La número dos de Starmer dimite por haber pagado menos impuestos de los que debía

La número dos de Starmer dimite por haber pagado menos impuestos de los que debía

La vice primera ministra Angela Rayner, figura de referencia de la izquierda en el Gobierno laborista, asegura que cometió un error involuntario en la compra de un piso el pasado mayo. El consejero de ética dice que no cumplió «con los estándares más altos» de su cargo, aunque actuara «de buena fe»

La política clave y adalid de la izquierda del Gobierno de Starmer, en la cuerda floja por haber pagado menos impuestos

La vice primera ministra británica, Angela Rayner, ha dimitido este viernes después de reconocer que no pagó suficientes impuestos en la compra de un piso en lo que ella atribuye a un error involuntario. El anuncio ha llegado unos minutos después de que el primer ministro británico, Keir Starmer, recibiera el informe del consejero independiente sobre los estándares éticos del Gobierno en el que concluye que violó el código ético del Gobierno.

Rayner no cumplió “con los estándares más altos posibles de conducta apropiada” que se esperan de su cargo público, aunque actuara “con integridad”, dice la carta de Laurie Magnus, el consejero de estándares, dirigida a Starmer. “Ella pensó que estaba siguiendo el asesoramiento legal que había recibido, pero desgraciadamente no atendió a la advertencia de que no se trataba de un asesoramiento fiscal especializado y que sugería buscar asesoría experta”, escribe Magnus. “Soy consciente de los grandes desafíos que afrontan los ministros, tal vez únicos, al intentar gestionar las exigencias de su vida personal y sus responsabilidades públicas. Sin embargo, la responsabilidad de cualquier contribuyente en cuanto a la presentación de sus declaraciones fiscales y el cumplimiento de sus obligaciones recae, en última instancia, en ellos mismos”.

“Asumo toda la responsabilidad de este error. Quiero aprovechar esta oportunidad para repetir que nunca tuve otra intención que pagar la cantidad correcta”, escribe Rayner en su carta de dimisión, en la que acepta las conclusiones del informe. La hasta ahora vice primera ministra dice que ha sido “el honor de su vida” servir en el más alto nivel del Gobierno y cita sus orígenes como madre adolescente -tuvo un hijo a los 16 años- que creció en una vivienda de protección oficial a las afueras de Manchester.

La número dos de Starmer en el Gobierno y en el Partido Laborista y ministra de Vivienda ha sido en este último año una de las figuras más populares dentro del partido y referente constante del ala izquierda por sus raíces y su defensa de las políticas más sociales y más favorables a subir impuestos a los más ricos. Esta crisis llega en un momento difícil para el Gobierno laborista, muy impopular en las encuestas 14 meses después de ganar las elecciones y mientras sube la extrema derecha de Nigel Farage, en parte también por el hundimiento del Partido Conservador.

Starmer tendrá que nombrar ahora una sustituta en el Gobierno y se espera que haga más cambios en su gabinete. El Partido Laborista tendrá que hacer su propio proceso interno para sustituirla como número dos porque Rayner también ha dimitido del liderazgo de su grupo político.


El primer ministro británico, Keir Starmer, de pie junto a la vice primera ministra, Angela Rayner, en la reunión de su Gobierno este martes, en Londres.

Situación familiar “complicada”

En medio de una situación familiar “complicada”, según su descripción, por un divorcio y la tutela de un hijo con discapacidad, Rayner reconoció esta semana que pagó menos de lo que debía a Hacienda al comprar una vivienda en Hove, en el sur de Inglaterra, en mayo, pero asegura que fue de manera involuntaria por un error después de consultar con varios abogados y que sólo lo ha descubierto ahora.

La política pagó el impuesto de transmisión patrimonial estándar para un piso en Hove, pero, según la asesoría legal ahora, debería haber pagado un plus como si fuera una segunda vivienda. Rayner había vendido su parte en la casa en Ashton, a las afueras de Manchester, que compartía con su exmarido y sus hijos después de pasarle la propiedad a un fondo a nombre de un hijo de 17 años con discapacidad. Según ha explicado ahora Rayner, ella y su exmarido decidieron, en un proceso gestionado por un juez, que la propiedad pasara a su hijo para garantizar estabilidad a largo plazo del chico, que nació prematuramente y sufre ceguera y otras discapacidades. Ambos viven parte del tiempo en esa casa para atender a su hijo. La existencia del fondo y el hecho de que siga teniendo su residencia censal en Ashton complican el estatus fiscal de Rayner y, según otros expertos en fiscalidad, tenía que haber pagado más.

En una entrevista con Sky News, Rayner aseguró que nunca intentó pagar menos de lo que debía y que no había comentado los detalles en público para evitar hablar de su hijo y su familia. Además, tuvo que pedir autorización judicial antes de poder dar detalles del asunto en público. 

Ella misma informó esta semana de su caso al consejero para estándares ministeriales, una figura independiente que en el Reino Unido vela por el respeto del código ético del Gobierno. El cargo lo ocupa ahora Laurie Magnus, un empresario y barón nombrado por el primer ministro conservador Rishi Sunak en 2022 y que tiene un mandato de cinco años no renovable. En 2023, Sunak despidió al jefe de su partido después de un informe negativo de Magnus sobre su falta de transparencia al ser investigado por Hacienda.

Otros casos

En enero de este año, una secretaria de Estado del Tesoro del Gobierno Starmer dimitió después de un informe de Magnus que la amonestaba por ser poco transparente sobre la relación con su tía, la ex primera ministra de Bangladés, acusada de corrupción. El informe decía que no había suficiente información para decidir si había violado el código ético, pero dimitió justo después de la publicación.

Entre los comportamientos considerados poco éticos y que han llevado a dimisiones está presentar cifras de manera poco transparente en el Parlamento o tener citas con representantes de otros gobiernos sin informar al primer ministro.

Los políticos pueden seguir siendo amonestados por no respetar las reglas éticas incluso después de dejar el puesto, como le pasó en 2023 a Boris Johnson, cuando aceptó un trabajo como columnista del Daily Mail casi un año después de dimitir como primer ministro. Johnson hizo cambios en el código ministerial en medio de la polémica por las fiestas en Downing Street durante la pandemia, pero su partido y sus ministros forzaron su dimisión.