
Las ideas conspiranoicas ganan terreno: la mitad de los españoles cree que nos ocultan los ‘peligros’ de las vacunas
La Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología realizada por la FECYT muestra un preocupante aumento de quienes creen en teorías de la conspiración sobre la ciencia, sobre todo en personas de centro derecha y asociado al consumo de contenidos de plataformas como TikTok
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La mitad de los españoles cree que las compañías farmacéuticas ocultan los peligros de las vacunas, 20 puntos más que en 2022, cuando la FECYT hizo la misma pregunta para la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. Pero no es el único dato preocupante de la nueva entrega de este sondeo que se publica cada dos años.
Un 41,6% de los encuestados en la edición de 2024 publicada este miércoles cree que “se han producido virus en laboratorios gubernamentales para controlar nuestra libertad”, uno de cada cuatro españoles (24,5%) cree que “el Gobierno oculta la relación entre las vacunas y el autismo” (casi el doble que en 2022) y uno de cada tres (33,3%) está convencido de que “la cura para el cáncer existe, pero se mantiene oculta al público por intereses comerciales”.
En el resultado global de la encuesta, la población española está interesada en la ciencia y muestra una confianza elevada en las instituciones y en las profesiones científicas, pero al preguntar por cuestiones específicas aparecen actitudes de desconfianza que han crecido sensiblemente respecto a años anteriores. En concreto, estas respuestas aparecen en el apartado 19 de la encuesta, sobre Desconfianza en la ciencia y mentalidad conspirativa, en el que los autores presentaron una serie de afirmaciones relacionadas con avances científicos, basadas en teorías de la conspiración, para identificar el alcance de este tipo de discursos en la opinión pública.
Un 41,6% de los encuestados cree que ‘se han producido virus en laboratorios gubernamentales para controlar nuestra libertad’
Entre las cuestiones abordadas también destaca que más de la mitad de la población (56,6%) considera que problemas como la contaminación o el cambio climático ya tienen soluciones técnicas, pero hay fuertes intereses económicos que impiden llevarlas a cabo.
Desconfianza global
Esta preocupante tendencia al alza de la desconfianza hacia el papel de los intereses comerciales en el ámbito científico, apuntan los autores de la encuesta, es un fenómeno extendido a nivel europeo, no exclusivo de España y está en la línea de lo observado en el informe del Eurobarómetro Especial de 2025 “sobre el conocimiento y actitudes hacia la ciencia y la tecnología de la ciudadanía europea”.
En Europa, uno de cada tres encuestados (34%) dice que la afirmación “la cura para el cáncer existe pero está oculta al público por intereses comerciales” es verdadera (similar al 33% en España) y un 35% cree que es cierto que “los virus se han producido en laboratorios gubernamentales para controlar nuestra libertad” (frente al 41,6% de españoles). En ambas declaraciones ha habido un aumento en la proporción de respuestas incorrectas desde 2021.
Cuando se analiza la influencia de otras variables, indican los autores, se aprecia que el nivel educativo y el nivel socioeconómico juegan un papel clave en la aceptación de afirmaciones relacionadas con teorías de la conspiración y a medida que aumentan estos niveles, el grado de acuerdo con este tipo de creencias disminuye. “Esta tendencia es diferente con la afirmación ‘Las compañías farmacéuticas ocultan los peligros de las vacunas’, que es compartida por una parte significativa de la población, independientemente del nivel educativo o económico”, indica el informe.
TikTok, bajo sospecha
Celia Díaz, profesora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y directora científica del estudio, cree que una parte de las respuestas más radicales se debe a las limitaciones de la propia encuesta y a que no todo el mundo está hablando de lo mismo cuando habla de los posibles intereses de la industria farmacéutica o los gobiernos. Lo que sí detectan es que estos mensajes han ido calando en las personas del espectro ideológico más moderado. “Todavía nos quedan hacer análisis en profundidad, pero vemos que el porcentaje de mayor aumento se da entre las personas que votan al centro o al centro derecha”, explica. “Eso es lo que cambia respecto a 2022, que ese grupo más moderado ha modulado ahí su opinión”.
