Fruti Pontigo, tras cuarenta años de ecologismo en Asturias: «El paraíso natural es solo un eslogan»

Fruti Pontigo, tras cuarenta años de ecologismo en Asturias: «El paraíso natural es solo un eslogan»

Portavoz de la Coordinadora Ecoloxista de Asturias, ‘Fruti’ lleva toda una vida en la lucha de la defensa del medio ambiente en el Principado, siendo también, la piedra en el zapato de las administraciones y empresas si es necesario

Una empresa proyecta construir el primer teleférico de Asturias entre las críticas de los ecologistas que lo ven “un disparate”

Si hay en Asturias un guardián del llamado paraíso, si hay una persona que lleva años y años defendiendo el medio ambiente asturiano y denunciando las atrocidades medioambientales que se cometen cada día, esa persona es Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecoloxista de Asturias.

“Fruti”, como es conocido de forma popular, es ante todo un ecologista crítico, de los que se cuestiona las cosas; persona coherente y fiel a sus principios, no espera ni las palmaditas en la espalda ni los grandes reconocimientos. No sabe desde qué momento exactamente comenzó él a preocuparse por el medio ambiente, pero si conoce dónde está el origen de esa forma de ver la vida, en la que es fundamental que el desarrollo vaya de la mano del respeto a la naturaleza, al entorno y, en definitiva, a la vida y, en este caso a Asturias. “Soy de pueblo, de Los Caleyos (Llanes), y siempre me he sentido vinculado a la tierra. Íbamos en el tren y cuando llegábamos, en pleno verano, ayudábamos a los abuelos con la hierba”, relata. Y en ese pueblo Fruti sentía que estaba a gusto, con un aire que por aquel entonces estaba limpio y sin un turismo masificado. En esos viajes, Fruti pasaba de una ciudad completamente contaminada, como era Avilés, a encontrar el aire fresco del pueblo, que solo olía a hierba seca.

Lleva 41 años en la pomada, 41 años siendo el referente de la lucha ecologista en Asturias y siendo también, la piedra en el zapato de las administraciones y empresas. No le tiembla el pulso a la hora de denunciar a quien sea ante quien sea y aunque en su carácter no va intrínseco el hecho de apuntarse ningún tanto, es sabido que sus denuncias constantes contra proyectos como el de la incineradora de Serín, que se proyectó para gestionar los residuos de Asturias, no han salido adelante por fuerzas como la suya.


Fruti Pontigo, en Avilés.

Fructuoso Pontigo sabe perfectamente que ese eslogan del paraíso natural es muy guapo, pero “la realidad es bien distinta”. Para armar su discurso, Fruti saca los datos a la palestra y sus datos son oficiales “se pueden consultar en el Instituto Nacional de Estadística o el Ministerio”, datos a los que ellos, desde su colectivo dan forma; datos que contextualizan, y con los que ponen a la población sobre aviso y sacan los colores a quienes gestionan mirando hacia otro lado cuando se trata de contaminación o medio ambiente. “No estamos en contra de todo, pero la gente tiene que saber a qué se enfrenta y cuál es la realidad. Nos dedicamos a asesorar a los ciudadanos y a esa labor que casi nadie quiere hacer, que es la de denunciar a las empresas o administraciones cuando no cumplen con la legalidad. En Asturias se hacen verdaderas atrocidades medioambientales, lo vemos cada día”, explica Fruti desde su casa de Avilés.

Fue precisamente ahí, en Avilés, en la que fue durante décadas la zona más contaminada de Asturias, donde Fruti se inició en la reivindicación ecologista. Agotado de la visera gris que no dejaba amanecer a la ciudad, cansado de esa respiración siempre pesada y removido por ese sentimiento de amor a la tierra que arraigaba cada verano en casa de sus abuelos, un día hizo lo que tenía que hacer, y de la forma más simple. “Busqué qué colectivos había en Avilés vinculados al ecologismo, llamé y dije que quería ayudar”. Y desde aquel día hasta hoy, más de cuarenta años de trabajo totalmente altruista solo por y para Asturias; cuarenta años en los que jamás ha recibido la llamada de ninguna administración para contar con su asesoramiento. “Hemos visto pasar diferentes partidos por el gobierno del Principado y nunca nos han llamado, es cierto que tenemos representación en varios Consejos, pero por poner un ejemplo, en el de pesca nos hemos quedado solos solicitando la veda del salmón, mientras que los datos demuestran que no quedan prácticamente salmones en Asturias… ni urogallos”, señala.

