Las cintas de Koldo no son los papeles de Bárcenas

Las cintas de Koldo no son los papeles de Bárcenas

Los ‘papeles de Bárcenas’ acompañaron a Mariano Rajoy desde su primer día como presidente del Gobierno hasta el último. Y tuvo un efecto determinante para la dirección política del país. Las cintas de Koldo no han tenido nada que ver con la ejecutoria de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno

No sé qué escribirán los historiadores sobre el origen de la Primera Guerra Mundial, pero estoy seguro de que no dirán que la guerra empezó con la invasión de Alemania por Bélgica, se dice que respondió el ex primer ministro Clemenceau a la pregunta de un interlocutor alemán.

Es la anécdota que se me vino inmediatamente a la cabeza al ver la reacción del PP y de sus terminales mediáticas tras hacerse públicas las cintas que había venido grabando durante años Koldo García y en las que queda constancia de conductas presuntamente corruptas de José Luis Ábalos, el propio Koldo y Santos Cerdán.

He estado dudando si intercalar o no el “presuntamente”, porque no quiero que se me malinterprete, pero la presunción de inocencia es un derecho demasiado importante como para no tenerlo en cuenta incluso cuando el contenido de las cintas te repugna tanto que casi preferirías no tener que hacer referencia al mismo.

Pero me ocurre como a Clemenceau, que no estoy seguro de cómo acabará la investigación sobre las cintas de Koldo, pero sí estoy seguro de que no ocupará un lugar central en el estudio de la corrupción en la democracia española desde la entrada en vigor de la Constitución. Las cintas de Koldo son Bélgica. Los papeles de Bárcenas son Alemania.

Nada se entiende en la política del PP en los últimos quince años sin los papeles de Bárcenas. Ni la forma en que reaccionó toda la dirección del PP reunida en torno a su presidente, Mariano Rajoy, en la sede de Génova para transmitir el mensaje de que no era un caso de corrupción del PP, sino “contra” el PP. Ni el pacto Rajoy-Bárcenas en enero de 2012, pocos días después de la investidura, para interponer un recurso y dilatar la entrega a la justicia española de las cuentas del tesorero en bancos suizos. Ni la constitución de la “policía patriótica” en 2013 en el Ministerio del Interior para apoderarse de información de la que disponía el tesorero y evitar que acabara en manos de la justicia española, operación Kitchen. Ni la renovación ese mismo 2013 del Consejo General del Poder Judicial que acabaría ocupando diez años la institución. Y un largo etcétera.

No sé cómo acabará la investigación de las cintas de Koldo, insisto, pero sí se cuál ha sido la reacción de Pedro Sánchez y de la dirección del partido socialista desde el mismo momento en que se ha tenido conocimiento de las conductas presuntamente corruptas, que es lo que realmente tiene que ser tomado en consideración para emitir un juicio político sobre el caso.

Los “papeles de Bárcenas” acompañaron a Mariano Rajoy desde su primer día como presidente del Gobierno hasta el último. Y tuvo un efecto determinante para la dirección política del país. Las cintas de Koldo no han tenido nada que ver con la ejecutoria de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

De ahí que no se entienda la exigencia de poner fin a la legislatura y de convocar elecciones anticipadas. Desde julio de 2018, en que Pedro Sánchez fue investido presidente del Gobierno mediante una moción de censura, no ha habido ni un solo escándalo de corrupción conocido hasta que estalló el caso de Abalos-Cerdán-Koldo. Lo de su mujer, su hermano y el fiscal general son presuntamente escándalos judiciales, como lo fueron los de los ERES de Andalucía.

Las cintas de Koldo son el primero. Hasta dónde llegará es algo que sabremos con seguridad, porque en este caso no hay nada que vaya a quedar fuera del conocimiento del o de los órganos judiciales que lo están investigando.

En el momento tan convulso en el que estamos viviendo es de suma importancia que España tenga un Gobierno digno de tal nombre. Los lectores seguro que recuerdan que el presidente Donald Trump, tras decidir unilateralmente la imposición de aranceles de forma generalizada, presumió de que muchos primeros ministros habían acudido a la Casa Blanca a “besarle el culo”, para intentar llegar a un acuerdo. Seguro que también recuerdan la reciente “actitud besaculo” del actual presidente holandés de la OTAN sobre el 5%. ¿Les gustaría verse representados por el tándem Feijóo/Abascal en estas circunstancias?

Ábalos, Koldo y Santos Cerdán tienen derecho a un juicio con todas las garantías constitucionales, que es lo que van a tener. Nada hay en dicho juicio que exija la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones.

Una golondrina no hace verano. Es el refrán que le viene a las cintas de Koldo como anillo al dedo. Los papeles de Bárcenas son indicadores de un “cambio climático”. El que se produjo, en lo que a la corrupción se refiere, con el PP en el Gobierno. De España y de diversas Comunidades Autónomas. No por casualidad Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina se vieron implicados en Mallorca. Y también en la Comunidad Valenciana, aunque en esta última su Tribunal Superior de Justicia se negó a enjuiciar la conducta presuntamente delictiva de alguno de ellos o de ambos.

Como andaluz me siento orgulloso de Manuel Chaves y de José Antonio Griñán como presidentes de la Junta de Andalucía. Como español de izquierda, también me siento orgulloso de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España.