
Los precios abusivos dejan a miles de jóvenes sin ayudas al alquiler en Ibiza: «Mis ahorros tampoco llegan para comprar una casa»
El mercado inmobiliario de Balears pulveriza las medidas de apoyo a la emancipación. Mientras el Estado fija que los contratos de arrendamiento no superen los 900 euros en el caso de los pisos, los precios reales dejan sin cobertura a quienes más la necesitan
Más de mil euros por una habitación: el alquiler para trabajadores de temporada alcanza precios abusivos en Ibiza
“Tengo 33 años y sobrepaso el límite de ingresos anuales fijados por el Gobierno para optar a las ayudas del alquiler y casi estoy fuera del rango de edad, pero mis ahorros tampoco llegan para comprar una casa”, lamenta una madrileña afincada en Sant Carles (Eivissa) desde hace un lustro al ser preguntada por elDiario.es. Su testimonio se suma al de numerosos jóvenes que no pueden optar a los subsidios impulsados dentro del plan estatal de vivienda –y gestionados por el Govern balear–, que proporcionan 250 euros mensuales a inquilinos de hasta 35 años. Sin embargo, para acceder a los mismos hay que cumplir una serie de requisitos que excluyen a casi todas las viviendas del archipiélago. El motivo principal: el tope fijado para poder optar a las ayudas pasa por contar con un contrato de arrendamiento que no supere los 900 euros mensuales para los pisos o casas y de 450 euros para las habitaciones, algo que difícilmente sucede en Eivissa.
En la mayor de las Pitiüses, el acceso a la vivienda se ha vuelto inviable en prácticamente todas sus variantes. La compra de una casa es ya un sueño para cualquiera, con Balears como la comunidad autónoma con el metro cuadrado más caro de todo el país: tanto en julio como en agosto, el precio superó los 5.000 euros, según se desprende de varios portales inmobiliarios.
Esta elevadísima cifra se supera con creces en algunos municipios y es muy superior en Eivissa, donde el precio por metro cuadrado no baja a 6.700 euros, mientras que en Formentera esta cifra aumenta hasta los 8.755 euros, de acuerdo a los datos publicados por Idealista.
En la mayor de las Pitiüses, el acceso a la vivienda se ha vuelto inviable en prácticamente todas sus variantes. La compra de una casa es ya un sueño para cualquiera, con Balears como la comunidad autónoma con el metro cuadrado más caro de todo el país: tanto en julio como en agosto, el precio superó los 5.000 euros
La situación se ceba especialmente con los jóvenes: entre quienes tienen entre 25 y 35 años, hallarse en una encrucijada habitacional es habitual: todavía no han tenido el tiempo para ahorrar lo suficiente para comprarse una casa, pero a medida que se independizan y pagan mensualmente un alquiler van perdiendo poder adquisitivo. En el caso de los residentes, la mayoría opta por alargar en la medida de lo posible la emancipación de casa de sus padres, que se retrasa casi a los 30 años. Balears cuenta, además, con un mayor número de personas de entre los 16 y 29 años en situación en riesgo de pobreza (un 15,7%) que emancipados del hogar familiar (15,3%), según los datos recabados por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España.
“Estamos barajando irnos a la Península”
Tomeu Torres, de 25 años, y su pareja, de la misma edad y quien trabaja como enfermera en el área de Salud, llevan un tiempo intentando independizarse pero se les está haciendo “complicado”. “El mercado está mal, hay muy pocas opciones y aunque los dos somos ibicencos estamos barajando ir a la Península para emanciparnos”, cuentan. Durante este este periodo en el que han estado pensando qué hacer, rascando oportunidades de donde apenas las hay, se han visto obligados a continuar viviendo en casa de los padres de cada uno, en Sant Antoni, y allí siguen a día de hoy.
Tomeu Torres, de 25 años, y su pareja, de la misma edad y quien trabaja como enfermera en el área de Salud, llevan un tiempo intentando independizarse pero se les está haciendo “complicado”. “El mercado está mal, hay muy pocas opciones y aunque los dos somos ibicencos estamos barajando ir a la Península para emanciparnos”, cuentan
El alquiler, que durante años ha servido a las familias de menor poder adquisitivo como recurso habitacional alternativo a la compra, ya no es una opción rentable ni tan solo para los núcleos familiares de clase media, teniendo en cuenta que la mayoría de las veces supone un esfuerzo financiero incluso mayor que una hipoteca. De hecho, actualmente casi tres de cada cuatro (73%) ciudadanos de las islas cree que el precio actual del alquiler hace que compense más pagar una hipoteca que buscar un inmueble como inquilinos, según el portal inmobiliario Fotocasa.
Sin embargo, para optar a una hipoteca es necesario adelantar una abultada cantidad que no todos los ciudadanos han podido generar a lo largo de los años. Los jóvenes, con una trayectoria laboral más breve, lo tienen aún peor. Y ello a pesar de que, en Balears, el 80,2% de quienes tienen entre 25 y 29 años tiene un empleo o lo tenía durante el primer semestre de 2024, de acuerdo a los datos del Observatorio de Emancipación Juvenil recogidos por el Consell de la Joventut de Balears (CJIB) correspondientes al primer semestre de 2024.