Fruti, con su camiseta amarilla de “Alta tensión non”, lamenta la falta de políticas reales que sean garantes de una preservación de los entornos y los ecosistemas. “Hay una media de cinco mil piraguas al día bajando el Sella, estamos invadidos de eucaliptos, tenemos las tasas de muerte por cáncer más alta de España, la mayoría de los ríos están contaminados por herbicidas y tenemos una calidad del aire pésima: seguimos siendo la comunidad con mayor tasa de partículas en suspensión de toda España y los hombres asturianos tenemos la esperanza de vida más baja de todo el país. No puede ser todo vale, nos estamos cargando el paraíso y la salud ¿o es que en estos datos no tiene nada que ver la contaminación?”.

La Coodinadora Ecoloxista aglutina a la mayoría de colectivos conservacionistas de Asturias y lleva funcionando como tal desde 1983. “Nos coordinamos porque es la manera de trabajar mejor. Hasta entonces cada grupo iba a su bola, pero cuando el PSOE gana las elecciones generales en 1982 nos invitan a participar en un foro a nivel estatal, teníamos que coordinarnos porque querían un interlocutor por comunidad. En 1983 nace la Coordinadora Ecoloxista, yo soy designado portavoz y ahí sigo”, explica Fruti. Dice el avilesino que a sus 63 años echa de menos que haya relevo generacional y que durante estos años, en los que no ha dejado de contestar al teléfono, de asesorar a gente, responder dudas y presentar denuncias, han pasado muchas cosas pero “muchas menos de las que deberían ocurrir. Tengo la sensación de que hemos conseguido muy poco. Fíjate que estos días están grabando los Juegos del Hambre en un parque natural (Somiedo) y sabemos por los vecinos y por los propios actores que se les está dejando hacer de todo, hasta han colocado inhibidores de fauna. Hemos avisado al Principado de que se están cometiendo ilegalidades, pero ellos no dicen ni mu”, concreta Pontigo.

A Fruti se le sigue escuchando con fuerza, él dice que los años también le pasan factura, pero lo cierto es que asegura que “pese a las denuncias y amenazas que recibo constantemente, volvería a hacer lo mismo”. Su familia lamenta las horas de dedicación constante y los sinsabores que trae consigo el hecho de comprometerse con la defensa del medio natural, pero Fruti no sería él si no estuviese alerta siempre. “Cada vez nos llama más gente, gente que quiere venir a vivir a Asturias o que tiene un proyecto y que de pronto, descubren que tiene una cantera al lado, un parque eólico, unos vertidos… No es la primera vez que la gente compra una finca y luego descubre que tiene una fábrica de residuos al lado, mentir en este tipo de cuestiones está a la orden del día”. Y precisamente para evitar esas situaciones y para intentar que las empresas y las administraciones se comprometan a aplicar medidas en favor del medio ambiente están ellos. “Hemos ganado muchos pleitos, pero para una gran empresa pagar las multas que se les imponen es casi de risa. Lo lamentable es que sigamos teniendo vertidos al mar o que como tenemos la contaminación de partículas por las nubes, el Principado retire las estaciones de medición. Así, si no hay datos parece que la contaminación es mentira. Es lamentable”, señala.

Fruti Pontigo quisiera vivir en ese paraíso natural que ve en las publicidades, pero “hay demasiados matices”. Si tuviera que hacer un listado sobre las mayores amenazas medioambientales de Asturias casi no sabría ni por dónde empezar. “Igual que te digo que la gente está mas sensibilizada, lo cierto es que los problemas siguen sin solución. Nosotros denunciamos y denunciamos, pero el Principado y las empresas siguen evitando cumplir con su parte. El paraíso natural es solo un eslogan”, remata.

Más de seis llamadas ha recibido Fruti esta mañana soleada en Avilés, todas ellas relacionadas con alguna preocupación ciudadana derivada con el ecologismo. “Cuando la gente ya no sabe a quién acudir nos llaman”.

Aquella contaminación que invadía Avilés en los años 80, justo cuando él comenzó con el activismo no se ha disipado del todo y queda mucho por hacer, pero lo cierto es que en estos cuarenta años algunas cosas sí que han cambiado, y si se respira mejor en Asturias, en parte es por la lucha de Fruti. Sale a la calle, y por lo que sea, se va el gris y sale el sol.