
Los zuecos del Gobierno
La imagen de decadencia, las estampas tercermundistas, el recuerdo que se llevan los turistas, nos dañan como país además de dañar a los implicados. Pero vendrán y me dirán que lo de la insoportable corrupción no importa porque se están haciendo cosas buenas para la gente.
Si nuestra obra no es útil, toda gloria derivada de ella es necia.
Algunos me señalan por criticar al Gobierno y no señalan al Gobierno por ser criticable. Los trenes, como el calor, nunca fueron así. De nuevo hemos visto durante 14 horas a personas tiradas sin asistencia en medio de la nada, convoyes parados, aeropuerto con el control colapsado en pleno inicio de la operación verano. Se ponga como se ponga quien se ponga, esto antes no pasaba. Hubo un tiempo mítico en el que los españoles podían coger un AVE y llegar puntuales y planificar su salida en avión y no quedarse inmovilizados pasando un control de seguridad. Un país que, además, va a por el récord absoluto de visitantes queriendo superar a Francia, que ha revalidado el título por décadas. Algo va mal. Tony Judt siempre tan adecuado. Algo va mal y alguien tiene la culpa o, al menos, alguien no es capaz de arreglarlo.
A todos los demás grandes hits -elección nefasta de colaboradores, detección de corruptos, patrimonialización de lo público, nepotismo- unan el de la gran gestión del malhadado ministerio de Transportes. Aunque esperen, no. En un alarde de seriedad, la ministra de Hacienda, que aún no ha hecho mucha gala de los méritos que la adornan, le ha dicho a sus socios de gobierno de Sumar que para ella que todo es un sabotaje. ¡Sabotaje!, y se queda tan ancha y supongo que Yolanda Díaz y el resto le han comprado el producto por los tecnicismos con los que lo ha envuelto: “Y yo incluso me he planteado si hay cierto sabotaje. Yo no lo puedo entender. Yo soy usuaria de ese AVE” les ha dicho compungida. Sabotaje les dice, sabotaje dijo Puente. Excusas de mal pagador. Precisamente sabotaje es una palabra que tiene su origen en el ferrocarril, una especie de justicia poética. Hace 115 años los trabajadores de los ferrocarriles franceses, para materializar su protesta, pusieron sus zuecos de madera en las vías para impedir la circulación de los trenes. Usaron los sabots para quebrar el servicio y lograr mayor efectividad de la protesta y de sabots, sabotage y de sabotage, sabotaje.
No hay zuecos en las vías españolas. Ni los hay ni los hubo cuando Óscar Puente pretendía no tragarse que los chorizos hubieran robado cable de poco importe en tres sitios distintos y se desplazaba allí para contárnoslo. La Guardia Civil detuvo y condujo ante el juez a los responsables y no eran ningún par de zuecos sino las redes mafiosas de siempre y una vía sin vigilancia. Eso sí, los jóvenes pueden viajar con unos bonos que les permitirán además pasar mucho tiempo en el tren y tirados en las estaciones si alguien no lo remedia. Montero, estupefacta, no lo puede creer y no lo puede creer porque como usuaria sabe que estas cosas no han pasado nunca. Nos pasan con un gobierno concreto que presume de cuidar las cosas de la gente. Esta, desde luego, no.
No es ninguna minucia. La imagen de decadencia, las estampas tercermundistas, el recuerdo que se llevan los turistas, nos dañan como país además de dañar a los implicados. Pero vendrán y me dirán que lo de la insoportable corrupción no importa porque se están haciendo cosas buenas para la gente. ¿Qué cosas? ¿Dejarlos tirados muertos de sed y de calor? ¿Hacerles perder el avión y jorobarles las vacaciones? Más de 500 personas perdieron su vuelo internacional en Barajas por falta de personal para realizar las tareas de control de seguridad de entrada a la terminal. Tendrán difícil conseguir otras plazas y recibir indemnizaciones puesto que, a todos los efectos, han perdido el avión por no estar presentes. Los pleitos por responsabilidad patrimonial contra la Administración suele ser eternos y, mientras, te has quedado sin vacaciones. ¿De verdad van a seguir intentado convencer a la gente que el ministro tuitero está haciendo todo lo que puede para que las cosas funcionen? Pónganse en el lugar de los afectados y díganse la verdad.
La ministra Montero les ha intentado colar a los de Sumar que a lo mejor la culpa es de Ouigo. Bonita forma de hacer diplomacia con las empresas y con la libre competencia impulsada por Bruselas. Le han contestado que su compañía no ha estado en el origen de ninguno de los incidentes. Ya señaló a los operadores extranjeros el inefable Puente en otras ocasiones. Cuando no eres capaz de gestionar y de hacer funcionar con normalidad lo que de ti depende no es buena cosa intentar echar la culpa a cualquiera que te parezca un incordio y un incordio le parecen las empresas competidoras al ministro. Así mismito se la han querido colar a ese Sumar que justo hoy se sacaba de la manga la idea de no publicitar los vuelos cortos para proteger el medio ambiente. Con el tren saboteado y Barajas colapsado no va a hacer falta ninguna otra prohibición ni ley. A lo mejor todo son sabotajes o lawfare y el destino, Dios y los hados se han confabulado para tumbar al gobierno a base de jorobar a cientos de miles de ciudadanos. Así lo ve Tezanos que hasta en lo de Koldo, Ábalos y Cerdán ve un montaje. No hay nada más patético que esa huída alocada de la realidad.
No funciona. No se trabaja bien. No se ponen remedios y eso es culpa de quien tiene la responsabilidad. No hay otra. De Aena o de Marlaska en el aeropuerto, de Adif o de Renfe o del Ministerio. No le den más vueltas. Explican los expertos que se han juntado varios factores: una línea mal mantenida por décadas, la llegada obligada de la competencia y los precios competitivos que aumentan el tráfico y las obras emprendidas con fondos Next Generation que tienen que hacerse todas en un plazo para no perder los fondos. Una o todas las causas deberían haberse previsto y haber implementado medidas porque en eso, y no en hacer el macarra verbal contra opositores y periodistas, consiste gobernar. Lo pregunté hace un par de meses y lo pregunto ahora: ¿alguien ha pensado en implementar un sistema que en caso de parón prolongado lleve agua, comida y medicinas a los pasajeros aislados? Si alguien me dijera que no es posible tendríamos que concluir que nos deslizamos fuera del primer mundo.
Aténse los machitos y pónganse a arreglar este entuerto porque les auguro que más allá de la corrupción y la mentira hay miles de españolitos que no les van a perdonar que les jodan las vacaciones. Eso es sagrado. Eso no se olvida nunca y tampoco cuando lleguen las urnas. Nadie les pone zuecos en el camino, ustedes mismos se hacen la zancadilla una vez tras otra.