El mildiu se ceba con viñedo riojano y aventura una cosecha corta en Rioja: «Es descorazonador, no podemos con él»

El mildiu se ceba con viñedo riojano y aventura una cosecha corta en Rioja: «Es descorazonador, no podemos con él»

Es un hongo que aparece como motas en las hojas o directamente dañando el fruto, que afecta a la cantidad y la cosecha pero no está amparado por los seguros agrarios

Daños de hasta el 100% en viñedo, cereales y frutales de Navarrete por la tormenta

Las tormentas provocadas por la dana del pasado fin de semana acrecientan la siniestralidad que arrastra el viñedo riojano durante esta campaña, que ha sufrido numerosas tormentas, muchas de ellas con granizo. Hasta el momento, se han reportado a los seguros agrarios daños por esta dana en 2.100 hectáreas, que se suman a las casi 10.000 hectáreas de viñedo siniestradas antes y que supone más de uno 20% del viñedo de La Rioja. “Los daños por granizo son relativamente frecuentes pero las áreas que se han visto afectadas este año han sido extraordinariamente extensas”, apunta Jesús Hernández, responsable de viticultura de Bodegas Montecillo. Una situación preocupante, que ofrece unas condiciones climáticas idóneas para la proliferación del mildiu, el hongo que afecta a la cantidad y cosecha de la uva y que en esta campaña está atacando con especial virulencia.

“Es descorazonador, no he vivido esto en mi vida, cada día se están perdiendo uvas y tenemos la sensación de que no damos con él”, subraya Roberto Salinas, responsable del sector vitivinícola de la UAGR. Todas las miradas y preocupaciones de los agricultores están puestas ahora en este hongo, puesto que los seguros agrarios nos cubren los daños que provoca. “El granizo desbarata el trabajo realizado todo el año, pero al menos tienes un instrumento que permite que puedas recuperar los costes”, explica Igor Fonseca, secretario general de Arag-Asaja. Ambas organizaciones profesionales agrarias reivindican la posibilidad de incluir el mildiu en los seguros.

Tanto el ingeniero agrónomo de Bodegas Montecillo como los responsables de las opas coinciden en que los ataques del mildiu este año han sido generalizados y especialmente virulentos. Para intentar explicar las causas, Jesús Hernández se remonta a la vendimia pasada, cuando “las tormentas dieron origen a gran cantidad de infecciones tardías de mildiu que en muchos casos fueron ignoradas”. Esto, sumado al clima ideal para la maduración de las esporas en invierno provocó “un arranque de la enfermedad mucho más virulento de lo que estamos acostumbrados en Rioja”. Y añade: “Cuando las condiciones de partida son tan ideales para el desarrollo del mildiu, los criterios tradicionales no son suficientes para su control”.


Vid afectada por Mildiu

Los agricultores están “trabajando mucho, gastando mucho dinero en fitosanitarios y dando tratamientos cada ocho días, pero no es suficiente”, dice Roberto Salinas con sensación de desesperación por no conseguir frenar la proliferación del hongo. Las condiciones climáticas de humedad, con lluvias muy habituales, y de calor intenso son perfectas para su proliferación. “Tras la primera ola de calor de este verano, las condiciones para superar la enfermedad parecían ser más favorables. Por desgracia, las tormentas de la última semana han reactivado los focos, detectándose mildiu en racimos que hasta la fecha habían permanecido en buen estado”, ha observado Jesús Hernández, que advierte además que “los ataques tardíos que afectan parcialmente a los racimos pueden dar lugar a uvas en mal estado que no lleguen a madurar correctamente, por lo que, para evitar pérdidas cualitativas, será necesario eliminarlas manualmente del viñedo”. Con ello, Roberto Salinas mira al cielo: “O lo para el tiempo y sale el viento por las noches o el calor sin lluvias, o no podremos”.

El tratamiento de la viña este año “en una auténtica carrera de fondo”, define Jesús Hernández, que aconseja a los agricultores que proveen de uvas a Bodegas Montecillo, a diferencia de otras campañas cuando “el control se realizaba en situaciones de especial sensibilidad ante la enfermedad o en momentos puntuales con condiciones climáticas adversas”. Ante ello, subraya la necesidad de elegir los medios adecuados e incrementar significativamente la cadencia de los tratamientos. Mientras se espera a como avanza el tiempo en lo que resta hasta la vendimia, cree fundamental “conocer la situación actual de nuestros viñedos detectando aquellos en los que ha habido afecciones y clasificando su virulencia y sus consecuencias”.

Esta situación está suponiendo una subida importante en los costes de producción para los agricultores que arrastran unos cinco años de poca rentabilidad y que, en muchos casos, todavía esperan con incertidumbre a los precios de la uva. Aunque el secretario general de Arag-Asaja es consciente que la cosecha corta que se prevé puede ser beneficiosa para los problemas que arrastra Rioja de exceso de almacenamiento de vino, resalta: “Pero para los agricultores es dramático porque poca cosecha a precios que no estén a la altura, va a dar lugar a pérdidas seguras”.

Todo apunta a que la cosecha de este año va a ser muy corta, incluso más que la anterior que ya fue una de las más escasas. Jesús Hernández suma además una causa a las afecciones del pedrisco y el mildiu: “Desde la brotación se detectó que la cantidad de racimos que había en los pámpanos era inferior que la de otros años”. Es difícil encontrar las causas de esta merma, pero señala entre las posibles “el agotamiento acumulado de las cepas y las condiciones meteorológicas inadecuadas que se dieron durante la época de diferenciación floral del año 2024, en los meses de mayo y junio”. Con todo, y aunque cree que “no es prudente” comparar el año 2024 con el actual, ya que la merma se produjo más tarde, “la gran cantidad de afecciones que hemos tenido durante 2025 hace evidente la disminución de la producción que vamos a tener con respecto al rendimiento amparado”.

Aunque todavía queda verano, las perspectivas no son buenas: “Es un año complicado, triste y preocupante”, asegura Igor Fonseca. La incertidumbre azota el campo riojano, donde aún no se puede cuantificar la afección por el mildiu aunque, según alerta, “raro es el municipio que no tiene”. Roberto Salinas es incluso más pesimista tras recordar los problemas de rentabilidad de los últimos años: “Los agricultores se van a arruinar si no hay un precio acorde a los costes, hay gente que lo está pasando mal”. Mientras tanto, el campo solo da una opción: seguir trabajando y esperar que el tiempo empiece a cuidar a las vides y uvas de Rioja.