Pride, Orgullo: el nombre importa

Pride, Orgullo: el nombre importa

Pocas veces se le ha puesto nombre a algo con tanta visión, tanta positividad y tanta capacidad de reputación de un concepto o de un movimiento

Archiletras | Todo es lengua – La Guerra de los Doce Días… o más bien de los Cien Años

Estamos estos días en las fiestas y celebraciones del Orgullo, término que se ha popularizado así, sin más, tras unos años iniciales de Orgullo Gay, de Orgullo LGTBI o de Orgullo LGBTQ+.

Lo de Orgullo es una traducción directa del Pride original en inglés; del Pride Day, que cumple ya 55 años: el primero fue en 1970, en Nueva York. Es una traducción directa y un enorme acierto tanto de la reivindicación de derechos como del naming y del marketing. El nombre importa mucho, lo he comentado aquí a propósito de muy diferentes asuntos. El nombre que se le pone a los movimientos, a los productos, a los servicios… lleva muchas veces aparejado un buen porcentaje de sus posibilidades de éxito. Y pocas veces se le ha puesto nombre a algo con tanta visión, tanta positividad y tanta capacidad de reputación de un concepto o de un movimiento como en esta del Pride o del Orgullo.

Antes de esta revolución social y nominal, a los homosexuales se les relacionaba en España, en la España franquista, con términos peyorativos, despectivos, ofensivos e incluso incriminatorios, como son estos: “peligrosos sociales”, “vagos” o “maleantes”. Hasta en el nombre de las leyes represivas se les denominaba así, según recordaba el ministro Félix Bolaños en un acto el pasado viernes en el Palacio de Parcent, sede histórica del Ministerio de Justicia. El acto llevaba el atinado nombre de Orgullo y Justicia, y en él se entregó la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort al presidente José Luis Rodríguez Zapatero y al activista LGTBI, jurista y político Pedro Zerolo (a título póstumo), impulsores de la ley del matrimonio igualitario, de la que se cumplen ahora 20 años.

El primer Pride Day, el 28 de junio de 1970, lo organizó una activista bisexual estadounidense, Brenda Howard, para conmemorar el primer aniversario de los disturbios de Stonewall. Un año antes, el 28 de junio de 1969, la policía hizo una redada en Stonewall Inn, un bar gay del barrio neoyorquino de Greenwich Village, y comenzó a llevarse a los que estaban dentro. “Las tensiones —contaba una crónica periodística de CNN— aumentaron rápidamente cuando los clientes se resistieron al arresto y una creciente multitud de transeúntes arrojó botellas y monedas a los oficiales. La comunidad gay de Nueva York, harta tras sufrir acoso durante años por parte de las autoridades, estalló en disturbios en las inmediaciones que se prolongaron durante tres días”.

Aquellas movilizaciones, que fueron las primeras en la historia de Estados Unidos en las que la comunidad LGTB protestó de forma sostenida contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del Gobierno, se consideran el catalizador del movimiento moderno por derechos LGTB en todo el mundo.

A Brenda Howard, la activista que un año después de los disturbios de Stonewall organizó el primer desfile del Pride Day, desde Christopher Street hasta Central Park, se la ha llamado desde entonces The Mother of de Pride (la Madre del Orgullo). Enfermera de profesión, Brenda murió a los 58 años… justo en un Pride Day, el 28 de junio de 2005.