El vertido ilegal de Las Tablas alienta la oposición a los cantones de limpieza en Madrid: «Nadie asegura que no pasa aquí»

El vertido ilegal de Las Tablas alienta la oposición a los cantones de limpieza en Madrid: «Nadie asegura que no pasa aquí»

El Gobierno de Almeida habla de un «hecho puntual», pero admite que «influye en la calidad del agua aportada a la red». Vecinos afectados por el almacenamiento de residuos junto a la colonia Alfonso XIII o a Montecarmelo temen contaminaciones similares y denuncian actuaciones «manifiestamente irregulares»

La amenaza de despidos por vertido ilegal en la recogida de residuos de Madrid indigna a los trabajadores: “Era una orden”

“Todo lo que se vierta aquí va al Monte del Pardo, y de ahí al río Manzanares”. Agustín Gil vive a pocos metros del futuro cantón de Montecarmelo, en el distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo. Se trata de una de las instalaciones más polémicas que prepara el Ayuntamiento liderado por José Luis Martínez-Almeida, enfrentada a una fuerte oposición vecinal por las afectaciones que denuncian los vecinos en materia de contaminación acústica o medioambiental, perjuicio a la movilidad o talas del arbolado. Unos temores que se han reforzado con el vertido ilegal en otro cantón del mismo distrito, el de Las Tablas, reconocido por la empresa que lo gestiona. Esto es, Urbaser, la compañía que también administrará el almacenamiento de residuos en Montecarmelo.

“Hemos vertido unos 150 litros de aceite hidráulico al alcantarillado público”, admitía un empleado del servicio municipal de recogida de residuos en declaraciones a este periódico. Unas palabras en las que negaba el carácter puntual de ese derramamiento de aguas negras publicado por Ecologistas en Acción. También la responsabilidad de los trabajadores en él, pese a que dos miembros de la plantilla han recibido cartas donde Urbaser amenaza con sus posibles despidos. Así, el operario lo presentaba como un procedimiento sistemático, ya que seguían “órdenes directas de mandos superiores”.

“Soy ingeniero técnico y he trabajado durante muchos años en un taller. Dudo que tanto en Las Tablas como en Montecarmelo tengan la cantidad de personal necesario y que hagan un uso adecuado de las labores que deben llevar a cabo”, anticipa Agustín en conversación con Somos Madrid. “En mi ático nos lo comemos sí o sí con las luces, olores y ruidos que va a acarrear”, lamenta. Su casa está junto al Colegio Alemán, la institución que ya ha logrado tumbar el cantón en los tribunales por carecer de informe de evaluación ambiental. Una sentencia que el Gobierno municipal ya ha recurrido y que puede obviar hasta que sea firme, continuando así con los trabajos en el recinto.

“La instalación debería estar preparada para que los residuos más contaminantes se recojan y dirijan a un sitio diferente, no para que se los lleve directamente el Canal de Isabel II sin ningún filtro”, explica Agustín. “Por lo que hemos visto tiene pinta de que en Las Tablas, y creemos que en futuro en Montecarmelo, no limpian la arqueta separadora de grasas. Una obligación que deberían cumplir al menos una vez al mes”, añade. Desde la Plataforma No Al Cantón Montecarmelo han elevado una petición al Ayuntamiento para acceder al informe de impacto del suelo, solicitud que el Consistorio les ha denegado por el momento.

La instalación debería estar preparada para que los residuos más contaminantes se recojan y dirijan a un sitio diferente, no para que se los lleve directamente el Canal de Isabel II sin ningún filtro

Este vecino de Montecarmelo recurre de nuevo a su experiencia en el sector para arremeter contra la forma de proceder de las empresas contratadas por el Consistorio para gestionar los residuos urbanos: “Acudí a una visita al cantón que está junto a la colonia Alfonso XIII, en Chamartín. Los vecinos de la zona nos habían dicho que llegaron a ver ratas. Aunque cuando nosotros fuimos se notaba que acababan de limpiarlo, seguía siendo un desastre. No tenían una máquina separada de grasas o de hidrocarburos. Hasta sacamos una foto con el chorreo que soltaba la cuba de un camión de basura compactador. Y eso que al lado estaba el concejal”.

