Todos conocemos a Torrente, pero no sus orígenes: esta es la historia del personaje que Santiago Segura quiere resucitar

Todos conocemos a Torrente, pero no sus orígenes: esta es la historia del personaje que Santiago Segura quiere resucitar

Repulsivo y reconocible – Un tipo creado a partir de la memoria, la observación y el descaro, que logró convertirse en el personaje más taquillero del cine español

Los billares de Torrente: cómo una escena cinematográfica puede activar la memoria colectiva del barrio

Su camisa está siempre llena de lamparones de grasa, lleva un palillo en la boca y su forma de andar arrastra los pies sin vergüenza alguna. José Luis Torrente huele a tabaco rancio y a colonia barata, habla con la boca llena y vive con la convicción de que el mundo le debe algo. Mira con excesivo deseo a las mujeres, con rabia a los homosexuales o con desprecio a los inmigrantes, pero nunca con empatía. Así se presenta uno de los personajes más zafios del cine español, cuya existencia surgió de la caricatura, el rechazo y los recuerdos personales de Santiago Segura.

El nacimiento de un personaje que apesta a realidad

El cineasta madrileño tardó años en dar forma a ese personaje, aunque, sin saberlo, lo llevaba gestando desde niño. Hijo de un trabajador de fábrica, creció rodeado de frases hechas y escenas familiares que, con el tiempo, fueron calando en su memoria. En una entrevista en Espejo Público, explicó que muchas de las expresiones de Torrente están sacadas literalmente de lo que oía en casa.

Según contó, su padre llamaba “torero” a todo el mundo y tenía ocurrencias como “ya está, el galgo Lucas”, cuando alguno tenía que ir al baño justo antes de salir de viaje. Esa forma de hablar, hoy en desuso, fue una de las primeras semillas de lo que acabaría siendo Torrente.

El día en que Álex de la Iglesia dio pie, sin quererlo, al mayor éxito de Segura

Antes de crear al personaje, Segura probó varios caminos. Se licenció en Bellas Artes, escribió cómics de contenido erótico, hizo cortos con una Súper 8 comprada en el Rastro y se buscó la vida en concursos televisivos para poder financiar sus proyectos. Ya metido en el mundo del cine, debutó en teatro independiente y luego en películas como El día de la bestia, donde empezó a destacar como actor.

Fue precisamente durante el rodaje de su última escena con Álex de la Iglesia cuando empezó a perfilar la idea de Torrente, según contó años después. Aquel boceto inicial se convirtió en un largometraje que arrasó en taquilla con más de tres millones de espectadores.


Torrente está construido a partir de gestos, frases y actitudes que Santiago Segura conoció en su infancia

El personaje, tal y como lo terminó definiendo, absorbía todo lo que al propio Segura le resultaba molesto o vergonzoso en su entorno. En palabras del actor, ese método consistía en fijarse en lo que le provocaba rechazo y utilizarlo para generar comedia.

Según explicó a Antena 3, muchas de esas referencias provenían de la calle, de los bares, de comportamientos reales que decidía exagerar hasta que dejaban de resultar agresivos y pasaban a ser absurdos. Fue una estrategia que, aunque polémica para algunos, le funcionó para conectar con el público.

En esa construcción también tuvo un papel esencial el vestuario, a cargo de Lala Huete, que logró definir la personalidad del personaje sin una sola línea de diálogo. Bastaba verlo entrar en escena para entender de inmediato su ideología, su ego desmedido, su desdén por la higiene y sus pocas luces. Ese lenguaje visual reforzaba una interpretación donde la caricatura rozaba lo grotesco, pero sin alejarse del todo de lo real.

La nueva entrega quiere ser fiel al personaje sin perder frescura

Con ese Torrente primigenio, Segura se lanzó al vacío en una apuesta personal que no contó con un respaldo sólido. Tuvo que insistir hasta conseguir que el productor Andrés Vicente Gómez aceptara levantar la película. El resultado fue una cinta con referencias a Cobra y estética cutre, que se convirtió en la base de una saga de cinco entregas en la que numerosos españoles han hecho cameos. Años después, con más experiencia y una familia a cuestas, el director ha confirmado que está preparando una sexta parte: Torrente Presidente.

Segura ha anunciado que esta nueva película ya está en fase de desarrollo, aunque todavía no ha concretado ni fechas de rodaje ni elenco. Lo que sí ha dejado claro es que quiere que la sexta entrega tenga fuerza propia, sin perder la esencia del personaje.


Antes del Torrente cinematográfico hubo mucho ensayo y error artístico

En su intervención en El Hormiguero, aseguró que su objetivo es crear “un peliculón”, y añadió que, después de diez años sin estrenar una nueva entrega, si decide hacerla es para que la gente sienta que sigue siendo “la misma mierda de siempre, mandanga buena”.

El personaje, aunque nacido en otra época, le permite jugar con los límites de lo que hoy resulta incómodo, pasado o directamente inaceptable. Torrente, según avanzó el director, seguirá siendo un tipo despreciable que utiliza su antigua placa para hacer y deshacer a su antojo, en esta ocasión desde una posición de poder mucho mayor: la presidencia del Gobierno.

Torrente seguirá siendo repulsivo aunque con un despacho en Moncloa

Segura ha reconocido que la política española actual tiene ingredientes más que suficientes para alimentar la sátira. Según explicó, la situación política actual le sirve de inspiración constante y, de hecho, bromeó con que cada mañana se pregunta “¿qué voy a hacer más gracioso que esto?”.

Sin embargo, el nivel de surrealismo actual también le impide avanzar. “Eso es lo que está lastrando el ansiado regreso de Torrente, que hay que dar con la tecla para que eso siga siendo pertinente o relevante. Que sea divertido”, aclaró en una entrevista en la Cadena SER.

En su conversación con Pablo Motos, además, señaló que los políticos “se supone que son los buenos, los que te tienen que cuidar”, pero que cuando observa cómo se comportan, siente que “están perjudicando a la izquierda, a los votantes, a los ciudadanos, pero sobre todo al sistema”.

Esa visión crítica, mezclada con un humor que no pretende agradar a todo el mundo, forma parte de la marca Torrente. El propio Segura ironizó con la posibilidad de incluir en la película a José Luis Ábalos y no descartó darle un papel, incluso en caso de que estuviera en prisión.

En este nuevo proyecto, Segura quiere mantener la libertad que le dio el personaje original, pero adaptándolo a un contexto donde el humor se examina con lupa. Aun así, considera que quien entra a ver una película de Torrente ya sabe a lo que va, y lo compara con los menús de ostras. “Si yo fuese alérgico a las ostras no iría a un restaurante donde el menú degustación consistiera en distintos platos de ostras”, afirmó en una entrevista con LOC.