, las adjudicaciones y las putas servidas en bandeja de plata.

La pregunta de Ione Belarra a María Jesús Montero sirvió para certificar la estrategia de Podemos de dar al Gobierno por muerto, lo que conllevaría elecciones anticipadas. La secretaria general de Podemos citó el mensaje servil del secretario general de la OTAN enviado a Donald Trump, lo que justificó que llamara mentiroso a Pedro Sánchez: “Las mentiras también tienen las patas muy cortas”, dijo. “Van a firmar en la cumbre de la OTAN la mayor traición a la clase trabajadora desde Zapatero”, por los recortes de gasto público que iniciaron la era de la austeridad.

Podemos hace un análisis de la carta de Mark Rutte –en la que aceptaba que España sólo gaste el 2% si así cumple sus obligaciones– que es idéntico al del Partido Popular. Todo es una mentira, porque Sánchez firmará el comunicado conjunto que consignará el incremento del gasto militar y relacionado con la defensa hasta el 5% del PIB, sin que esté muy claro cómo algunos países podrán llegar a esa cifra. “Usted debe de ser la única que no se ha enterado en el mundo de que España no va a aumentar el gasto de defensa”, le dijo Montero. Por eso, Trump había dicho el día antes que “España es un problema” y el líder del PP europeo, Manfred Weber, había acusado a Sánchez de “poner en riesgo la seguridad de Europa”.

Belarra dio por hecho que España aumentará un 5% el gasto de defensa, por mucho que Sánchez no tenga ninguna intención de hacerlo, lo que ya ha provocado el malestar de varios gobiernos europeos. Y no sólo eso, sino que recurrió a la comparación de una foto que representa mucho en la izquierda. “Hoy, el señor Sánchez se va a hacer su particular foto de las Azores y esa foto les va a perseguir toda la vida”.

El presidente de EEUU en esa foto, George Bush, no pensaba que España fuera un problema. Más bien al contrario. Estaba encantado de que España con José María Aznar al frente fuera uno de los pocos países de Europa que apoyaban la invasión de Irak. Definitivamente, ni Trump ni Rutte están satisfechos con Sánchez. Podemos ya piensa en las urnas con tanta pasión como el PP, aunque haciendo menos ruido.

En un debate posterior, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que ocupaba la presidencia en ese momento, se dirigió al grupo del PP para dejar la frase que resumía la sesión: “Les pido que no usen las extremidades”. Pero es imposible pastorear un rebaño si el ganado sale en estampida y arrasa con todo lo que encuentra.