
Olivia Rodrigo le echa ‘agallas’ y reclama los seis escenarios del Mad Cool
La artista, que forma parte de la tercera jornada del festival de música de Madrid junto a otros nombres como Girl In Red, St. Vincent, Thirty Seconds to Mars o Arde Bogotá, brilla con una actuación flamante
Mad Cool 2025 – El desconocido Noah Kahan eclipsa en el Mad Cool las volteretas de Benson Boone y la nostalgia de Alanis Morissette
La edición de 2025 del Mad Cool, la octava ya del evento, será recordada afortunadamente por la música. El festival de Madrid, que es el más prestigioso de la capital y uno de los más importantes del mundo, sufrió un apagón en sus dos escenarios principales durante la noche de apertura. Tanto la joven Gracie Abrams como el veterano Iggy Pop vieron mermadas sus actuaciones por problemas técnicos. La segunda jornada, no obstante, consiguió remontar: a pesar del calor, pequeñas ráfagas de viento ayudaron a que el catálogo del desconocido Noah Kahan brillara, por sorpresa, eclipsando las volteretas de Benson Boone y la nostalgia de Alanis Morissette.
Pero ni la calidad del sonido ni las altas temperaturas pueden arruinar la tercera jornada, que aguarda el gran atractivo. Desde que debutara con su preciosa drivers license en 2021, Olivia Rodrigo ha sellado su nombre en la cultura pop. Lo ha hecho a base de música excelente. La artista, que supo cómo arrancarse la etiqueta de ‘chica Disney’ en tiempo récord, se ha convertido en una de las grandes promesas del futuro discográfico internacional. Su trabajo como actriz en High School Musical es ahora una breve línea en un currículum mucho más interesante. Su primer álbum, Sour, le fue suficiente para ganar tres premios Grammy, incluyendo el gramófono a la mejor artista revelación. Desde entonces, la joven de 22 años ha ido construyendo la estrella que quiere ser.
Y la estrella que quiere ser Olivia Rodrigo se deja notar ante 50.000 asistentes en un Mad Cool plenamente consciente de que, desde que la artista se dejara ver en el Iberdrola Music, no habría ojos para nadie más. No es de extrañar, por ende, que los otros dos escenarios principales no tuvieran cantantes programados que pudieran solaparse con el concierto de la artista. Tan solo la música tecno de los espacios para DJ converge en el horario del espectáculo de Olivia Rodrigo, y resulta hasta anecdótico, porque la atmósfera con la que la cantante comienza la fiesta es la misma: bajo la machacona producción de su tema obsessed, la intérprete aparece con una mirada desafiante que no tarda en agitar al público al entonar los primeros versos.
Olivia Rodrigo enamora Madrid
Aquí hay muchos factores en juego, no solo la profunda honestidad que Olivia Rodrigo destila con el micrófono en la mano. Los gestos, la sintonía con los fans en primera fila, la historia de su todavía pequeño universo narrativo… todo forma parte del formidable show que la cantante tiene para ofrecer a Madrid. Verla sobre el escenario recuerda irremediablemente a Taylor Swift. La leyenda de la música, que tras dos décadas de carrera ve ahora su impacto en la nueva generación de artistas que toman de ella toda inspiración, se deja notar cuando Olivia Rodrigo emociona al piano con traitor, simpatiza con la audiencia con enough for you y protagoniza la diversión con deja vu —con Swift en los créditos por el parecido del puente al de Cruel Summer—. Si Gracie Abrams es su alumna, Rodrigo sería su hija predilecta.
“Te amo, Madrid. Gracias por venir”, dice la estadounidense en un español perfecto que desata la locura. La gente está entregada de pleno y el alucinante ambiente pone los pelos de punta. Decenas de carteles con mensajes para Olivia Rodrigo se agitan en el aire, donde también ondea una bandera con la cara de la artista y los colores de Estados Unidos de fondo. Más atrás, algunas personas se lo pasan de maravilla empujando una enorme pelota de plástico que va parando de sitio en sitio. Y la cantante hace el resto, interpretando inesperadamente su tema All I Want después de que se lo pidan todos al unísono, arrastrándose por el suelo para mostrar su lado más rockero o sonriendo tras escuchar que le corean “reina” y “guapa” sin entender una palabra. Una sublime Olivia Rodrigo constata que el recinto se le queda pequeño y que ella sola habría podido con todos los escenarios a la vez.