Alquileres más asequibles, pero sin contrato
Otros jóvenes que en su momento se mudaron a la isla por circunstancias laborales o personales no cuentan siquiera con esa opción, como le sucede a la madrileña residente en Sant Carles, quien se trasladó a Eivissa durante la época de la pandemia, cuando su empresa implantó el teletrabajo y terminó quedándose. No ha podido optar a las ayudas, pero en su momento lo miró al dedillo para insistirle al dueño que le hiciera contrato. “Estamos pagando –mi pareja y yo– 700 euros mensuales, agua y luz a parte”, expresa la joven, que también lamenta que el ahorro fiscal del propietario con Hacienda lo termine pagando ella en su Declaración de la Renta al no poder deducirse el gasto.
Una joven residente en Eivissa relata que no ha podido optar a las ayudas, pero en su momento lo miró al dedillo para insistirle al dueño que le hiciera contrato. “Estamos pagando -mi pareja y yo- 700 euros mensuales, agua y luz a parte”, expresa, lamentando que el ahorro fiscal del propietario con Hacienda lo termine pagando ella en su Declaración de la Renta al no poder deducirse el gasto
No es la única. La mayoría de los arrendatarios con un alquiler más o menos asequible en la isla carecen de un acuerdo por escrito con el arrendador, que normalmente ofrece tan solo esta opción para poder beneficiarse fiscalmente del trato. Otra joven, originaria de Mérida y quien vive ahora en un piso compartido en el barrio de Cas Serres, a las afueras de Vila, cuenta que al principio “tampoco tenía contrato”. Cuando por fin se mudó donde vive ahora, donde paga 700 euros por la habitación (gastos incluidos), cumplía los requisitos para acceder a las ayudas, pero el importe del alquiler era muy superior a los 450 euros máximos que marca la convocatoria.
En cuanto al resto de condiciones, las “cumplía todas”, remarca: ser menor de 35 años, ser residente en la isla con nacionalidad española, no poseer ninguna vivienda y tener una renta anual tres veces inferior al IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples). Por otro lado, la emeritense, de 26 años, explica que ahora que ya tiene contrato puede, eso sí, deducirse el alquiler de la Renta. Siempre con el importe máximo de 650 euros al ser una persona menor de 30 años y no superar el porcentaje de ganancias anuales establecido como límite. “Una ínfima parte teniendo en cuenta que al año he pagado 9.000 euros en total de alquiler”, objeta.
Otra joven, originaria de Mérida y quien vive ahora en un piso compartido, cuenta que cuando por fin se mudó adonde vive ahora, donde paga 700 euros por la habitación (gastos incluidos), cumplía los requisitos para acceder a las ayudas, pero el importe del alquiler era muy superior a los 450 euros máximos que marca la convocatoria
Ninguna oferta para todo el año
Es tan solo un ejemplo de que los límites de coste mensual de renta fijados por el Estado para las ayudas, por lo menos en la comunidad balear, quedan muy por debajo de los precios reales de las islas. Como muestran los principales portales inmobiliarios, en Eivissa y Formentera no hay, directamente, ofertas por esas cifras. Por otro lado, en las plataformas de alquiler la mayoría de los anuncios son temporales (disponibilidad entre octubre y mayo), lo que deja a muchos residentes y trabajadores sin opciones habitacionales a larga estancia.
Con una búsqueda rápida por las inmobiliarias más populares para buscar piso –Idealista y Fotocasa– se puede ver enseguida el desalentador panorama. Estableciendo los filtros para que la oferta de vivienda se adapte a los requisitos del Estado para las ayudas tan solo aparece un piso por 800 euros en Cala de Bou (Sant Josep). Un alojamiento que a priori se arrienda durante todo el año aunque más adelante, en la descripción completa del inmueble, el usuario comprueba que no es así: “No se alquila anual, solo invierno”, aclara el propietario. Pero para estancias cortas tampoco hay mucho donde elegir: las ofertas aumentan entonces a tres –escasas– opciones que rondan los 700 euros.
Con una búsqueda rápida por las inmobiliarias más populares para buscar piso -Idealista y Fotocasa- se puede ver enseguida el desalentador panorama. Estableciendo los filtros para que la oferta de vivienda se adapte a los requisitos del Estado para las ayudas tan solo aparece un piso por 800 euros. Sin embargo, el anuncio aclara: “No se alquila anual, solo invierno”
Para encontrar una habitación que cueste menos de 450 euros mensuales hay que rezarle un poco más a la suerte, porque lo que aparece tras hacer una búsqueda es la siguiente frase: “Hemos mirado por todas partes, pero no hemos encontrado lo que buscas”. Desde la Conselleria d’Habitatge, Territori i Mobilitat han explicado a elDiario.es que ya se ha pedido al Ministerio de Vivienda que aumente el límite de los alquileres de cara al nuevo Plan Estatal para que los ciudadanos de Balears puedan acogerse a las ayudas, que el Govern se encarga de convocar y tramitar.
La desesperante situación provoca que trabajadores con contrato laboral de todo el año se encuentren directamente sin alternativas u obligados a pagar precios abusivos por un bien de primera necesidad como es la vivienda: “En mi opinión, las subvenciones son un modo de callar bocas, pero no una solución real al problema de los alquileres en Eivissa”, expresa la extremeña.