
La «indignación» de un pequeño pueblo de Vitoria porque las obras del Deportivo Alavés «destruyen» su patrimonio
El concejo de Zuazo llama a la Policía para que pare las excavadoras de la ampliación de la ciudad deportiva de Ibaia y protestan porque no es la primera vez que se tienen que enfrentar a Querejeta
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David contra Goliat. O, en este caso, el pequeño pueblo de Zuazo, de 140 habitantes, contra el grupo empresarial de Josean Querejeta, que abarca, entre otros negocios, al Deportivo Alavés y al Baskonia. La junta administrativa de este concejo, una suerte de ‘Ayuntamiento’ del que disponen históricamente los pueblos ubicados dentro del término municipal de Vitoria, pelea contra las obras de ampliación de la ciudad deportiva de Ibaia, en la zona oeste de la capital y que oficialmente lleva el nombre de José Luis Compañón, histórico directivo del club.
En un comunicado, el ‘Gobierno’ del pueblo hace constar su “sorpresa, malestar e indignación” con Querejeta. En concreto, explican que el 19 de junio tuvieron que llamar a la Policía porque las empresas constructoras (Zikotz y Mendiola) destruyeron -en su propia terminología- una senda de titularidad pública. “Somos conscientes de que dicho camino propiedad de Zuazo de Vitoria molesta dentro de su proyecto empresarial, pero desde esta junta administrativa queremos dejar claro el posicionamiento de nuestros vecinos y vecinas, solicitando de forma tajante a las autoridades competentes que respeten y se haga cumplir la normativa relativa a la legalidad de titularidad pública”, señalan.
Josu Etxebarria, fiel de fechos de la junta local, una figura histórica equivalente a la moderna de secretario, explica que no es la primera vez que tienen que denunciar una “invasión” y “apropiación” por parte del gigante deportivo, que ha anunciado una inversión próxima a los 29 millones de euros para que las históricas instalaciones de Ibaia pasen ahora a disponer de hasta ocho campos de fútbol y un gran edificio, tanto para el primer equipo masculino como para el femenino y la cantera. Etxebarria indica que en 2024 ya tuvieron que llamar a la Policía y lograron que las contratistas de las obras tuvieran que restaurar una zona que estaba urbanizada y para la que no se tenía permiso, unos “500 ó 600 metros cuadrados”.
Simulación de los nuevos campos de fútbol en la nueva ciudad deportiva del Alavés en Ibaia
El plan, cuando fue presentado, abarcaba unos 112.000 metros cuadrados. El camino de la discordia cruzaba por el medio del ámbito de la ampliación y los vecinos de Zuazo, sin excepciones, se negaron a cederlo al grupo de Deportivo Alavés y Saski Baskonia. Así lo trasladaron al Ayuntamiento de Vitoria cuando se tramitaron las modificaciones urbanísticas que requirió el proyecto. Hay otra senda de titularidad pública usada ahora por los usuarios de Ibaia para acceder al recinto.
Desde Zuazo, lamentan que la misma historia se vaya repitiendo una y otra vez. De hecho, a las 24 horas del incidente de la semana pasada las máquinas volvieron a insistir con estas actuaciones y, de nuevo, tuvieron que comunicarlo a las autoridades. “La ciudad deportiva, como pueblo, nos parece maravillosa. Pero es desproporcionada. Triplica la zona actual. Tiene impacto ambiental, lumínico y de todo tipo. Han ido comprando terrenos agrícolas, pero hay otros que son del pueblo. Lo que no puede ser es tener que andar llamando para demostrar lo que es nuestro. ¿No debería ser al revés? ¿No deberían ellos demostrar que pueden entrar ahí? Siempre tenemos que estar peleando. Somos una entidad pública continuamente pisoteada por una entidad privada”, explica el fiel de fechos.
Y añade: “Nuestro terreno está registrado desde 1700. Dicen que no lo usamos. ¿Y qué más da? Seremos pequeñitos, pero tenemos derechos. Las aldeas también tenemos derecho a nuestras propiedades, ¿no? Por mucho nombre que tengan, tienen que cumplir la ley. Da igualmente que seamos 100 o 50.000”. La preocupación en Zuazo ahora es que se reproduzca el problema en cuanto se despisten los vecinos. “Si nos vamos una semana de vacaciones, ¿qué nos vamos a encontrar?”, se pregunta Etxebarria.