El destape

El destape

Las instituciones cuando ellos no gobiernan no sirven y cuando gobiernan los que no sirven son ellos o sus socios y compinches

En lo que va de verano hemos aprendido mucho. Y queda. Sabemos el flanco débil de la arenga aznarina: el que pueda hacer que haga. Aznar ha dejado solo a los suyos mientras disfruta de unas vacaciones infravaloradas, aunque no creo que baratas, y en eso nos hemos dado cuenta de que algunas cosas no es que puedan, es que no saben ni hacerlas. Un poner: gobernar.

Donde gobiernan no están, ni han estado si recordamos otras experiencias pasadas, incluidos los tristes y graves acontecimientos de Valencia. Pero no es solo que no sepan, como han demostrado en Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía y antes Valencia, es que se niegan a hacerlo. Por no querer no quieren ni cumplir la ley, pongamos que la de Montes y, claro, que venga Pedro Sánchez y el comodín del Ejército. No es extraño, no es solo incapacidad e incompetencia, es una suerte de insurrección ideológica: ni montes ni vivienda ni inmigración ni menores, antes ni tabaco, y muy pronto ni financiación ni nada que no sea que se acabe este tormentoso gobierno para ellos y que venga un ejército para todo. Además, no tienen ni paciencia, no dejan ni disfrutar a sus jueces de sus vacaciones.

La derecha lo está diciendo a voces, se está destapando. Después de tanta constitucionalidad de boquilla, va su portavoz ni más ni menos que a Euskadi a decir que venga la recentralización, que las autonomías no sirven, para estupor de las derechas —prometedoras o propias— vascas y catalanas. Las instituciones cuando ellos no gobiernan no sirven y cuando gobiernan los que no sirven son ellos o sus socios y compinches; ni una palabra ni buena ni mala del porqué dieron en Extremadura a Vox las competencias en Gestión Forestal y Mundo Rural.

El nivel no ha superado el «pirómana» de un estival guayabero Bendodo o el hooligan de Tellado, todo un registro de contención teniendo en cuenta que al presidente Sánchez no lo bajan de hijo de puta

Piden más y más recursos al Gobierno central, aunque sea para comedores, bulldozers, mientras ellos disminuyen el gasto, privatizan y predican tanto el negacionismo climático como el negacionismo fiscal. ¿De dónde sacaremos más recursos mientras se bajan los impuestos a los más ricos y se les conceden privilegios y prebendas en las privatizaciones? Piensen también en sanidad pública o la educación y no solo en los fuegos. No es ninguna casualidad que sus socios de extrema derecha guarden silencio y se mantengan escondidos sacudiéndose sus responsabilidades y solo esbocen una criminal propuesta, en este caso inmigratoria, de hundir a cañonazos los barcos que llaman negreros. Otro destape integral del verano.

En su escapada y desnudo integral, el PP ha dado al Senado, cámara territorial, patente de corso para atacar al Gobierno central, pervirtiendo su propio sentido existencial. Le ha salido mal, los comparecientes ministros y ministras han dejado en evidencia la irresponsabilidad, incompetencia en sus competencias y la ineficacia de los gobiernos populares, refugiados en sus mayorías en sus distintas comunidades autónomas. Pero aquí también se ha destapado el PP: ha ignorado el papel constitucional del Senado y de los Parlamentos de las comunidades de allí donde gobiernan.

Por lo demás, a la espera de que se incorporen lo que tienen que hacer y pueden, el nivel no ha superado el “pirómana” de un estival guayabero Bendodo o el hooligan de Tellado, todo un registro de contención teniendo en cuenta que al presidente Sánchez no lo bajan de hijo de puta. Por cierto, cuando el dicho Tellado acusa de militante a la directora de Protección Civil, quizá haya olvidado en dónde militaba su señor Feijóo cuando era director general de Correos.