
El hijo mayor de Juana Rivas pide amparo al presidente de la Junta para que su hermano no vuelva con su padre
Pretende evitar que Daniel regrese a Italia este martes recordando que «corre más peligro que nunca» e insistiendo, como hacen los letrados de su madre, que Francesco Arcuri, su progenitor, será juzgado el 18 de septiembre por maltratar a los niños
La justicia española ordena que el hijo menor de Juana Rivas vuelva a Italia con su padre
Gabriel, hijo mayor de Juana Rivas, ha vuelto a pedir auxilio a las instituciones. En una carta (a la que ha tenido acceso este periódico) dirigida al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, alerta de la situación desesperada que vive su hermano pequeño, Daniel, a quien una orden judicial obliga a regresar este martes con su padre a Italia, a pesar de las denuncias por maltrato y del riesgo evidente que, según Gabriel, corre su vida. Esta misiva se suma a la redactada por el propio Daniel a la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, el pasado viernes para pedir ayuda.
La carta la envía a menos de 48 horas de que Daniel tenga que marcharse a Italia con Francesco Arcuri y después de que el Juzgado de Instrucción 3 de Granada decidiera la semana pasada que el niño ha de volver a Italia porque la custodia la tiene el padre. Por ello, Gabriel, que ya es mayor de edad y vive en Granada con su madre desde 2022, relata en el texto los hechos por los que pide que su hermano no tenga que irse.
Recuerda que él también fue víctima directa de violencia por parte de su progenitor y denuncia que la Justicia está ignorando los derechos y el testimonio de Daniel. “Nadie ha tenido en cuenta sus derechos”, escribe Gabriel, recordando que su padre está procesado en Italia por agresiones graves contra ambos menores y que deberá sentarse en el banquillo de los acusados este mismo septiembre.
Carta remitida por Gabriel a Juan Manuel Moreno en defensa de su hermano.
Gabriel no entiende por qué, con ese procedimiento penal abierto y con los antecedentes denunciados, se obliga ahora a su madre a entregar a Daniel precisamente a la persona que lo maltrató. También lamenta que, mientras una jueza en Granada protegió al menor en enero tras escuchar su testimonio, ahora se ignore su palabra incluso después de haber sido amenazado de muerte por su padre si hablaba.
“Le pido por favor, ayúdeme a que mi hermano tenga una infancia feliz, la cual yo no he podido tener”, suplica Gabriel al presidente de la Junta. Le insta a actuar con urgencia, al considerar que su hermano corre un peligro real e inminente. “Disponemos solamente de dos días para impedirlo”, subraya. Y le recuerda que el Punto de Encuentro Familiar donde debe realizarse la entrega depende directamente de la Junta. “Por favor, haga lo posible antes de que sea demasiado tarde”.
“Estoy desesperado”
El joven no escribe como un experto en leyes, sino como un hermano mayor que relata haber vivido en carne propia el miedo, el castigo y la huida. Detalla que regresó a España huyendo de su padre, del mismo padre al que ahora pretenden devolver a su hermano pequeño. “Estoy desesperado y sé que usted nos va a ayudar”, dice en la carta, en un intento de agarrarse a cualquier esperanza institucional que impida lo que define como una barbaridad.
Gabriel recuerda que su padre no sólo ha sido denunciado, sino que está procesado en Italia, con un juicio señalado para el 18 de septiembre. Pese a ello, ni ese procedimiento penal ni las denuncias previas parecen haber pesado lo suficiente como para frenar una decisión judicial que Gabriel no puede comprender. “¿Cómo, siendo esto así, la Justicia obliga a mi madre a entregarle el martes a mi hermano, que es su víctima principal?”, pregunta.
También pone el foco en el silencio institucional. Asegura que Daniel fue escuchado en enero por una jueza en Granada y que entonces se dictaron medidas para protegerlo, pero que ahora todo parece haberse deshecho sin explicación. “Corre más peligro que nunca”, advierte Gabriel, que afirma que el niño ha recibido amenazas directas de su padre, entre ellas desaparecer con él para siempre si hablaba. A pesar de eso, nadie parece querer oírle esta vez.
Testimonios que el menor ya dio tanto ante la Fiscalía de Cagliari, que es la que mantiene abierta la investigación contra su padre por malos tratos, como ante la jueza granadina que dictó la medida cautelar que le mantenía en Granada desde enero. Además, a esos episodios, hay que sumar que Juana Rivas lleva años insistiendo que el mal trato psicológico es continuo por parte de Arcuri y que, durante la pasada Navidad, la acosó a llamadas telefónicas para amedrentarla.