El Gobierno británico anuncia restricciones para los refugiados tras una nueva ofensiva de la extrema derecha

El Gobierno británico anuncia restricciones para los refugiados tras una nueva ofensiva de la extrema derecha

El Ejecutivo laborista de Keir Starmer limitará la reunificación familiar y el derecho de apelación que se suman al plan para reducir visados de trabajadores y estudiantes

Nigel Farage impone su agenda xenófoba sobre inmigración en el debate público del Reino Unido y presume de ello

El Reino Unido acoge menos refugiados que otros grandes países vecinos y es uno de los europeos que menos recibe en relación con su población. Pero el Gobierno laborista quiere que sean todavía menos en medio de un debate político cada vez más hostil a la llegada de extranjeros en el que crece la extrema derecha.

La ministra del Interior, Yvette Cooper, presentó este lunes un nuevo plan para que las personas que hayan recibido asilo en el Reino Unido tengan más difícil llevar a sus familiares al país, exigiendo más requisitos de dinero y otros criterios extra, como el dominio del inglés antes de llegar. La mayoría de los afectados serán mujeres y niños, ya que el año pasado supusieron el 92% de los solicitantes de estos visados de reunificación familiar, según el Consejo de Refugiados, una organización no gubernamental nacida después de la Segunda Guerra Mundial. Además, el Gobierno británico también quiere hacer más difícil que los solicitantes de asilo puedan apelar en caso de que su demanda sea denegada.

En una declaración ante el Parlamento, la ministra Cooper dijo que el Reino Unido no renunciará a “su larga tradición de acogida”, pero aseguró que “hacen falta reformas fundamentales” del sistema, incluyendo “la interpretación” de la Convención Europea de Derechos Humanos. “La legislación internacional es importante… pero también necesitamos que la interpretación esté actualizada con los retos del mundo de hoy”, dijo la ministra, que puso como ejemplo a Dinamarca y Suiza por cómo limitan la reunificación familiar.

La ministra habló de “fortalecer la seguridad” de la frontera, aumentar las deportaciones y reformar el sistema de asilo para “arreglar el caos heredado” del anterior Gobierno conservador. También asegura que quiere dejar de alojar a los refugiados en hoteles, según empezaron a hacer los ejecutivos conservadores, a menudo en establecimientos en condiciones insalubres.

El anuncio de este lunes se une a las restricciones presentadas en mayo por el primer ministro, Keir Starmer, para los visados de trabajadores y estudiantes. Además de las trabas que ya ha impuesto el Brexit a todos los ciudadanos de la UE, el Gobierno quiere a partir de ahora más restricciones para todos los extranjeros que intenten extender la estancia más allá de los estudios o para vivir con parejas e hijos.

El principal criterio, según una norma impuesta por el Gobierno conservador y que no ha retirado el laborista, es el de los ingresos: los trabajadores y estudiantes más ricos sí pueden vivir con sus parejas en el país. Además, los visados serán más caros para cualquier empresa y los extranjeros tendrán que esperar diez años en lugar de cinco para solicitar la ciudadanía británica.

Los planes del Gobierno todavía están en documentos de trabajo y requieren propuestas legislativas, pero los laboristas tienen una abrumadora mayoría en la Cámara de los Comunes y un mandato asegurado hasta 2029.

La respuesta a Farage

Este último anuncio sobre los refugiados llega menos de una semana después de la promesa de Nigel Farage, el líder del partido de extrema derecha Reform y artífice del Brexit, de deportaciones masivas al estilo de la Administración Trump si llega a gobernar.

En un hangar del aeropuerto municipal de Oxford, Farage presumió de haber impuesto su agenda tanto a los medios de comunicación como a los políticos conservadores y laboristas. Su partido, Reform, va el primero en intención de voto en las encuestas, si bien no hay elecciones generales previstas hasta 2029 y Farage es el líder de partido más impopular. La brecha a favor de Reform se ha agrandado este verano, en medio de protestas minoritarias contra refugiados e incidentes violentos aislados.

Starmer aseguró este lunes que su Gobierno quiere “controlar la frontera”, acelerar la tramitación de las solicitudes de asilo, “vaciar” los hoteles donde se alojan los refugiados y deportar a los que no se les conceda protección. Al ser interrogado en una entrevista en la BBC sobre las ideas de Reform, el primer ministro no cuestionó el asunto de fondo, pero dijo Farage y su partido “se alimentan del resentimiento”. “No quieren que los problemas se resuelvan porque, si se solucionaran, no tendrían ninguna razón de ser”, dijo.

La ministra del Interior también cuestionó la manera de abordar el asunto, pero insistió en el mismo objetivo de reducir la migración: “Estos son retos complejos que requieren soluciones sostenibles y que funcionen, no promesas fantásticas que no se pueden cumplir”, dijo.

Los más críticos en la Cámara de los Comunes con el mensaje de Farage han sido hasta ahora políticos liberaldemócratas y verdes. Las voces más críticas suelen llegar de la Cámara de los Lores, en particular de los líderes religiosos que son miembros. El arzobispo de York y actual líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra, Stephen Cottrell, acusó a Farage de hacer política “aislacionista, cortoplacista y reaccionaria”.

Manifestantes a favor y en contra

El debate se ha vuelto a centrar en las últimas semanas en los refugiados por la batalla del ayuntamiento de una pequeña ciudad de Inglaterra al norte de Londres, Epping, para desalojar a los solicitantes de asilo de un hotel después de que un hombre originario de Eritrea que se alojaba allí fuera acusado de agresión sexual a una menor.

Un tribunal le dio la razón al ayuntamiento en una primera decisión sobre la licencia del hotel, pero el Gobierno ha ganado en la apelación mientras promete que cerrará todos los hoteles dedicados a alojar solicitantes de asilo. El caso de Epping ha suscitado en agosto concentraciones de unos centenares de personas en protestas en esta y otras ciudades con manifestantes a favor y en contra de los refugiados. La mayoría han sido muy pequeñas, aunque ha habido algunos incidentes violentos y arrestos múltiples.


Un grupo de manifestantes protesta contra el alojamiento de refugiados junto a un hotel en Epping, Inglaterra, el 31 de agosto.

Pese a que la migración centra el debate nacional, el Reino Unido recibe menos solicitantes de asilo en comparación con los países de la UE de su tamaño como Francia e incluso con otros de menos población, como es el caso de España o Italia. Así, en 2024, el Reino Unido, con una población de 69 millones, recibió 109.000 solicitudes frente a las 167.000 de España, que tiene 48 millones de habitantes y es ahora el principal destino de los refugiados que llegan a Europa.

Si se consideran las llegadas per cápita, es decir en relación con la población, en 2024, el Reino Unido fue el país número 17 de Europa por número de solicitantes de asilo, según los datos del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford.

En lo que va de año, se estima que llegado en embarcaciones a través del canal de la Mancha unas 28.000 personas. La mayoría vienen de Afganistán, Irán y Eritrea. Según el Ministerio del Interior británico, este mes de agosto ha sido el que ha registrado el número más bajo de embarcaciones con migrantes desde 2019.