Europa vigila la intención de Universal de comprar una compañía que le daría un “control sin precedentes” en la industria musical

Europa vigila la intención de Universal de comprar una compañía que le daría un “control sin precedentes” en la industria musical

Downtown Music es la empresa dedicada a la distribución digital y a la gestión de los derechos de autor que está en el punto de mira de una de las tres grandes ‘majors’, lo cual preocupa especialmente al sector independiente

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El sector independiente de la música está mostrando su extrema preocupación por la intención de Universal Music Group (UMG), uno de los gigantes del sector que publica los discos de Rolling Stones, Sabrina Carpenter o ABBA, de comprar Downtown Music, una empresa que, aunque menos conocida por el público general, desempeña un papel crucial en la gestión de los servicios y los derechos de autor de artistas y sellos independientes. Un movimiento valorado en 775 millones de dólares que está bajo el escrutinio de la Comisión Europa y que podría consolidar aún más el poder de Universal.

Downtown Music opera entre bastidores brindando servicios esenciales para el sector independiente, encargándose de la distribución digital a plataformas de streaming como Spotify o Apple Music, la gestión de derechos de autor y licencias, y la recaudación de regalías. La intención de Universal, anunciada a finales de 2024, es clara: integrar todas estas capacidades para fortalecer todavía más su posición en la distribución y los servicios ofrecidos a artistas y discográficas. En un ecosistema musical altamente concentrado, fuentes de UFi (Unión Fonográfica Independiente, organización que asocia a diferentes entidades) explican a elDiario.es que “el acuerdo UMG/Downtown reduciría significativamente el acceso al mercado para artistas y sellos independientes, otorgando a la mayor compañía musical del mundo un control sin precedentes sobre las rutas de entrada al mercado, los servicios digitales y el acceso a los datos de la competencia”.

La compra plantea interrogantes a la Comisión Europea sobre la diversidad musical. Si una enorme entidad como Universal controla también una parte significativa de los servicios de distribución y gestión de derechos, los artistas independientes pueden encontrarse con dificultades para llegar a una audiencia amplia. Universal Music Group es el hogar del catálogo de infinidad de artistas y sellos millonarios, contando con un dominio de distribución global. Esto podría empujar al panorama musical hacia una mayor homogeneización, donde lo comercial prime sobre propuestas más pequeñas. Aunque las empresas independientes del sector musical generan más del 80% de todos los lanzamientos, las tres multinacionales (Universal, Warner y Sony) controlan conjuntamente el 70-75% del mercado en Europa.


La oficina de Universal Music Group en Nueva York

Asimismo, la cuestión de la protección de datos es especialmente relevante para la Comisión Europea, puesto que Downtown Music maneja información comercial confidencial de innumerables sellos y artistas independientes. La integración de estos datos dentro de Universal Music Group preocupa a la Comisión con respecto a la equidad del mercado, pues “UMG probablemente tendría la capacidad y el incentivo de utilizar datos de sellos discográficos para sus propias actividades comerciales, en particular las relacionadas con la música grabada”, provocando así el “efecto de fortalecer aún más a UMG, que ya es líder en el mercado de distribución mayorista de música grabada en el Espacio Económico Europeo”.

Por otro lado, la adquisición impacta sobre la posición de los artistas. Con menos opciones de proveedores de servicios y una competencia reducida en el mercado de la gestión de derechos, su poder de negociación frente a las grandes corporaciones disminuiría. Esto podría traducirse en acuerdos menos favorables y en un menor apoyo para el desarrollo de sus carreras. Así lo constata Amelia Fletcher, cantante del grupo británico Heavenly, execonomista jefa de la autoridad de competencia de Reino Unido y cofundadora de un sello independiente, en una carta abierta a Ribera instando a la Comisión Europea a realizar una investigación en profundidad.

“Muchos artistas exitosos prefieren grabar para sellos independientes, ya que mantienen un mayor control sobre su desarrollo musical”, indica Fletcher en la carta publicada hace unas semanas, apuntando que “probablemente no serían contratados por los sellos principales, pero que colectivamente generan un valor sustancial para los consumidores, la cultura y la economía”. “Es vital que se detenga este proceso anticompetitivo. El sector independiente es esencial para la competencia, la creatividad, la cultura y el crecimiento en la industria musical”, sostiene.

