Miguel Mamajón, psiquiatra infantil: «Hemos tenido casos de menores que pasaban hasta 11 horas al día delante de las pantallas»

Miguel Mamajón, psiquiatra infantil: «Hemos tenido casos de menores que pasaban hasta 11 horas al día delante de las pantallas»

El responsable del Proyecto Pantallas del Hospital Valdecilla de Santander impartirá este martes una charla en los Cursos de Verano de la UC en Camargo dedicada a las nuevas tecnologías y los menores

¿A qué edad comprar un smartphone a nuestro hijo? ¿Cómo controlar su acceso a Internet y las redes sociales? ¿Cuáles son las señales de alarma que indican que hay un problema de adicción a las nuevas tecnologías? Estas son algunas de las preguntas que este martes, 5 de agosto, tratará de responder el psiquiatra infantil y responsable del Proyecto Pantallas del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV), Miguel Mamajón, en la conferencia Nuevas tecnologías y menores: implicaciones clínicas y estrategias de intervención’ que impartirá a partir de las 19.00 horas en el Centro Municipal de Empresas de Camargo en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) con el patrocinio de la Dirección General de Juventud, Cooperación al Desarrollo y Voluntariado del Gobierno de Cantabria.

La adicción a las nuevas tecnologías en general, y a las redes sociales en particular, de los menores se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los padres y tutores por los efectos negativos que está causando en los más jóvenes. “Problemas como ansiedad, depresión, trastornos de conducta alimentaria o exposición a contenidos inapropiados”, enumera Mamajón, quien reconoce que uno de los casos más extremos que ha tratado fue el de un menor que se pasaba 11 horas diarias ‘enganchado’ a las pantallas.

En pleno debate internacional sobre la prohibición de determinadas redes sociales por su alto impacto entre los menores de edad como puede ser TikTok, este psiquiatra infantil del Hospital Valdecilla defiende elevar la edad de acceso a las redes sociales.

“En España es de 14 años, aunque se está proponiendo a través de un anteproyecto de ley elevar esa edad a los 16 años, que es cuando se considera que el individuo tiene ya cierta madurez”, explica el psiquiatra infantil. Porque, a su juicio, “hasta los 16 años sería recomendable hacer una supervisión parental, un control, y también hablar en casa sobre lo que consume”, así como “trabajar el desarrollo de competencias para que tengan herramientas suficientes” para gestionar lo que les aparece en Internet.

Ciberbullying y anorexia

Y es que las implicaciones clínicas derivadas de la adicción a las pantallas van en aumento, si bien se diferencian según el rango de edad. “Los chavales más jóvenes se exponen a riesgos como el ciberbullying, la disminución de autoestima o la ansiedad. Y cuando son un poco mayores, sobre todo entre las chicas, cobran más protagonismo los problemas relacionados con los trastornos de conducta alimentaria, porque las redes sociales además de bombardear constantemente con imágenes de cuerpos perfectos, son también plataformas donde inexpertos dan consejos dietéticos pocos saludables y los usuarios jóvenes las aceptan como normales”.

Otro problema de salud más reciente está relacionado con el maquillaje. “Hay casos de niñas de 8, 9, 10 años, que se graban maquillándose y los pediatras ya han dado la voz de alarma que está generando problemas dermatológicos”, advierte el psiquiatra infantil.

Señales de alarma

Como “señales de alarma” que pueden indicar la existencia de un problema grave de adicción a Internet y/o redes sociales entre los menores, Miguel Mamajón apunta a situaciones fácilmente detectables. Entre ellas destaca “que las nuevas tecnologías conquisten cada vez más espacio psíquico en el joven y en sus temas de conversación, cambios de conducta, que el menor se ponga violento cuando se le quita el móvil, incapacidad para marcarse un límite, que necesite tiempos crecientes ante la pantalla para lograr un nivel de satisfacción, o el deseo impulsivo de ponerse delante de las pantallas”.

Pero, sin duda, la pregunta clave es a qué edad comprar un smarphone a un menor. En este caso, para este psiquiatra infantil la premisa base es la madurez del niño. “Lo recomendable sería comprar un móvil a los 12 o 13 años” pero “que tuviera determinadas funcionalidades bloqueadas para que el menor solo pueda usar el móvil para funciones básicas como llamar, recibir llamadas o enviar mensajes”, propone Mamajón.

Madurez como indicador

“Cuando se hacen mayores y a medida que el joven vaya mostrando mayor madurez, se pueden ir incorporando otras aplicaciones y más funcionalidades al dispositivo, siempre con supervisión familiar y dependiendo de la madurez del menor, para permitir, a partir de los 16 años, el acceso a las redes sociales”, matiza el experto.

Mamajón y su departamento lo tienen claro: tener un teléfono móvil implica una gran responsabilidad con importantes consecuencias si su uso no es el adecuado. “Recomendamos que, cuando se entregue un móvil a un menor, se elabore una especie de contrato escrito para que tanto el menor como sus padres se comprometan a una serie de condiciones de uso”, sugiere el psiquiatra infantil.

Verano de charlas

La conferencia de Miguel Mamajón es la sexta que esta temporada han organizado los Cursos de Verano de la UC en el municipio. La última, que tendrá lugar el martes, 12 de agosto, a las 19:00 horas en el Centro Municipal de Empresas de Camargo, correrá a cargo de Pablo Vázquez, CEO de Vida Inteligente, que hablará de la inteligencia artificial para la vida real.

Con esta última conferencia, de acceso libre y gratuito para todos los ciudadanos y visitantes del lugar, se da fin a la temporada universitaria estival camarguesa que, este año, ha contado con dos talleres prácticos, siete conferencias y siete cursos monográficos. Una temporada de lo más variada donde ha habido actividades literarias, de naturaleza, tecnológicas, de mindfulness y de primeros auxilios, entre otras cosas. Un verano que se cierra en agosto, pero que volverá abrirse en 2026 con más iniciativas, conocimientos y ganas de aprender.