Se refiere a José Antonio Martínez Páramo, titular del área delegada de Limpieza y Zonas Verdes, así como concejal presidente del distrito de Fuencarral-El Pardo. Una doble función que le pone en el centro de las críticas de quienes se oponen a cantones como el de Montecarmelo. En las imágenes que menciona Agustín, Martínez Páramo visita la instalación de Alfonso XIII para certificar su correcto funcionamiento, aunque a su lado se percibe el rastro de la pérdida de aceite de un vehículo. Según Agustín, “tal y como estaba situado difícilmente iría a una arqueta, porque se encontraba en un punto bajo, así que cae directamente al alcantarillado”.

Los propios vecinos de la colonia Ciudad Jardín Alfonso XIII han querido manifestar su inquietud a este diario. Joaquín Navarro relata que es “un cantón pequeño, pero que ejemplifica las consecuencias del nuevo modelo municipal: a ellos va a parar todo lo que no se llevan los camiones de limpieza y reciclaje”. Desde muebles hasta el contenido de las papeleras de la ciudad, pasando por elementos que bolquetes o camiones pequeños van recogiendo por todo Madrid. “Restos de bocatas o cacas de perro. Cualquier cosa que se te ocurra”, dice. Joaquín sostiene que en el cantón que tiene a unos pocos metros de su casa “solo separan cartón y madera, el resto va a dos compactadoras que lo trituran”. Denuncia “un ruido constante” por parte de estos vehículos, que “no se detienen”, además de “un olor a demonios”.

Aunque quizá uno de los episodios más dolorosos para los residentes de la colonia fue la tala de una pequeña zona verde cerca de sus casas: “Se la han cargado y la han llenado de hormigón para que entren más vehículos de limpieza”, denuncia Joaquín. Todo ello en un entorno protegido e histórico, donde “hasta para pintar la valla de casa tienes que pedir permiso”. La Colonia Jardín Alfonso XIII comenzó a edificarse en 1928 y alberga unas 80 viviendas, muchas de ellas desocupadas o utilizadas solo como residencia ocasional. En su origen estaba destinada a personal del ámbito de la comunicación o la información y a empleados municipales. El problema respecto a Montecarmelo, dice, es que la resistencia es menor: “Somos muy pocos, solo unas 25 familias. Pero lo vamos a pelear”.

Para esa batalla legal, han recopilado un arsenal de incidencias que aseguran se dan en su entorno, una dinámica que consideran respaldada por el vertido ilegal de Las Tablas: “Nadie nos asegura que no pasa aquí, de hecho vemos cosas manifiestamente irregulares. Las hojas que recogen las barredoras van a un contenedor que se queda ahí hasta que se llena, lo vacían una vez a la semana. Así que aunque compacten las hojas, cuando llueve se produce un proceso de putrefacción en el que surge líquido lixiviado”. Esta sustancia contaminante se forma cuando el agua atraviesa residuos sólidos, como los que se encuentran en los vertederos, y arrastra consigo elementos disueltos. “Esta actividad ilegal, como otras que se dan en los cantones, no cumple ni la directiva europea ni la nacional”.

Las hojas que recogen las barredoras van a un contenedor que se queda ahí hasta que se llena, lo vacían una vez a la semana. Cuando llueve se produce un proceso de putrefacción. Esta actividad ilegal, como otras que se dan, no cumple la directiva europea ni la nacional

El cantón de Alfonso XIII, a diferencia del de Las Tablas o el que llegará a Montecarmelo, no está gestionado por Urbaser (que en 2021 recibió dos de los seis grandes contratos de limpieza en la ciudad por 269,8 y 233,5 millones de euros, respectivamente). Pertenece a un lote diferente, que en este caso el Ejecutivo de Almeida adjudicó por 274 millones a la empresa Valoriza (antigua filial de la constructora Sacyr que esta vendió al fondo Morgan Stanley). Atañe a la limpieza de los distritos de Arganzuela, Retiro, Salamanca y Chamartín.