Consecuencias como la concentración de mercado

La concentración de mercado es una preocupación constante en la industria musical, de ahí que la Comisión Europea esté investigando la operación. Con solo un puñado de empresas controlando la mayor parte del mercado, cada adquisición importante refuerza esa concentración y genera inquietud sobre la capacidad de estas multinacionales para influir en cada aspecto de la música, desde cómo se produce hasta cómo se monetiza y consume. Cuando Universal se hizo en 2012 con el sello EMI, uno de los más relevantes de Reino Unido, la Comisión Europea impuso una serie de condiciones para aprobar la operación. Entre ellas, la prohibición de diez años (hasta 2022) para que UMG adquiriera ciertos activos y sellos discográficos en el Espacio Económico Europeo, con el fin de evitar una concentración excesiva de capital.

Tras el paso de esta década, la compañía musical adquirió PIAS en septiembre de 2024, que se trataba de uno de los sellos independientes más grandes de Europa con artistas como Pixies, Editors, Texas, Soulwax, Dinosaur Jr., Eels y Agnes Obel. A ese movimiento comercial se le suma ahora su acuerdo de compra de Downtown Music, empresa que a su vez es propietaria de servicios independientes fundamentales como FUGA, una de las plataformas de distribución más antiguas y conocidas a nivel mundial, y CD Baby, agrupación de tecnología y servicios que trabaja con discográficas independientes. “Al observar cómo ha evolucionado el mercado, es evidente que las majors se están repartiendo el mundo entre ellas”, explica un portavoz de UFi. “Estas adquisiciones se suman a una larga lista de acuerdos estratégicos en mercados clave a nivel mundial, y deben detenerse”, añade.

La investigación formal que está llevando a cabo la Comisión Europea se extenderá hasta finales de 2025 y puede llevar a UMG a ofrecer concesiones para que el acuerdo sea aprobado. La industria musical independiente, a través de voces como la organización IMPALA, ya ha expresado su preocupación, haciendo un llamado a la Unión Europea para que tome la iniciativa y frene esta estrategia de “apisonadora” de UMG, solicitando que bloquee directamente la operación. “Esta adquisición forma parte de la estrategia del líder del mercado para consolidar activos estratégicos, controlar rutas clave hacia el mercado y moldear el futuro del ecosistema del streaming”, resaltan fuentes de la Unión Fonográfica Independiente. Según Fletcher, UMG busca a través de la adquisición un “mayor control sobre algunos de los actores más importantes, innovadores y disruptivos de la industria musical”.

Una decisión que recae también sobre España

La responsabilidad sobre la decisión del caso UMG/Downtown recae también en España, ya que la Vicepresidenta Ejecutiva de la Comisión Europea responsable de competencia es Teresa Ribera, quien, según expresa un portavoz de UFi, “comprende la importancia de la competencia y la diversidad para un mercado musical sano”. Como ya decidió la Comisión Europea en 2012 con la fusión UMG/EMI, hay un límite en el tamaño que puede alcanzar una empresa dominante. Atendiendo a las estadísticas de mercado en España para 2023 (último año completo disponible, tal y como proporciona UFi con datos de Music and Copyright), UMG ya controlaba casi la mitad de la música que se consumía en el país, con una cuota de mercado del 44,8%.

La magnitud de ese 44,8% se percibe comparándolo con datos de 2012, última vez que la Comisión Europea evaluó el mercado musical, cuando la cuota de UMG era del 34,1%. Además, la diferencia entre UMG y su competidor más cercano es de 17,8 puntos, un aumento de 11,6 puntos porcentuales respecto a 2012. Esta brecha es ahora tres veces mayor que cuando la Comisión Europea evaluó el caso UMG/EMI. “El líder del mercado no debería poder imponer condiciones a los servicios digitales en detrimento de sus competidores, ni absorber a las mayores empresas de distribución musical del mundo y otros servicios esenciales, junto a negocios musicales estratégicos en distintos países, sin una fiscalización adecuada”, señalan fuentes de UFi.

El caso ya había captado la atención de la presidenta del comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, la economista y eurodiputada francesa Aurore Lalucq, quien formuló una pregunta escrita formal a la Vicepresidenta Ejecutiva Teresa Ribera en la que enfatizaba que “el mercado musical es un sector vital para la UE” y recalcaba que se necesita un “mercado abierto y próspero para innovar y dar visibilidad a los artistas europeos”. Asimismo, Amelia Fletcher ha señalado que la adquisición representa “otro paso en la estrategia de UMG de socavar la vitalidad y viabilidad del sector independiente”.