
¿Qué fruta comer en la playa? Cuáles puedes llevar, cuáles no y cómo debes hacerlo
Sandía y melón son los clásicos de la fruta para llevar a la playa, pero no las únicas: ¿qué otra fruta nos ayudará a mantenernos hidratados y a reponer energía?
Aguas embotelladas con sabor, ¿son una forma saludable de hidratarnos?
Pasar un día o tan solo unas horas en la playa este verano resulta mucho más refrescante si vamos con un poco de fruta que nos ayude a refrescarnos. ¿A quién no le apetece algo dulce y fresco cuando el calor aprieta, aunque estemos al fresco de la brisa del mar y bajo el refugio de una sombrilla? Sin embargo, no todos los alimentos son idóneos para acompañarnos en una jornada de playa.
De acuerdo con la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA), la mejor opción para comer en la playa son alimentos frescos, de fácil digestión y bajo contenido de grasas para evitar que, con el calor, puedan provocarnos molestias digestivas. Te contamos cuáles son las mejores frutas para tomar en la playa y cómo prepararlas.
Por qué es importante comer fruta en la playa
La fruta cumple con estos requisitos porque nos ayuda a mantenernos hidratados gracias a su contenido en agua, además de que nos ofrece una gran cantidad de nutrientes esenciales. La fruta es una excelente fuente de agua (a menudo más del 85-90%), fibra, vitaminas (especialmente vitamina A y C) y minerales como el potasio y magnesio, así como otros valorados antioxidantes.
Con el sudor y el calor aumenta nuestra pérdida de agua y la fruta nos ayuda a mantener el equilibrio hídrico que tanto necesitamos, además de facilitar la digestión, evitando la pesadez y la hinchazón, y reponer las reservas de sales minerales.
Por si fuera poco, la fruta es dulce y, por tanto, puede ayudarnos a satisfacer nuestro antojo de algo dulce de una forma mucho más saludable que si tomáramos un helado.
Pero no todo vale ni podemos llevar cualquier fruta: algunas nos refrescan más que otras y no todas son buenas opciones a la hora de exigirles las condiciones de temperatura y sol de la playa. Es importante conocer cuáles son las opciones más ligeras, jugosas y fáciles de llevar y que resistan mejor al calor.
Las mejores frutas para llevar a la playa
Centrarnos en las frutas de temporada es una de las mejores maneras de mantenernos hidratados. Pero, de todas las que están disponibles durante estos meses, ¿cuál es la mejor para llevar a la playa?
Empezamos por las dos grandes protagonistas: la sandía y el melón. Ambas contienen más del 90% de agua, además de vitaminas A y C. La primera, además, contiene antioxidantes como el licopeno y resulta muy saciante a la vez que ligera; por tanto, es una buena opción para pasar el hambre sin resultar pesada. El melón contiene potasio, que nos ayudará a reponer los electrolitos que podamos perder si sudamos. Pero hay más opciones que nos abren todo un abanico de posibilidades para refrescarnos.
Ciruelas
Son ideales para un día de playa: están compuestas por un 85% de agua, pero lo que las hace especialmente interesantes es su contenido en minerales, en concreto el potasio y el magnesio. Como el melón, las ciruelas nos ayudan a reponer el líquido que perdemos a través del sudor. También es interesante su contenido en fibra y sorbitol, lo que les da un suave efecto laxante.
Albaricoques
Compuestos también por una interesante cantidad de agua, sobre un 85%, los albaricoques contienen betacaroteno, que nos ayuda a proteger la piel y a producir melanina. El potasio es otro gran protagonista de esta fruta, así como el hierro y el magnesio. Además, son pequeños, por tanto, fáciles de transportar y no es necesario que los pelemos ni los cortemos.
Melocotones
Es una de las frutas más apreciada del verano gracias a su importante cantidad de agua, de un 88-90%. Los melocotones, además, son ricos en fibra y nos aportan además vitamina C, potasio y algo de vitamina A. Es una fruta fácil de digerir, de ahí que sea una muy buena opción para después de un buen baño.
Uvas
Aunque algunos evitan su consumo por su cantidad de azúcar, lo cierto es que, con moderación, son perfectas también para llevar a la playa. Porque, además de ser cómodas (no es necesario pelarlas ni cortarlas), proporcionan energía tras un paseo por la arena, son ricas en polifenoles, tienen un efecto antioxidante y contienen potasio. Las uvas nos ayudan a calmar la sed y son de fácil digestión.
Higos
Son una fuente inagotable de nutrientes: vitaminas A, C B1, B2, calcio, hierro, potasio, fósforo y magnesio, antioxidantes que protegen nuestras células. Además, son muy nutritivos y aportan energía. Si no están demasiado blandos, son perfectos para llevar a la playa.
Peras
Con casi un 90% de contenido en agua, las peras contienen antioxidantes, fibra, vitaminas y minerales, como hierro, calcio y potasio. Son, además, bajas en calorías.
Cómo llevar la fruta a la playa
Aunque la mejor manera de llevar fruta a la playa es entera y sin pelar, por las bacterias como Salmonella y el riesgo de proliferación con el calor (recordemos que las bacterias se multiplican con mayor rapidez en la ‘zona de peligro’, es decir, entre 4 °C y 60 °C), resulta muy práctico e higiénico quitar la piel y cortarla en trozos más pequeños, siempre que tengamos una nevera portátil y podamos conservarla ahí, a la sombra.
Debemos tener presente que, al partir la fruta, las bacterias presentes en la superficie pueden transferirse al interior. Cualquier bacteria que se transfiera de las manos, cuchillos o superficies como tablas de cortar puede llegar a la fruta cortada, donde puede crecer y multiplicarse, sobre todo cuando hace calor.
Las ciruelas y las uvas, sin embargo, podemos consumirlas tal cual, no sin antes lavarlas y secarlas bien para guardar limpias en la nevera portátil. Lo mismo necesitan los higos: un buen lavado y secado antes de guardar en un envase donde no se aplasten, ya que se pueden dañar fácilmente.
Con las uvas también debemos tener cuidado porque fermentan: si decidimos llevarlas a la playa es recomendable meterlas en un envase perforado y lavarlas solo antes de consumir.
Qué fruta es mejor no llevar a la playa
No toda la fruta es apta para la playa. Las altas temperaturas del verano y el sol pueden echar a perder fácilmente ciertos alimentos, convirtiéndose así en una opción arriesgada. Lo primero que tendremos que tener en cuenta es que necesitaremos una nevera portátil que nos ayuden a mantener la fruta fresca mientras disfrutamos de la playa.
Es mejor elegir fruta que no se estropee con facilidad con el calor. Las fresas, por ejemplo, aunque son muy refrescantes, sufren mucho con el calor y se deterioran con facilidad. El calor también acelera la maduración de frutas como el plátano y otras con un alto contenido en agua y azúcares.