Los toldos en Sol costaron un millón y medio de euros por contratiempos y falta de previsión: «Son caros y llegan tarde”

Los toldos en Sol costaron un millón y medio de euros por contratiempos y falta de previsión: «Son caros y llegan tarde”

El Ayuntamiento de Madrid prevé instalar esta noche las telas que faltan para completar la nueva zona de sombra, aunque no será el final: aún queda saber cuánto costará instalar y desintalarlas cada año. Vecinos o turistas opinan sobre el desembolso municipal, que ya dejó 12,7 millones en la reforma inicial de la plaza

Los toldos de Sol costarán un millón de euros más de lo previsto porque hace falta lastrar los bancos para anclar las telas

El calor pega fuerte en la Puerta del Sol. Es el último día de junio y el verano se asienta en capital: los turistas portan abanicos o sombrillas, en los negocios se refrescan con el aire acondicionado y las botellas de agua fresca cotizan al alza. La famosa plaza donde se dice que España tiene su kilómetro cero mide casi lo mismo que dos campos de fútbol y, sin embargo, resulta casi imposible hallar huecos de sombra. Al menos, hasta ahora. Este lunes podía verse cómo los paseantes huían del bochorno bajo unos nuevos toldos blancos, que el Ayuntamiento de Madrid ha ido instalando en las últimas semanas. A mediodía quedaban algunos por colocar, pero la previsión del área de Obras es tenerlo todo a punto a lo largo de la noche. Sin embargo, su estreno ha sido agridulce.

“¿Un millón y medio? Parece que aquí sumáis más rápido que en Argentina”, responde con ironía Mariano, un turista latinoamericano recién aterrizado en Madrid. Se muestra sorprendido al oír que el presupuesto para instalar 32 toldos de PVC microperforado sume 1.470.701,73 euros. Aunque desconoce la letra pequeña. En realidad, las velas –adjudicadas a la empresa Carpas Zaragoza– costaron medio millón (475.530 € con impuestos), pero un error de cálculo obligó a sellar un nuevo contrato pese a que hubo advertencias previas.

Los estudios municipales ratificaron que el anclaje del toldo no podría colocarse bajo la hilera de bancos que hay en la zona norte, al no haber un terreno sólido (el intercambiador de Sol pasa por debajo) y existir el riesgo de que saliera volando ante fuertes rachas de viento. Para solventarlo, el Ayuntamiento tuvo que introducir placas de acero en los asientos y triplicar el coste previsto, lo que añadió 996.171,73 euros con otro encargo, esta vez a las empresas Azvi y Licuas. Mariano, que acaba de llegar y desconoce su intrahistoria, observa las telas mientras espera a la sombra de un estanco, en el centro de la plaza.


Recreación de los toldos distribuida por el Ayuntamiento arriba

Las carpas están sujetas a los bancos que hay junto a las estaciones del metro, bajo el mítico edificio del Tío Pepe. Instalarlas no entraba en las previsiones iniciales del alcalde, que hizo una reforma integral entre 2022 y 2023 para peatonalizar la zona por completo y colocar asientos. El importe de la remodelación costó entonces 12,7 millones de euros. Sin embargo, las críticas por la falta de sombra no tardaron en llegar y, un año más tarde, José Luis Martínez-Almeida decidió introducir los toldos en la ecuación. Es por eso que los bancos no se construyeron con acero desde el inicio, pues no estaban pensados para sujetar grandes estructuras.

Así que, dadas las quejas vecinales por el calor y los contratiempos que llegaron después, el cómputo acabaría sumando otro millón y medio para la Puerta del Sol. De ahí la cifra que sorprendió a Mariano. El material de las telas no es totalmente opaco, así que prefiere resguardarse a la sombra de otro edificio. Camila, que viene de Barcelona pero nació en Argentina, espera a una amiga sentada bajo los toldos. Es la primera vez que está en Madrid y, por lo tanto, también en la Puerta del Sol, así que ha conocido la plaza después de su reforma y con las carpas blancas ya casi instaladas.

“Me gusta mucho esta zona y me recuerda al centro de Buenos Aires. Aunque [los toldos] no son muy estéticos y desentonan con el entorno, ¿no?”, cuestiona, deslizando algunas alternativas verdes (como arbustos o troncos) para crear sombra. Precisamente los arquitectos que planificaron la reforma en la Puerta del Sol, Ricardo Sánchez y Jose Ignacio Linazasoro, reconocieron haber propuesto a la Comunidad de Madrid la plantación de 14 árboles en distintos puntos de Sol. “[El área de] Patrimonio se negó tajantemente y no quisieron ni estudiarlo”, destacaron un año después, en un encuentro abierto con otros urbanistas.

La minúscula cota que permite el paso del Metro en Sol impidió colocar los árboles ahí donde más sentido tenían, junto a los nuevos bancos al norte de la plaza que ahora sostienen las telas blancas. El proyecto no incluyó ningún tipo de sombra natural ya que la losa de granito sobre la que se asienta la mayor parte de la Puerta del Sol hacía imposible las plantaciones. En la zona del este, donde sí eran posibles, las desaconsejó la Comisión de Patrimionio para no tapar sus edificios históricos. Por ello, el área de Obras optó por colocar los parasoles.


Recreación de los toldos distribuida por el Ayuntamiento arriba

“Es un entorno BIC [Bien de Interés Cultural] que no permite instalar estructuras permanentes, así que hemos seguido todo el tiempo estas indicaciones”, justifican desde el departamento el mismo día en el que se ultiman los trabajos para colocar 32 toldos. Esa mañana podían contarse 28, aunque hasta por la noche no retomarían las actuaciones dadas las altas temperaturas, que a mediodía superaban los 35 grados en la capital. “Lo que hay es un avance, pero no merece la burrada que ha costado”, se sincera José Martínez, un madrileño de 67 años que estrena el nuevo rincón de sombra después de pasear por el centro.

De todas las personas consultadas in situ, este vecino es el único al que ya le habían hablado del coste final de los toldos. “Son caros, llegan tarde y estéticamente, ni fu ni fa”, determina: “Y encima hay que volver a pagar más después de todo lo que ha costado reformar la plaza”, valora, recordando que el presupuesto para la Puerta del Sol se ha ampliado “tres veces” en los últimos años: la primera en 2022 y la segunda, cuando se plantearon las carpas antes de conocer el problema con los bancos. No sabe que, esta vez, a la tercera tampoco irá la vencida.

Este último contrato solo contemplaba la fabricación, el suministro o la instalación de los toldos, pero el sistema es de quita y pon. Es decir, que las carpas se desinstalará en octubre (una vez pase el calor) y volverán a elevarse en primavera. Fuentes del Ayuntamiento confirman que el área de Obras trabaja en un nuevo convenio para esta tarea, aunque de momento no saben cuanto costará. Lo que sí está claro es que una nueva suma se añadirá al presupuesto para remodelar una de las plazas más representantivas de Madrid.