Mojitos y ‘caipirinhas’ en alta mar: los ‘bares flotantes’ ilegales se apoderan de las playas de Ibiza

Mojitos y ‘caipirinhas’ en alta mar: los ‘bares flotantes’ ilegales se apoderan de las playas de Ibiza

El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) tiene constancia de la actividad irregular pero aún no ha conseguido actuar en contra del pirata debido a los incesantes avisos en verano y a la necesidad de priorizar otros casos. Los empresarios denuncian competencia desleal

El sector del lujo en Ibiza pincha por los altos precios: “La gente quiere vivir experiencias, pero ya no se pueden pagar”

Un grupo de amigos fondea en Cala Comte (Sant Josep), frente a s’illa d’es Bosc, donde hay ya decenas de embarcaciones cuando echan el ancla esta tarde de agosto. Es una de las playas de visita obligada durante las vacaciones en Eivissa, un lugar que cada verano recibe miles de visitantes por su espectacular paisaje configurado por aguas turquesas, embarcaderos y chiringuitos color terracota. Navegando es incluso mejor, porque el tráfico que se genera para acceder no solo a esta, sino también a las vecinas Cala Bassa y Cala Tarida, pone a prueba la paciencia de cualquiera.

Poco después de fondear, junto a la pequeña barca que han alquilado, pasa una lancha de reducidas dimensiones, con infinitos abalorios y capitaneada por un hombre que les ofrece todo tipo de cocktails: caipirinha, mojito, daiquiri, piña colada… Sueltan una risa de sorpresa y niegan con la cabeza: “No, gracias”. El vendedor ambulante se marcha con una sonrisa, da caña al motor y se acerca otra embarcación que está a pocos metros. Uno de los chicos, residentes todos ellos, le pregunta con incredulidad a su amigo: “¿Esto es legal?”.

Los ‘bares flotantes’ han proliferado esta temporada turística no solo en el litoral ibicenco, sino también en Formentera, y hacen el ‘agosto’, literalmente, con los navegantes que poseen o alquilan barcas de recreo para pasar el día. El fenómeno ha llegado hasta las redes sociales, donde influencers que han visitado las islas este verano se han topado con estos vendedores ilegales y lo han compartido con su comunidad. Uno de ellos, el andaluz Paco Abreu, que acumula más de 250.000 seguidores en Instagram ha subido un vídeo en el que aparece la embarcación pirata, decorada con motivos tropicales y que funciona con dos placas solares que tiene instaladas en la parte superior: “Estamos en medio del Mediterráneo, se me había antojado un chupito y ha pasado esta barca que te vende de todo”.


El vendedor de mojitos y caipirinhas, aproximándose a una lancha en la playa de Cala Comte

Precios en función del tamaño del barco

El instagramer paga 13 euros por un mojito de maracuyá y explica que, en su caso, ese ha sido el precio establecido porque el tamaño de la embarcación en la que navegan no es muy grande. Aunque el propio vendedor les acaba de explicar que si hubieran flotado en un yate de mayor tamaño les habría aumentado el precio.

Un camarero del Sunset Ashram, uno de los beach clubs con vistas privilegiadas a la puesta de sol y abarrotado de turistas, cuenta a elDiario.es que hace una semana una patrulla de la Policía Local de Sant Josep se acercó para preguntarles si le conocían o si tenían algún tipo de información acerca de este vendedor. Le respondieron con una negativa. Lo ven casi a diario pero a través de los 200 metros de distancia de la costa donde se encuentran embarcaciones más y menos grandes, a bordo de las cuales hay turistas que pasan el día fondeados en las playas de esta parte del litoral.


Turistas en la playa de Cala Comte

La camarera del chiringuito de Cala Escondida, otra de las Platja de Comte -y uno de los enclaves nudistas que todavía sobreviven en la isla- también lo observa hacer viajes diariamente, pero apenas les da tiempo a fijarse del trabajo con el ajetreo de clientes. Ante la pregunta de este diario sobre si los propietarios del chiringuito lo consideran competencia desleal, responde que no. “Al final él está en el mar y nosotros en la playa”, valora la trabajadora.

El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) tiene conocimiento de las actividades ilegales del hombre pero no han logrado dar con él durante sus servicios. La idea es llevar a cabo la debida inspección cuando le pillen in fraganti, aunque no hace falta más que aguardar alrededor de una hora en Cala Comte para que el vendedor ambulante aparezca con la distinguida embarcación y empiece su recorrido habitual entre las barcas fondeadas para ofrecer todo tipo de cocktails a los navegantes.


Otra instantánea del vendedor pirata, junto a otra embarcación

Los agentes no logran identificarlo

Desde la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) del cuerpo de seguridad apuntan a que los incesantes avisos en verano y a la necesidad de priorizar otros casos han impedido actuar contra el pirata. Por otro lado, hasta que los agentes no consigan identificarlo, no se puede determinar el número de ilegalidades que está cometiendo. “Pueden ser un sinfín de infracciones”, apunta una representante del instituto armado. De hecho, la velocidad de la embarcación a la hora de navegar por el puerto de Sant Antoni, hacia dónde se dirige en muchas ocasiones, y la poca distancia de seguridad mantenida con el resto de barcas, son dos de los aspectos preocupantes de su actividad. elDiario.es se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Sant Antoni para consultar si tienen constancia de estas actividades en el litoral de su competencia, sin obtener respuesta por su parte antes de la publicación de este reportaje.


