
Ventiladores evaporativos, el ‘aire acondicionado’ barato: cómo y en qué sitios pueden funcionar
En apariencia son como un aparato de aire acondicionado portátil y se anuncian arrojando un chorro de aire polar, pero ¿en qué casos refrescan?
Cómo saber si tu aire acondicionado toma aire del exterior o del interior
En la lucha contra el calor, los aparatos de aire acondicionado son el arma definitiva para refrescar nuestros hogares y dormir un poco mejor en medio de las noches tropicales. Pero no siempre están al alcance de todos los bolsillos, o los podemos poner en todas las estancias de la casa. Entonces aparecen en Internet anuncios de aparatos que se parecen mucho a un aire acondicionado portátil, pero a un precio mucho menor. ¿Puede solucionar el problema o es poco más que un ventilador disfrazado?
Cómo funciona un enfriador evaporativo
Un remedio tradicional contra el calor asfixiante consiste en poner un balde lleno de hielo delante del ventilador. Puede que nos parezca algo atrasado y pintoresco, pero este es exactamente el mecanismo que hay detrás de los enfriadores evaporativos. En ambos casos nos aprovechamos de un principio físico: el calor de cambio de fase.
Si calentamos agua para que hierva, la temperatura se mantendrá estable a 100ºC hasta que se haya evaporado la última gota. Si estamos añadiendo calor, ¿por qué no sube la temperatura? Porque esa energía se está empleando en hacer que el agua cambie de fase, de líquida a gaseosa. Lo mismo ocurre si derretimos hielo al fuego, que se mantendrá a 0ºC mientras haya agua y hielo, y solo subirá de temperatura cuando todo el hielo se haya fundido.
En un ventilador evaporativo no vamos a hervir agua, sino a evaporarla, usando el aire caliente de dentro de casa. Con un ventilador se hace pasar el aire caliente y seco a través de un filtro empapado en agua, y ese agua se evapora. Estos son los componentes del aparato:
Un depósito de agua con un tapón accesible para rellenarlo
Una bomba, pequeña y silenciosa, que eleva el agua para empapar continuamente un panel o almohadilla porosa.
Un potente ventilador aspira el aire caliente y seco de la habitación y lo fuerza a través de la almohadilla empapada.
El resultado es que el aire que sale por el otro lado del filtro está más frío. No tan frío como el aire que sale de un aparato de aire acondicionado, pero se puede notar el frescor. Es un sistema mucho más sencillo, ya que no hay gases refrigerantes complejos, ni compresores ruidosos, ni expulsa aire caliente al exterior. El consumo es mínimo, comparable a un ventilador sencillo, ya que solo necesita mover además la pequeña bomba de agua, mucho menor que el de un aparato de aire acondicionado.
Al contrario que el aire acondicionado, este intercambio de energía no reseca el aire; el aire fresco que sale del ventilador evaporativo está más húmedo. Esta es precisamente su mayor limitación.
Dónde funciona el ventilador evaporativo
El ventilador evaporativo no sirve para todos los entornos, y hay algunos casos en los que puede incluso empeorar la situación. Su eficacia depende de un solo factor: la humedad ambiental. Cuanto mayor sea la humedad en el aire, menor será la evaporación y, por tanto, habrá un menor intercambio de calor y el aire saldrá menos fresco.
En los climas áridos como el del interior de la Península Ibérica, donde la humedad relativa a menudo cae por debajo del 30-40%, el ventilador evaporativo alcanza su mayor eficacia, consiguiendo descensos de temperatura de entre 5 y 10°C. No son los mismos niveles de enfriamiento que se puede conseguir con un aparato de aire acondicionado, pero puede proporcionar cierto alivio.
Incluso en lugares con mayor humedad, como cerca de un río, las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando la humedad relativa suele ser más baja que al mediodía, se puede sacar un mejor rendimiento de estos aparatos.
También pueden funcionar en espacios abiertos, como una terraza o un jardín. Al contrario que el aire acondicionado, no requieren cerrar la habitación y, suponiendo que el ambiente sea seco, un ventilador evaporativo proporcionará un chorro de aire fresco y húmedo que resulta más agradable que el de un simple ventilador (que mueve el aire caliente sin enfriarlo).
Sin embargo, en lugares muy húmedos o costeros, donde la humedad relativa supera constantemente el 60-70%, especialmente en los días más calurosos, el aire ya está saturado de vapor de agua. En estos entornos la evaporación se ralentiza y no hay descenso de temperatura. El resultado no es nada agradable, ya que el ventilador produce aire igual de caliente que el entorno, pero además añade aún más humedad.
Tampoco conviene usarlo en una habitación completamente cerrada, sin ventilación alguna. En este caso la humedad que el ventilador evaporativo añade al aire se acumula rápidamente, y en cuestión de un par de horas dejará de ser efectivo y generará un ambiente bochornoso.
Por último, hay que tener cuidado con rellenar estos aparatos con agua dura, que tiene una gran cantidad de sales disueltas. Estos minerales se depositan rápidamente en la almohadilla evaporativa, obstruyendo sus poros y reduciendo su capacidad para absorber y evaporar agua. También pueden llegar a obstruir la bomba y ensuciar el depósito.
El ventilador evaporativo puede aliviarnos los días más asfixiantes en el clima árido de Madrid, y resultar un aliado en la terraza o el jardín, pero seguramente no funcionará en Barcelona por la elevada humedad. Sabiendo esto, podemos elegir con más conciencia.