El Orgullo toma la calle y planta cara al retroceso en derechos LGTBI que impulsa la ultraderecha global

El Orgullo toma la calle y planta cara al retroceso en derechos LGTBI que impulsa la ultraderecha global

La manifestación en Madrid hace memoria de los logros conquistados, especialmente el matrimonio igualitario, y denuncia la ofensiva contra el colectivo LGTBI bajo el lema «20 años avanzando en derechos: ni un paso atrás»

Cómo es perder derechos en el corazón de Europa: “Creímos que nunca podría pasarnos a nosotros, pero ocurrió”

Celebrar quienes son, pero también advertir de lo que no están dispuestos a perder. Con esta doble convicción ha salido a las calles de Madrid la manifestación estatal por el Orgullo que cada año congrega en la capital a miles de personas y que esta vez hace memoria y quiere plantar cara a la ofensiva ultra que se extiende globalmente. Porque lo que desde hace años se dibuja como una amenaza para los derechos LGTBI ya no es solo una advertencia: está aquí y desmantela avances legislativos en una arremetida coordinada en pleno ascenso.

Bajo el lema “20 años avanzando en derechos: ni un paso atrás”, la marcha ha partido pasadas las 19.00 horas de Atocha con la vista puesta en el Orgullo de Budapest, que hace solo una semana llenó las calles de la capital húngara frente a la prohibición del ultraderechista Viktor Orbán. El veto forma parte de una corriente ideológica que la organización europea ILGA califica de “nueva era” para los derechos LGTBI, utilizados en muchas partes del mundo como “chivos expiatorios” para impulsar modificaciones legislativas que acaban erosionando la democracia.

Los ejemplos se reproducen en varios países del mundo, de Hungría a Estados Unidos, pero también en comunidades y ayuntamientos en los que gobiernan Vox y el Partido Popular, que han vuelto a negarse un año más en muchos de ellos a colocar banderas arcoíris este mes y que capitanean el recorte de leyes LGTBI en Madrid o en la Comunitat Valenciana. Pero la manifestación busca también rememorar los logros conquistados, entre ellos el matrimonio entre personas del mismo sexo, de cuya aprobación con la tenaz oposición del PP y la Iglesia se han cumplido este junio 20 años.


La cabeza de la manifestación del Orgullo

El Orgullo ha comenzado a caminar pasados unos minutos de las 7 de la tarde bajo un cielo nublado pero un intenso calor. Lo ha hecho a ritmo de la canción “A quien le importa”, de Alaska y Dinarama y bajo el grito unánime de “Ni un paso atrás”. Junto a los presidentes de COGAM y FELGTB, Ronny de la Cruz y Paula Iglesias, y la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la cabecera marchan la ministra de Sanidad, Mónica García, el diputado del PSOE Víctor Gutiérrez, el director general de diversidad del Ministerio de Igualdad, Julio del Valle, y varios concejales en el Ayuntamiento de Madrid. Entre ellos, los socialistas Reyes Maroto o Santi Rivero, Eduardo Rubiño y Jimena González (Más Madrid) y la también senadora Carla Antonelli. Les acompaña también la exdiputada de Izquierda Unida Marisa Castro, que defendió el matrimonio igualitario a principios de los 2000.

Desde una hora antes de que diera comienzo la marcha, numerosas personas, colectivos y grupos de amigos se daban cita en los alrededores de Atocha. La marea arcoíris avanza por el Paseo Del Prado, cuyos márgenes están repletos de gente que baila y observa a la marcha pasar. Dentro van Isabel y Ana, dos amigas de 55 y 49 años que han venido al Orgullo aunque no son LGTBI “porque los derechos humanos hay que reivindicarlos igual”. “Hoy es quizá más importante y tenemos más razones que nunca”, describe Isabel, que cuenta la experiencia que han vivido acudiendo a la manifestación y que les hace “convencernos todavía más de que hay que estar aquí”. “Mientras veníamos un hombre nos ha empezado a gritar si no nos daba vergüenza, que estamos enseñando en los colegios a los niños de 4 años a masturbarse”, explica Isabel, que va ataviada con abanico, pulsera y vestido arcoíris.


Una persona en la manifestación del Orgullo

Precisamente la instrumentalización de la infancia para cercenar derechos LGTBI es uno de los elementos comunes a la ultraderecha en todo el mundo. La supuesta proteccion de la infancia es, de hecho, el pretexto que usa Orbán en Hungría para aprobar sus leyes homófobas. “Viendo lo que está pasando en otros países da mucho miedo”, dice Raquel, de 30 años, que ha venido junto a su novia Tania. “Este año no nos podía echar para atrás el calor. Mucha gente ha empezado a tener miedos que antes no había sentido, hemos retrocedido en muchos aspectos”, resume esta última. La pareja, que se casa el año que viene, cree también que es “fundamental” recordar el 20 aniversario del matrimonio igualitario. “Creo que en nuestra generación hemos crecido dándolo por hecho pero hay que valorarlo”, afirman.

Le siguen las familias LGTBI agrupadas en la organización Galehi. Tania, de 37 años, empuja un carrito de bebé. Tiene junto a sus mujer dos hijos de 8 meses y 7 años que se manifiestan con ellas. El niño tiene claro por qué están aquí: “Para que las familias de dos mamás y dos papás sigan existiendo”, dice entre vergonzoso y decidido. “Lo que está pasando nos preocupa, sobre todo pensando en el futuro de ellos, en cómo va a ser cuando crezcan y quieran ser lo que quieran ser”, sostiene Tania, que explica que desde que los niños nacieron pasaron de ver el Orgullo como espectadoras a manifestarse.

Antes de empezar, los organizadores de la manifestación han mencionado “la ola reaccionaria de odio que crece año a año” y que “nos quiere ocultas y en el armario”, ha señalado Ronny de la Cruz, que ha recordado la masiva marcha de Budapest de hace una semana: “Frente al odio toda la población civil llenó las calles de diversidad y a Orbán le pasó por encima el arcoíris. Este debería ser el ejemplo para todos los gobiernos que quieren prohibirnos y devolvernos al armario”, ha dicho. “Nos quieren hacer creer que somos una minoría amenazante, pero somos una mayoría que cree en la diversidad y el respeto y eso lo vamos a demostrar hoy en Madrid”, ha añadido Paula Iglesias.

De la Cruz ha aprovechado que el PP celebra este fin de semana su congreso para reclamarle que pida disculpas por el “infame” recurso contra el matrimonio igualitario ante el Tribunal Constitucional: “Ya es hora: pidan perdón”, ha exclamado. El mensaje ha sido secundado por Yolanda Díaz. “El PP tendría hoy una grandísima oportunidad para rectificar”, ha afirmado.

Díaz ha insistido en el mensaje que advierte de la ofensiva reaccionaria. “La extrema derecha viene por los márgenes pero apunta al centro, quiere colonizar la esencia de la democracia. Hago un llamamiento a defender los derechos humanos en todo el mundo porque van a por todas pero no lo van a conseguir”, ha afirmado.

“Diversidad rural, Orgullo universal”, corean detrás de la pancarta de la asociación castellanomanchega Bolo Bolo. Los colectivos vienen de diferentes provincias y pueblos de España que ya han celebrado sus Orgullos en las semanas previas. Banderas trans, arcoíris, no binarias o bisexuales llenan de color la calle mientras varias batucadas animan el trayecto. Desde la barrera, un hombre moja a quienes van dentro de la marcha con una pistola de agua y varios hombres con carritos intentan vender cerveza. “Sale de la armario la I de intersex”, clama a su lado un grupo que viene también de Castilla-la Mancha.