Vendedor de mojitos en la playa ibicenca de Cala Comte

El municipio, eso sí, presumía a finales de junio de haber erradicado “prácticamente” la venta ambulante en sus costas a través de la unidad en Playas de la Policía Local, como publicó Diario de Ibiza. El servicio, que lleva cinco años en marcha, pretende reforzar la seguridad y tener un efecto disuasorio sobre este tipo de vendedores con patrullas que circulan en moto de agua por vía marítima y en bicicleta eléctrica por la franja costera de Sant Antoni.

Sant Antoni presumía a finales de junio de haber erradicado “prácticamente” la venta ambulante en sus costas a través de la unidad en Playas de la Policía Local. El servicio pretende reforzar la seguridad y tener un efecto disuasorio

El área de cobertura va desde Pouet (en la bahía de Portmany) hasta la zona de Cala Saladeta, de más difícil acceso, incluyendo los paseos marítimos por donde se abarrotan los turistas. El Consistorio informó que tan solo en las primeras tres semanas de servicio, entre el 2 y el 24 de junio, ya se habían tramitado un total 25 denuncias que terminaron en la incautación de material destinado a la venta ilegal. Por otro lado, el jefe del cuerpo municipal de Policía, Alejandro Ponce, recordó que a pesar de que no tienen competencias directas en el mar, se colabora con otras autoridades cuando la situación lo requiere.

Margen limitado de actuación

La Policía Local de Sant Josep, que tiene competencia sobre Cala Comte, asegura tener “controlada” la figura de este vendedor ambulante de mojitos. Sin embargo, señala que las competencias de los agentes en el ámbito marítimo son limitadas y las actuaciones que llevan a cabo son en coordinación con la Guardia Civil. Sobre todo, porque no existe un operativo permanente, sino que se hacen tan solo intervenciones puntuales cuando se dispone de suficientes efectivos, añaden desde el Ayuntamiento.


El vendedor ambulante de cocktails, en otro instante

Aun así, el balance es contundente: 56 denuncias interpuestas, 134 hallazgos registrados y más de 800 kilos de material retirado, entre los que predominan bolsos de marcas falsas, sombrillas, pareos y prendas de ropa. También se han detectado casos de venta de fruta cortada, bocadillos y bebidas, principalmente agua y refrescos. Además, en algunos arenales de Sant Josep se ha identificado la presencia de mujeres que venden vestidos, la mayoría de origen español o sudamericano. Pero las actuaciones en el ámbito institucional no son suficientes. Hasta ahora no se han presentado denuncias por la venta de cocktails en el mar, pero el Ayuntamiento insiste en que la erradicación de esta práctica pasa por la implicación ciudadana, recordando que “la oferta depende principalmente de la demanda”.

En Santa Eulària, el Grupo de Acción Preventiva (GAP) de la Policía Local ha levantado desde el inicio de la temporada 50 actas de aprehensión, como ha detallado un portavoz del Consistorio a elDiario.es. Los objetos intervenidos incluyen pareos, gafas de sol, bisutería, ropa y alimentos, como frutas y bebidas alcohólicas preparadas. Los productos perecederos son destruidos de inmediato por motivos sanitarios, mientras que el resto se mantiene en custodia hasta su eliminación definitiva, ha detallado un portavoz del equipo de gobierno.


Vendedor ambulante en Eivissa

Los agentes patrullan diariamente las playas más conflictivas en ese sentido: Cala Leña, Cala Llonga, Es Canar, Cala Nova y Es Figueral, donde es frenética la actividad de vendedores ambulantes. El concejal de Seguridad, Juan Carlos Roselló, subraya a elDiario.es que el objetivo es “proteger el bienestar de vecinos y visitantes” y que la venta ilegal supone un riesgo para la salud pública y para la seguridad en los espacios turísticos. Y a pesar de que la presión policial ha reducido la presencia de vendedores ambulantes en comparación con años anteriores, la imagen de mojitos, frutas o bolsos ofrecidos entre toallas sigue sin desaparecer del todo en las playas de la isla.

El concejal de Seguridad, Juan Carlos Roselló, subraya a elDiario.es que el objetivo es “proteger el bienestar de vecinos y visitantes” y que la venta ilegal supone un riesgo para la salud pública y para la seguridad en los espacios turísticos

Refuerzo de la vigilancia marítima

El Govern también ha intensificado este verano el control sobre la actividad náutica en las Pitiusas. Desde junio se han levantado 29 actas; 19 en Eivissa y 10 en Formentera, por irregularidades vinculadas al chárter náutico. Entre las infracciones más habituales detectadas por los inspectores figuran operar con declaraciones responsables caducadas o directamente inexistentes, no incluir el número de registro balear en los contratos o incluso vender billetes en embarcaciones no autorizadas para este fin, han señalado desde la institución balear.


Una gaviota planea sobre los turistas.jpg

El director general de Puertos y Transporte Marítimo, Antoni Mercant, ha asegurado en declaraciones a Radio Ibiza que el objetivo es “disuadir las prácticas irregulares” y proteger tanto la legalidad como el medio marino. Para ello, este año se ha desplegado un dispositivo sin precedentes: además de más personal y recursos técnicos, el operativo incorpora un dron que sobrevuela la costa diez horas al día durante todo agosto, lo que permite detectar irregularidades en tiempo real y actuar con mayor rapidez.

Las inspecciones, que se extenderán a las cuatro islas en colaboración con los ayuntamientos y Consells, incluyen la vigilancia de fondeos, el control de chárteres sin autorización y la recogida de datos para futuras actuaciones. Algunos de los espacios más sensibles son los que abarca el Parque Natural de ses Salines, como por ejemplo, s’Estany des Peix de Formentera. Aun así, por el momento, la venta ilegal de mojitos se sigue produciendo con total impunidad en las playas pitiusas.