30 Seconds to Mars cautiva Madrid
Unas horas antes de que la joven ilumine la capital española ante miles de chicas que la tienen como referente, el mítico grupo Thirty Seconds to Mars ocupa el mismo escenario ante una multitud bastante diferente. El actor estadounidense Jared Leto y su hermano Shannon irrumpen en el recinto para jalear, que no cantar, sus grandes éxitos. Sus temas se gritan dejándose el pulmón si hace falta, y con más motivo si la velada la inaugura la emocionante Kings And Queens, de su disco War (2009). Los rayos de sol no molestan en absoluto, ni siquiera cuando el dúo se propone sudar moviéndose de un lado a otro con la hipnótica This Is War, del mismo álbum
La calma también tiene su momento a lo largo del espectáculo, pues el grupo frena la adrenalina con un set acústico en el que aprovecha para interpretar pistas como City of Angels o la incluso más antigua Attack, que sirve como apertura de A Beautiful Lie (2005). Para el final, Thirty Seconds to Mars vuelve locos a sus seguidores con la reciente Stuck, publicada en 2023, y con el ya convertido en himno The Kill, que nadie se queda sin corear. No falta la pirotecnia y el confeti, que inunda de caos el Iberdrola Music para ensalzar al dúo. El broche de oro llega en el cierre, cuando el grupo sube a varios fans al escenario para cantar juntos la última.
Arde Bogotá, durante su actuación
Sin pausa alguna, la celebración de la música continúa a escasos metros, pues Arde Bogotá coge el relevo de Thirty Seconds to Mars en el escenario de al lado y se anima con Antiaéreo, una canción nostálgica que suena estupenda durante el atardecer de verano del que es testigo el Mad Cool. El grupo de rock formado en Cartagena no ha dejado de cosechar éxito desde su fundación en 2017, y la enorme cantidad de fieles que lo acompañan durante el concierto así lo constata. Pese a que muchos ya han asegurado su sitio en el espacio de al lado para tratar de estar lo más cerca posible cuando aparezca Olivia Rodrigo, es indudable que Arde Bogotá se ha ganado el cariño de miles de oyentes.
Una guitarra de doble mástil acompaña la actuación de la banda en el Mad Cool, que se ve muy bonita con la noria mítica del festival en la distancia. Desde que Antonio García entona la estrofa inicial de La Torre Picasso, la melancolía se apodera de la propuesta de los músicos cartagineses. La más bella, Cowboys de la A3, que se torna imposible escuchar sin emocionarse. “Para toda la gente que vive en Madrid y echa de menos el mar”, alega Arde Bogotá a la multitud. “El mar no se va a mover de ahí. Nos veremos pronto saltando las olas”, asegura. Su maravillosa participación en el festival parece prever que, sea saltando o no las olas, se podrá seguir disfrutando de Arde Bogotá durante mucho tiempo.
Girl In Red, cantando en el festival
La jornada rockera se encarga de concluirla Justice, el último plato fuerte de esta octava edición. El dúo francés de música electrónica compuesto por Gaspard Augé y Xavier de Rosnay se rinde por completo al rock & roll para cerrar por todo lo alto el telón del festival. El petardeo es la máxima de su concierto, que cuenta con varios remixes y combina mashups de numerosas canciones, incluyendo el comienzo con Genesis y el final con The End, muy apropiada para la ocasión. La iluminación, que alterna principalmente el blanco y el negro, se apodera de la atmósfera durante su duración de más de una hora.
Finneas y St. Vincent, otros nombres que incluye el cartel, forman igualmente parte de este memorable sábado. El primero aporta un buen lote de canciones tristes, aunque se agradecen después de tanta fiesta y jaleo. Su voz hipnotiza, por lo que en realidad poco más puedes hacer que quedarte a escucharlo cuando presenta su convincente For Cryin’ Out Loud!. Más gamberra se muestra la cantautora St. Vincent, que es la persona más feliz de la ciudad al tocar pistas como Fear the Future o All Born Screaming.
La conclusión también sirve para recordar el comienzo de una jornada redonda. La compositora Girl In Red, un gran referente dentro del colectivo lésbico, sobre todo entre las personas más jóvenes, aprovecha su primera vez actuando en Madrid para reivindicar el baile. Lo hace sobreviviendo al último tramo de mayor calor del día, justo a las siete de la tarde, de ahí a que aparezca con gafas y una personalidad desbordante: “Cuando vienes a España tienes que ponerte gafas de sol, y te ves jodidamente genial”, confiesa en inglés. Para ella no hay normas ni imposibles: la artista se baja del escenario y canta uno de los temas sumergida entre la multitud. Es probable que ese sea el verdadero éxito de quien se dedica al arte.