Lo que detectamos es que la gente que tiene menos interés en la ciencia, se informa más por medios como los vídeos de TikTok, es decir, que no buscan la información, sino que les llegan por estas plataforma
En los siguientes análisis, los autores del estudio quieren explorar con más detalle qué tipo de medios son los que por los que se han informado estas personas, si tiene que ver con una información más activa en el sentido de buscar ellos y ellas las noticias o, por el contrario, tiene más que ver con ese goteo constante de desinformación relacionado con las plataformas de vídeo y las redes sociales. “Lo que detectamos es que la gente que tiene menos interés en la ciencia, se informa más por medios como los vídeos de TikTok, es decir, que no buscan la información, sino que les llegan por estas plataformas”.
Al servicio de los políticos
Ana Muñoz van den Eynde, responsable de la Unidad de Investigación en Ciencia, Tecnología y Sociedad del CIEMAT, cree que los resultados ofrecen un panorama un poco preocupante, que va en línea con lo que se detecta a nivel global y en muchos estudios. No solo aparece en los dos últimos Eurobarómetros sobre actitudes hacia la ciencia y la tecnología, apunta, sino que en un estudio reciente del CIEMAT han encontrado que el 57% de la población está algo o bastante de acuerdo, y un 23% está muy o totalmente de acuerdo con la frase “La ciencia que asesora a la política solo sirve para justificar lo que los políticos quieren”. “En línea con esta creciente desconfianza, aumenta el porcentaje de personas que están de acuerdo en que los y las científicas pueden ajustar sus resultados para satisfacer los intereses de quienes les financian”, señala la especialista al SMC.
Joaquín Sevilla, catedrático de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y coautor del libro Los males de la ciencia, cree que la formulación de las preguntas del apartado 19 de la encuesta se desprende que hay dos tipos de respuestas de apoyo a enunciados conspirativos, uno ligado a una conspiranoia “tradicional”, la tendencia natural de los humanos a sospechar, y un segundo enfoque vinculado a un posicionamiento político, como las respuestas sobre las vacunas.
El aumento de personas que dudan de las vacunas en solo dos años, es una muestra alarmante de la velocidad de crecimiento de estas posiciones
“Esta última es una reafirmación personal frente al poder establecido y ha cobrado fuerza en el marco de los grupos políticos de extrema derecha, inicialmente estadounidenses, aunque se van extendiendo por todo el mundo”, explica Sevilla a elDiario.es. En su opinión, no es fácil establecer las razones por las que ese tipo de pensamiento está creciendo, pero es un patrón que se observa claramente. “En cualquier caso, el aumento de personas que dudan de las vacunas en solo dos años, es una muestra alarmante de la velocidad de crecimiento de estas posiciones”, apunta. “Una muestra más del crecimiento de la extrema derecha y de que esa ideología no es solo una elección de voto, sino que forma parte de una cosmovisión”.
La fragmentación como instrumento
En la misma línea se manifiesta Luis Miller, doctor en Sociología y científico titular del CSIC y autor del libro Polarizados. “Sospecho que tiene que ver con el partidismo”, señala. “Desde hace años en EEUU se ha mostrado que la brecha entre demócratas y republicanos en estos temas es enorme y hay mucho más negacionismo entre estos últimos”. El experto está seguro de que eso también pasa en España. “Y en muchos casos no es una reflexión seria, sino una actitud posicional”, comenta. “Te sitúas en contra del consenso científico, mediático o político y eso te lleva a estas posiciones”.
Las conspiraciones nos hacen sentir especiales y mejores que los demás, porque nos creemos conocedores de esta supuesta verdad escondida, mientras que la mayoría de la población vive engañada
Clara Pretus, neurocientífica experta en el avance de la desinformación y el extremismo, reconoce que no esperaba porcentajes tan altos en las respuestas conspiranoicas. En su opinión, esta creencia tan prevalente en teorías de la conspiración está relacionada con un sentimiento de inseguridad ante una realidad que se presenta cada vez más rocambolesca y confusa. Mediante estas creencias, asegura, las personas sienten que toman algo de control ante una situación que les supera.
“Las conspiraciones nos hacen sentir especiales y mejores que los demás, porque nos creemos conocedores de esta supuesta verdad escondida, mientras que la mayoría de la población vive engañada”, explica Petrus. “Y las teorías de la conspiración tienen componentes sociales. Si las compartimos con otras personas, estas creencias nos pueden hacer sentir parte de un grupo con el que podemos sentir un fuerte vínculo, ya que compartimos con él un sistema de creencias al margen de la sociedad”. En otras palabras, resume, la alta prevalencia de estas creencias parece un síntoma más del periodo de fragmentación social que estamos atravesando.