La Tania, cantante: «Me llama la atención lo racistas que podemos ser en muchos momentos»

La Tania, cantante: «Me llama la atención lo racistas que podemos ser en muchos momentos»

El pasado 19 de junio ofreció en La Mar de Músicas el primer concierto de su carrera artística bajo su propio nombre. Arranca así la presentación de un proyecto personal y profesional, donde la alicantina transforma su historia en copla contemporánea y desafía los prejuicios que aún persisten sobre el amor, la diferencia y la exposición emocional

Natural del municipio alicantino El Campello, Tania García Martínez (1987) se dio a conocer en todo el país como La Tania, uno de los personajes principales de la ópera prima cinematográfica de Antón Álvarez —a quien todos recordamos como C. Tangana—, La guitarra flamenca de Yerai Cortés (2024).

Un documental en el que, aunque Yerai es el hilo conductor, el protagonismo se reparte entre su familia y un secreto que, tanto en la pantalla como en la vida real, acaba por verbalizarse y liberar a todos los implicados en el sentido más emocional del término.

En medio de todo esto, La Tania se re-presenta a sí misma como la pareja de Yerai, ocho años mayor que él, con quien mantiene una relación estable desde hace tiempo. Sin embargo, en plena grabación del documental, una infidelidad por parte de él abre una brecha en la relación y desvía el camino de ella, que se traslada una temporada a París y convierte esa crisis, a través de la copla, en su primer disco: Amoríos. La verdad de mi coplilla, donde incluye Los Almendros, una de las canciones que forman parte de la banda sonora de la película de Antón Álvarez y por la que recibió el Goya a Mejor Canción Original en 2025.

El pasado 19 de junio, La Tania ofreció en La Mar de Músicas (Cartagena) el primer concierto de su carrera artística bajo su propio nombre. No se trata de una gira como tal, sino de la presentación en directo del LIVE de La Tania: una serie de conciertos que se desarrollarán durante el segundo semestre de 2025 en el marco de distintos festivales. Algunas de las fechas ya confirmadas son el 16 de agosto en Veranos de la Villa (Madrid) y el 24 de octubre en la Sala Copérnico (Madrid).

Un ascenso profesional construido a través de la sublimación de su vida personal en forma de copla. Una propuesta artística y también profundamente terapéutica, donde La Tania no ha mostrado complejos ante los prejuicios que una sociedad como la nuestra sigue proyectando sobre las relaciones que se salen de la norma —por edad, por etnia o por atreverse a contar lo íntimo sin filtros—. Como recordaba Belén Cuesta en una frase que, aunque alude a la capital, sirve para todo el territorio: “Madrid parece muy moderna, pero Madrid no es moderna”.


La Tania durante su actuación en La Mar de Músicas el pasado 19 de julio, el primero de su carrera artística bajo su propio nombre / Pablo Sánchez del Valle

Tu figura pública va acompañada de una narrativa con elementos muy sensibles a prejuicios machistas y racistas de nuestra sociedad: eres una mujer de 38 años que habla abiertamente de su vida personal en referencia a una relación con un hombre más joven y de etnia gitana, con infidelidades y crisis de por medio que finalmente se superan y os unen más. Desde fuera, la manera artística de representarlo es admirable y preciosa, pero me pregunto cómo se ha vivido desde dentro.

A ver, al final yo pienso que soy bastante cabezota. Y yo tenía claro que el amor por Yerai iba a poder con todo, ¿sabes? Creo que eso nosotros lo hemos tenido siempre súper claro. Pero sí es verdad que me llama la atención lo racistas que podemos ser en muchos momentos, o lo que juzgamos en muchas ocasiones, porque mientras juzgaban, en mi casa estaba todo bien. Era más el revuelo y los comentarios externos, y eso es lo que más me ha llamado la atención: nos metemos demasiado en cuestiones que no nos pertenecen.

Me llama la atención lo racistas que podemos ser en muchos momentos. Mientras juzgaban, en mi casa estaba todo bien

Ha pasado el tiempo y ahora no es lo mismo, lo veo con más perspectiva, pero sí es verdad que cuando se está empezando una relación, y se cuestiona tanto, al final inevitablemente tú también te cuestionas cosas. Pero es que el amor podía con todo, ¿sabes? Entonces para nosotros fue muy natural. También ahora por suerte hay muchas más mujeres que somos mayores que nuestros novios, y no pasa nada.

Durante la película La guitarra flamenca de Yerai Cortés hay una escena donde los familiares y amigos de Yerai hablan de los prejuicios de los payos con el mundo gitano: “Mi hija con un gitano, a ver si me la van a poner a vender en un mercao”.

Hay muchos prejuicios por ambas partes, por payos y por gitanos. Y no solo hablo de gitanos, hablo en general. A mi todo esto ha hecho cuestionarme lo racistas que somos en general. Yo nunca pienso que Yerai es gitano o que yo soy paya, es que no lo pienso.

