Los Mossos y tres universidades identifican los «factores de riesgo» que radicalizaron a los terroristas del 17-A

Los Mossos y tres universidades identifican los «factores de riesgo» que radicalizaron a los terroristas del 17-A

Los elementos vinculados a las creencias psicológicas, como la sensación de estar amenazado por la sociedad occidental, y los ligados a la experiencia personal de cada miembro de la célula, son los más frecuentes

Cómo ocho chavales nacidos en Ripoll acabaron convertidos en terroristas

Estudiar los errores cometidos con los terroristas de los atentados del 17 de agosto de 2017 en La Rambla y Cambrils para detectar mejor los procesos de radicalización. Este ha sido el objetivo que los Mossos d’Esquadra y tres universidades se han planteado en un estudio que ha identificado varios “factores de riesgo” que impactaron en los jóvenes de Ripoll para conformar la célula liderada por imán Abdelbaky Es Satty.

Los resultados muestran que los elementos vinculados a las creencias psicológicas, como la sensación de estar amenazado por la sociedad occidental, y los ligados a la experiencia personal de cada miembro de la célula, como haber vivido hechos traumáticos o la exposición a medios violentos de comunicación, son los más frecuentes en los islamistas del 17-A.

En cambio, los factores protectores (educación, empleo y vínculos, entre otros) estaban más desconectados entre sí y no tenían fuerza suficiente para imponerse a los factores de riesgo. Las amistades que todos mantenían con gente externa a la célula no fueron suficientes para neutralizar las acciones violentas que cometieron hace casi ocho años.

El estudio se ha realizado en el marco del proyecto Camins, liderado por la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra y las universidades de Córdoba, Granada y Burgos. Los investigadores han estudiado los factores de riesgo presentes en su radicalización y los de protección que deberían haber contrarrestado a los primeros.

La célula terrorista formada por diez miembros -el imán de Ripoll y nueve hombres jóvenes- se empezó a constituir entre finales de 2014 e inicios de 2015. Tras la detonación accidental de los explosivos que preparaban en la casa de Alcanar (Tarragona), donde murieron varios de ellos, los terroristas improvisaron el atropello de La Rambla y el ataque en Cambrils. En conjunto, asesinaron a 16 personas.

Entre los factores de riesgo analizados se encuentran especialmente los psicológicos, como la conexión dentro del grupo, la búsqueda de significado, las tendencias obsesivas o el autoritarismo. También existen las actitudes o creencias subjetivas que reflejan la perspectiva individual como las actitudes segregacionistas, antidemocráticas o radicales y el extremismo político-religioso.

Estos factores de riesgo tuvieron una presencia significativamente mayor entre los miembros que otros factores protectores, como los sociodemográficos (edad, nivel educativo, estado civil o empleo), o los experienciales, especialmente aquellos relacionados con su integración social, que habrían podido evitar su radicalización.

Para realizar el estudio se han analizado 200 declaraciones policiales, 50 entrevistas a familiares, amigos y personas del entorno, 123 evidencias tecnológicas, 25 pruebas físicas, 18 pruebas virtuales, y otros informes complementarios.

Los resultados, señalan los Mossos, permitirán mejorar los actuales planes de prevención de extremismos violentos y avanzar en el desarrollo de herramientas de apoyo a la evaluación para conocer los mecanismos que se encuentran en la base de la radicalización violenta.

El estudio tiene en cuenta factores sociodemográficos y psicológicos, así como aquellos vinculados a la integración y la discriminación, las creencias subjetivas y los factores criminógenos, es decir, aquellos relacionados con la influencia de compañeros o redes radicales.

Desde 2015, los Mossos han impulsado, junto con otros departamentos de la Generalitat, diversos planes de prevención de los extremismos violentos. El objetivo es expandir la red de colaboración en el ámbito preventivo y asegurar la participación activa de los sectores de la comunidad educativa, la protección de la Infancia y la juventud, la proximidad policial, los Agentes Rurales, la ejecución penal, los servicios sociales, las comunidades religiosas y asociaciones culturales y el deporte.