La muralla árabe de Granada, expuesta al abandono y el vandalismo: “Corren peligro siete siglos de historia”
El tramo nazarí de la muralla del Albaicín, visible desde la Alhambra y con más de 800 años de historia, vuelve a estar en la Lista Roja del patrimonio. Mientras el deterioro avanza, las administraciones se reparten competencias, los planes se demoran y la ciudadanía sigue desconociendo la relevancia de uno de los elementos más significativos del urbanismo andalusí
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Quien haya mirado alguna vez desde la Alhambra hacia el Albaicín habrá reparado en una línea anaranjada que recorre las laderas, sube hasta San Miguel Alto y se disuelve entre cármenes, zarzas y escombros. Es la muralla árabe de Granada. O más concretamente, el tramo nazarí que cercó el Albaicín a mediados del siglo XIV. Siete siglos de historia convertidos en fondo de postal, mientras el abandono, el vandalismo y la falta de coordinación institucional la devuelven a las páginas más oscuras de la gestión patrimonial. Su estado actual hace que esté en la Lista Roja de patrimonio, el archivo al que van a parar todas las infraestructuras que, pese a su importancia cultural, corren peligro.
La historia tras la historia original de la muralla, que es Bien de Interés Cultural (BIC) -por lo que tiene una protección especial-, encierra un relato de olvido institucional. En 2017, tras varias intervenciones de consolidación, la muralla logró salir precisamente de la Lista Roja de Hispania Nostra, pero en 2024 volvió a entrar. No por el estado estructural de la muralla en sí, según el Ministerio de Cultura, sino por el deterioro de su entorno inmediato: pintadas, piedras saqueadas, tramos ocultos entre maleza, escombros y basura. Un escenario que, pese a los millones invertidos, no ha cambiado apenas en dos décadas y que, según los expertos, hace que corran peligro “siete siglos de historia”.
Para la historiadora del arte Dolores Villalba, la clave de este conjunto está en su singularidad: “Es la única muralla que conserva Granada plenamente del periodo nazarí. Lo demás que tenemos son tramos anteriores. Esta se puede comparar directamente con lo que hoy conservamos en la propia Alhambra y por lo tanto su valor patrimonial es incalculable”. Villalba explica que esta línea de muralla -levantada cuando la ciudad se expandía hacia el Sacromonte y el actual Albaicín alto- no solo tenía una función defensiva, sino también de integración urbana y territorial: “Era una de las principales puertas de entrada a la ciudad desde Guadix y estaba concebida tanto para proteger como para controlar”.
El arqueólogo e historiador José María Martín Civantos añade otra visión sobre la infraestructura: la muralla, apunta, “no solo es una pieza clave del urbanismo medieval granadino, sino que además es visible, continua, y mucho más extensa de lo que parece. Hay tramos que están ocultos en cármenes, bajo vegetación o entre fincas privadas, pero se conserva mucho más de lo que la ciudad es consciente”. En algunos de esos tramos, explica Civantos, aún pueden encontrarse grafitis originales de presos de la batalla de Algeciras, inscripciones y restos defensivos únicos. “Es uno de los conjuntos defensivos mejor conservados de Al-Andalus, pero también uno de los más olvidados”.
El estado de conservación es deficiente en varios puntos
Vandalismo, grafitis y saqueos
Desde hace años, sin embargo, sufre un deterioro constante. Las pintadas cubren buena parte de los muros, las piedras del tapial son arrancadas para reutilizarse, e incluso hay estructuras improvisadas construidas con restos de la muralla. Algunos tramos, como el que baja desde San Ildefonso hacia el Darro, se encuentran en “condiciones penosas”. “La situación es muy preocupante”, resume Civantos. “Porque aunque el final debería ser lógico -un plan director integral, como el que se ha hecho en la Alcazaba Cadima-, lo que estamos viendo es una degradación constante mientras las administraciones no terminan de actuar con contundencia”.
El Ministerio de Cultura reconoce que la muralla es de titularidad estatal, pero señala que el entorno urbano -el que está degradado- es competencia municipal. También defiende su implicación: más de 3,3 millones de euros invertidos desde 2010 en siete intervenciones, la última entre 2023 y 2024. En concreto, el Ejecutivo asegura que ha cumplido con su parte: desde 2010 se han realizado siete intervenciones en distintos tramos de la muralla, con una inversión global que supera los 3,3 millones de euros. En 2023, por ejemplo, se consolidaron los lienzos del Carmen de la Muralla y se restauró el torreón de las Veredillas de San Agustín.
Además, Cultura recuerda también que la muralla salió de la Lista Roja en 2017 gracias a estas actuaciones. Sin embargo, en 2024 ha vuelto a incluirse por la degradación del entorno, que no es de su competencia directa, sino del Ayuntamiento de Granada. Pese a ello, el Ministerio explica a elDiario.es Andalucía que se planea intervenir próximamente en los tramos que aún no han sido restaurados, lo que podría suponer una nueva inversión si se concreta el proyecto. Pero todo dependerá del ritmo burocrático y de si el Ayuntamiento colabora facilitando el acceso, el entorno y la protección frente al vandalismo.
El Ayuntamiento, por su parte, recuerda que fue suya la idea de crear un “parque lineal de la muralla Zirí” desde Puerta Monaita hasta el Arco de las Pesas. El proyecto se planteó a finales de los 90, pero se paralizó en 2006 tras romperse el convenio de financiación con la Junta. Desde entonces, han pasado casi veinte años sin que el parque exista, aunque el Ayuntamiento afirma que el anteproyecto ya está redactado y que se ha licitado un estudio de impacto patrimonial.
La propuesta actual, ganada por una UTE (Unión Temporal de Empresas) en 2024, sigue pendiente del estudio de impacto patrimonial exigido por ICOMOS para actuar en una zona declarada Patrimonio de la Humanidad. Mientras tanto, los vecinos conviven con un terreno degradado, sin vigilancia y sin uso público alguno. Por lo tanto, el parque lineal sigue siendo un proyecto guardado en un cajón.
De este modo, ambas administraciones se lanzan fechas, cifras y competencias mientras la muralla sigue en la misma situación: fragmentada, vulnerada y prácticamente invisible para la mayoría de la población. Tanto es así que pasear junto alguno de sus tramos evidencia que la ciudad vive en parte de espaldas a una muralla que un día fue su bastión defensivo.
“El patrimonio es de todas”
“Yo creo que parte del problema es que la muralla no está dentro del circuito turístico habitual. No genera beneficio inmediato. Y por eso no se le presta atención. Pero eso no debería ser excusa: su valor patrimonial es igual que el de cualquier otro elemento monumental de la ciudad”, explica Dolores Villalba.
Para la especialista, la solución pasa por una estrategia doble: “Hace falta un estudio técnico serio, interdisciplinar, que analice todas las patologías del conjunto, y hace falta también una labor de concienciación ciudadana. Porque el patrimonio es de todas, y muchas veces no lo protegemos simplemente porque no sabemos lo que significa”.
Martín Civantos coincide: “Hay una parte de responsabilidad institucional, claro, pero también una falta de visión. Nos creemos que Granada cuida su historia, pero eso no es del todo cierto. Hacemos bandera de la Alhambra, pero dejamos morir otros elementos igual de valiosos. Si de verdad nos creemos lo que decimos, toca actuar ya. No hay excusas”. El pasado histórico de Granada está en juego para que perdure en el futuro.