Los últimos altercados en Torre Pacheco ponen en evidencia que el racismo todavía está muy presente, ¿qué crees que la sociedad no ha entendido todavía?

Yerai siempre dice una frase muy bonita, y es que al final solo hay una raza, y es la raza humana. Yo creo que si entendemos eso, lo hemos entendido todo. Empatizar con las personas me parece lo más importante del mundo, y no hay que tener miedo. Pienso que muchas veces el racismo es una cuestión de miedos.

Yo siempre digo que lo que pasa es que no tenemos las herramientas para saber vivir y atravesar el amor y sus crisis

Has comentado en varias ocasiones que te sientes engañada por lo que te hicieron creer que era el amor, ¿cuál es la diferencia entre lo que era el amor para ti antes y lo que es ahora?

Creo que este cambio de perspectiva tiene que ver con la madurez, yo no soy la misma persona ahora que cuando tenía 24 años. Ahora disfruto de otras cosas, y estoy muy agradecida a las cosas que nos han pasado. Pienso que las crisis son buenas, pero claro, cuando las estás viviendo no lo parecen tanto. Yo siempre digo que lo que pasa es que no tenemos las herramientas para saber vivir y atravesar el amor y sus crisis, porque nos han hablado muy poco del amor, y que por eso la gente enloquece y lo sufre tanto. Aunque tengo mucha fe en la gente más joven, en ellos sí veo una búsqueda de otro tipo de relaciones, en las que ante todo se cuidan a sí mismos y entre ellos.

A día de hoy, ¿cuál dirías que es la base de cualquier relación?

La libertad y la comunicación, y sobre todo entender que no pertenecemos a nadie, que nadie nos pertenece, es lo que yo he entendido, pero al final el amor es un sentimiento tan grande que todavía hay cosas que sigo sin entender y me hace pensar que la búsqueda va a ser eterna… porque también es algo muy contradictorio, sentimos cosas que muchas veces no sabemos si tienen que ver con algo educacional o con algo realmente profundo que tenemos las personas.

¿A qué te refieres cuando hablas de esa ‘búsqueda’?

Para mí, estar en búsqueda es no tener ni idea de nada. Sabiendo eso, yo creo que estás más atenta a todo: “Ah, vale, ahora entiendo esto. Ahora entiendo lo otro”. Es entender que no existe una verdad absoluta, y que por eso estoy reequilibrando mi relación constantemente. Comprendiendo cosas desde la apertura, que las cosas no tienen por qué ser de una sola forma. Por eso te decía que lo más importante para mí dentro de todo esto es el respeto y la comunicación.


La Tania durante su actuación en La Mar de Músicas el pasado 19 de julio, el primero de su carrera artística bajo su propio nombre / Pablo Sánchez del Valle

El éxito ha llegado hace relativamente poco, y durante muchos años has trabajado en tiendas de ropa, ¿cómo vivías esa ambición artística mientras trabajabas como dependienta? ¿Llegaste a pensar que algún día podría ser distinto, o te resignabas?

Siempre tuve claro que todo lo que hacía o haría en mi vida, hablando de otros trabajos, era siempre para sobrevivir. Tenía claro que lo que quería hacer real y profundamente era actuar o cantar, todo lo demás para mí era algo mecanizado. Si trabajaba en una tienda de ropa, después me iba a una clase de interpretación, o a una de canto. Nunca he dejado de lado la interpretación o el canto, y el resto de mis trabajos siempre han sido para sobrevivir económicamente o para poder pagarme cosas relacionadas con el arte.

Entonces todo ha sido un acto de fe.

Sí, desde que me fui de casa con 18 años a Madrid a estudiar, siempre ha sido un acto de fe, y siempre he tenido claro que trabajaría y lucharía lo que hiciera falta porque quería vivir de esto.


La Tania durante su actuación en La Mar de Músicas (Cartagena) el pasado 19 de julio / Pablo Sánchez del Valle

Vienes de una familia trabajadora, tu padre es albañil y tu madre limpiadora. Además, tienes tres hermanas, ¿cómo han vivido ellos esta exposición pública tan reciente e intensa? ¿Qué te decían cuando aún trabajabas como dependienta y te empeñabas en seguir apostando por lo artístico?

Pues es muy bonito porque mis padres y mis hermanas se emocionan siempre que vamos consiguiendo cositas, ¿sabes? Es súper gratificante. Yo siempre digo que me siento súper afortunada por mi familia, porque además son muy buenas personas. A todas las hermanas nos han dado toda la libertad para que hiciéramos lo que quisiéramos, y ese me parece el mayor regalo que pueden hacer unos padres. Todas hemos hecho lo que hemos querido y a todas nos han apoyado por igual: con sus negocios, con sus decisiones… No es que a mí me hayan apoyado más por tener una profesión de artista. Nunca han sido unos padres entrometidos ni manipuladores, y lo considero una suerte.