Unos pliegos cuestionados de inminente renovación

Cinco años después de aquel pliego, que caduca 2026, los vecinos afectados por los cantones exigen que en la próxima convocatoria se rediseñe: “El formato actual está concebido para que nadie le recrimine al alcalde que la ciudad está sucia, que lo está, a cambio de un modelo molesto e insaluble para quienes están alrededor de las instalaciones. Queremos que el nuevo pliego vaya hacia unas condiciones más efectivas y seguras, aunque sean más caras. Por ejemplo, que las compactadores pequeñas vayan separando los recursos mientras los recogen y que los llevan directamente el vertedero, en vez de que bolquetes recojan la basura y luego depositen todo en los cantones de cualquier manera”, propone Joaquín.

Desde su punto de vista, el futuro pliego debe mejorar también las condiciones del personal, uno de los argumentos en los que más se ha apoyado Borja Carabante (concejal a cargo del área de Medio Ambiente) para justificar la llegada de un cantón de limpieza a Montecarmelo: “No pueden usar a los trabajadores como escudo y luego tenerlos como los tienen. Soportan un contacto continuo con residuos y olores a cielo abierto, sin un ápice de sombra y con 40ºC al sol”.

Más allá de los reproches a la formulación de los pliegos, desde algunos estamentos emergen críticas que cuestionan si las adjudicatarias están cumpliendo con los contenidos que estos recogen, sobre todo después de lo ocurrido en Las Tablas. En un escrito del sindicato de comisiones de base Co.bas dirigido al área de Medio Ambiente al que ha tenido acceso este medio, la entidad solicita “información acerca de si el servicio que diariamente presta Urbaser se corresponde con lo que tienen pactado con ustedes en el pliego de condiciones”. El motivo de esa petición, dicen, es que “diariamente llegan quejas de los vecinos por el servicio deficiente y la sociedad acumulada en el barrio”.

“Hemos considerado que antes de llevar la denuncia al Seprona o de emprender acciones judiciales por el vertido ilegal de productos tóxicos en un talud de tierra, debíamos ponerlo en conocimiento de esa área del Ayuntamiento. Pensamos que deberían actuar al respecto, entendiendo que deberán tomarse muestras y valorar los peligros en caso de que los hubiera”, apostillan en el documento.

Para el Ayuntamiento “no hay motivo para temer nada”, aunque reconoce efectos al saneamiento

Ante las quejas de ciudadanos y sindicatos, el Ayuntamiento de la capital se justifica. “Los vecinos no tienen ningún motivo para temer nada. Se trata [el vertido de Las Tablas] de un hecho puntual detectado en una instalación de las muchas que hay por la ciudad. Además, es una instalación privada y no una instalación municipal cedida, como las que se están construyendo actualmente o las que se encuentran en operación. Es la que provisionalmente sustituye al cantón de Montecarmelo hasta que este se construya”, trasladan a Somos Madrid desde el área de Medio Ambiente, Movilidad y Urbanismo.

“El problema detectado, exclusivamente en esa instalación y cuyo alcance se está evaluando por parte de la empresa, no tiene ni puede tener efectos en los vecinos. Influye en la calidad del agua aportada a la red pública de saneamiento. Por tanto, insistimos, no puede tener influencia alguna en el vecindario. Los análisis en el punto de acometida a la red muestran un cumplimiento estricto de los parámetros. Tampoco por parte del Canal de Isabel II, que gestiona la depuradora de Valdebebas, se han reportado alteraciones en las instalaciones, daños en las conducciones, ni acumulaciones de suciedad. La depuradora no se ha visto afectada por las prácticas inadecuadas que se denuncian, no habiendo rastro del vertido que se describe según ha reportado el Canal”, mantienen estas fuentes municipales.

A Agustín, por contra, ninguna explicación le alivia: “Lo que quieren instalar aquí no es un cantón, es un Selur [instalación del Servicio de Limpieza Urgente] que opera los 365 días de año y las 24 horas del día. Si hay un partido de fútbol, vendrán aquí con los residuos que deje a las 00.00 de la noche. Se acaba el uso lúdico de un barrio con un marcado perfil social y abierto. Nos vamos a tragar restos del Madrid norte y noreste porque en muchos barrios de la zona el Ayuntamiento no ha proyectado puntos limpio como debiera. No son cuatro vestuarios, hemos visto el proyecto y es una auténtica industria. Una industria de la basura”.