
Una ciudad dividida: cómo el turismo de cruceros partió en dos la capital del iceberg de Groenlandia
El alcalde de Ilulissat ha convocado protestas porque los operadores turísticos locales se ven excluidos de un sector en auge
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Es conocida como la “capital mundial de los icebergs”, pero para el alcalde de Ilulissat, en el norte de Groenlandia, también es una ciudad dividida, donde amigos y vecinos han dejado de hablarse por una disputa en torno a los cruceros que traen turistas para ver sus maravillas de hielo.
En los meses de verano, el fiordo helado de la localidad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, atrae a miles de visitantes, cada uno de los cuales supone un lucrativo negocio para la ciudad. Sin embargo, los operadores turísticos de la localidad se quejan con frustración porque, dicen, están siendo excluidos por grandes empresas de otras partes de Groenlandia y Dinamarca, que están socavando los negocios locales o los excluyen por completo. Los barcos de los operadores locales permanecen anclados en el puerto mientras los cruceros venidos de otras partes cobran a los turistas para mostrarles las maravillas de la zona.
El alcalde de Ilulissat, Lars Erik Gabrielsen, ha pedido a los vecinos que se sumen a la protesta con manifestaciones y pancartas, lo que ha provocado la indignación de una ministra, que le ha acusado de ahuyentar a los turistas.
En opinión del alcalde, la comunidad está dividida entre los que han optado por trabajar con Greenland Cruises, una empresa groenlandesa con sede en Nuuk, y la empresa danesa Vela Nordic, y los que no lo han hecho. “Ya no nos reconocemos como comunidad”, señala Gabrielsen. “No nos saludamos porque esta cuestión nos ha separado en dos bandos”.
En su opinión, si los cruceros dejasen de trabajar con estas dos compañías y con Diskoline, una compañía de transporte propiedad de Topas Explorer Group, un holding de empresas danesas enfocadas en viajes de aventura y turismo, estarían apoyando a los contribuyentes locales. “Es terrible. Estamos muy tristes. Y nuestro Gobierno ni siquiera nos entiende”, lamenta.
La Ministra de Comercio de Groenlandia, Naaja Nathanielsen, criticó duramente la postura del alcalde, acusándolo de “hacer una desafortunada mezcla de autoridad pública con activismo”. Según ella, estaba enviando “una señal inequívoca” a los operadores de que “corren el riesgo de encontrarse con manifestaciones organizadas por las autoridades”. Según ella, varios cruceros ya habían optado por no parar en Ilulissat y otros estaban considerando hacer lo mismo. El año pasado se impidió la entrada al puerto a un crucero por alegar que solo utilizaba proveedores turísticos extranjeros.
La disputa llega en un momento clave para el territorio. Históricamente la pesca ha sido la industria dominante, pero el turismo está desempeñando un papel cada vez más importante a medida que se derrite el hielo del Ártico. El turismo también se considera un factor económico importante para garantizar la independencia de Dinamarca, que gobernó Groenlandia como colonia hasta 1953 y sigue controlando su política exterior y de seguridad.
Mientras tanto, el interés de Estados Unidos por Groenlandia está aumentando debido a las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de adquirir el territorio, centradas tanto en la inversión en minerales como en el turismo. Este verano, tras la apertura de un nuevo aeropuerto internacional, se inauguraron vuelos directos desde Nueva York a Nuuk, la capital de Groenlandia. También se está construyendo un aeropuerto en Ilullisat, que se inaugurará el próximo año.
Críticos con las protestas
Gabrielsen ha acusado a Nathanielsen de presentarlo a él y a sus aliados como “mala gente”. Argumenta que lo único que quiere garantizar es que los operadores locales también participen en este negocio. “Queremos estar incluidos en el futuro, para que nuestros hijos y nietos puedan proyectarse como parte de esta industria en crecimiento”, señala.
El año pasado se aprobó una ley de turismo destinada a fomentar un desarrollo sostenible del sector y un turismo con raíces locales (con una cuota de participación de las empresas turísticas locales), pero Gabrielsen duda que vaya a comportar cambios significativos. Propone, en cambio, que Groenlandia cuente con una agencia de turismo gestionada conjuntamente por los municipios y el propio sector, de modo que las tareas y los clientes se repartan de forma más equitativa. También considera necesario reformar la legislación fiscal para abordar el problema.
La Asociación de Operadores de Cruceros de Expedición Árticos (AECO), que el año pasado facilitó múltiples reuniones en Ilulissat con las partes interesadas y los operadores locales, afirma que es “consciente de las preocupaciones planteadas en Ilulissat y entiende que la frustración parece dirigirse principalmente a las empresas registradas en Groenlandia”. Un portavoz ha puntualizado que la situación “parece reflejar la dinámica local y las diferentes opiniones sobre cómo debe gestionarse el turismo”.
Por su parte, Anne Nivíka Grødem, directora general de Visit Greenland, ha indicado: “Vemos con gran preocupación los recientes acontecimientos en Ilulissat, donde las protestas en la localidad contra determinados operadores turísticos han provocado disturbios e incertidumbre. Esto no solo afecta a los visitantes, sino que también perturba la colaboración entre quienes contribuyen a crear puestos de trabajo e ingresos en la ciudad”.
Christian Keldsen, director de la Asociación Empresarial de Groenlandia, ha indicado que la disputa se centra en las diferentes definiciones de lo que sería “local”. “Todas las empresas que operan en esta zona son groenlandesas, aunque algunas puedan tener propietarios que viven en el extranjero, por ejemplo, en Dinamarca”.
En un comunicado, Diskoline ha afirmado: “Creemos que hay espacio tanto para los operadores ya establecidos como para los nuevos, y que el creciente número de visitantes puede apoyar un sector turístico local diverso y dinámico. Nuestro objetivo es trabajar en colaboración, con respeto mutuo y apertura. También nos enorgullece ser una empresa que ofrece empleo en Groenlandia durante todo el año. Muchos de nuestros empleados son locales y siempre damos prioridad a la contratación local antes de buscar candidatos en el extranjero, incluida Dinamarca”.
Greenland Cruises no ha querido hacer comentarios y Vela Nordic no ha respondido a la solicitud del periódico.
Traducción de Emma Reverter