Casi nueve horas encerrada en un tren: la odisea de viajar de Sevilla a Madrid por la enésima avería del AVE

Casi nueve horas encerrada en un tren: la odisea de viajar de Sevilla a Madrid por la enésima avería del AVE

El servicio de trenes de alta velocidad entre Madrid y el sur de la Península se ha visto afectada por una nueva incidencia, esta vez provocada por la falta de tensión en la catenaria entre Yeles y La Sagra

Los trenes entre Madrid y Sevilla retoman el servicio, aunque Adif advierte de posibles retrasos

Un viaje en AVE de Sevilla a Madrid que tenía previsto hacer en menos de tres horas se terminó convirtiendo en una odisea de más de 12 horas, nueve de ellas encerradas en un tren. María es una de las pasajeras que ha sufrido en primera persona la nueva avería en la red ferroviaria, que desde la tarde del lunes ha provocado retrasos y parones en el servicio de los trenes de alta velocidad entre Madrid y el sur de la Península.

María tenía billete para viajar a Madrid por trabajo a las 17:46. Llegó a la estación de Santa Justa con antelación, a las 16:00, en plena jornada de aviso naranja por temperaturas extremas, con la intención de evitar el tráfico ocasionado por la cumbre de la ONU que se celebra esta semana en Sevilla. Al llegar, se encontró con la misma escena que se vivió hace apenas un mes, cuando miles de pasajeros se quedaran varados durante horas en el vestíbulo de la estación por el robo de cable en la línea del AVE: una estación “abarrotada” de gente, con la mirada clavada en las pantallas y la incertidumbre sobrevolando el ambiente.

Tras horas de espera “pasando un calor infernal”, el tren de María salió a las 20:15. Pero la odisea no había hecho más que comenzar. Menos de dos horas después de arrancar, el convoy se detuvo en “en medio de ninguna parte”. Pasada la medianoche, la comida se había agotado y empezaron a “dosificar el agua que quedaba”. “No sabíamos qué estaba pasando ni qué previsión había de llegar, la gente estaba preocupada porque perdía aviones y nos estábamos quedando sin agua”, relata la sevillana ya desde Madrid, después de dormir dos horas. Finalmente, llegaron a la estación de Atocha a las 5:10 de la madrugada, más de 12 horas desde que María salió de su casa.

A pesar del cansancio y de haber tenido que reorganizar todo el trabajo, lo que más lamenta María es “la ausencia de información” por parte de la compañía ferroviaria. Según Adif, la circulación de los trenes se interrumpió por la falta de tensión en la catenaria entre Yeles y La Sagra, en la provincia de Toledo. Aunque inicialmente se dio la avería por solucionada en la noche del lunes, las dificultades para retirar dos trenes afectados por la pérdida de tensión han ocasionado una demora mayor de lo prevista para retomar el tránsito ferroviario, afectando a otros tantos servicios programados para el martes.

La circulación ferroviaria se ha retomado rozando el mediodía del martes, aunque Adif reconoce que se pueden producir retrasos por la acumulación de trenes tras horas sin servicio. La experiencia de María no es un caso aislado. Las continuas incidencias y demoras en los trenes están erosionando la reputación de un medio de transporte que fue en su momento emblema de eficiencia y velocidad. El departamento que dirige el ministro Óscar Puente está en el blanco de las críticas ciudadanas y testimonios como el de María reflejan un sentimiento que se extiende entre los usuarios: “Ya no voy a coger más trenes porque siento que no me puedo fiar”.