Vox y el PP acaban con más de una década de mediación intercultural en las aulas de Murcia: «Era una labor muy valiosa»

Vox y el PP acaban con más de una década de mediación intercultural en las aulas de Murcia: «Era una labor muy valiosa»

A punto de comenzar el curso escolar, las presiones de Vox para suprimir el Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí en los centros educativos de la Región han surtido efecto. El Gobierno regional mantiene una estudiada ambigüedad a la hora de reconocerlo

El PP suprime en la Región de Murcia la asignatura de cultura árabe en los colegios como pidió Vox

Los colegios públicos de la Región de Murcia son un vivo reflejo del mestizaje que impera en esta comunidad autónoma, donde un 15,4% de su población es de origen extranjero, mayoritariamente magrebí. De hecho, el 10% de los marroquíes afincados en España vive y trabaja en esta comunidad autónoma, lo que la convierte en una de las regiones con mayor presencia de nacionales del país alauí, solo por detrás de Catalunya y Andalucía.

Por eso, desde hace más de una década, en los centros educativos murcianos se ha venido desarrollando con total normalidad un proyecto discreto pero fundamental: el Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (LACM). Para el alumnado participante y sus familias, un puente hacia sus raíces; para los docentes, una herramienta de mediación; para la administración, una fórmula de cooperación internacional con décadas de respaldo. Y, sin embargo, todo apunta a la supresión de estas clases voluntarias que se ofrecen en un horario extraescolar.

A pesar de que el Gobierno regional niega que se haya realizado “ninguna comunicación a los centros educativos” sobre la suspensión de este programa, tanto miembros de la comunidad educativa -tal y como adelantó La Opinión- como el consulado de Marruecos en Murcia, según informaciones de Onda Regional, han señalado lo contrario.

En el sitio web de Educación Inclusiva de la Consejería de Educación, el Programa de Lengua Árabe ha desaparecido de la lista de iniciativas en activo de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM). Tampoco aparece el formulario de solicitud para adherirse al Programa en la sede electrónica de la CARM, ni es posible acceder a las Instrucciones de Funcionamiento que la Consejería tenía colgadas en su página web, en la lista de la Guía de Procedimientos y Servicios.

Un programa nacido de la cooperación internacional

El origen del LACM no está en Murcia, sino en Madrid y Rabat. En 1980, los Gobiernos de España y Marruecos firmaron un Convenio de Cooperación Cultural, Científica y Técnica que entró en vigor en 1985. Su objetivo era garantizar que los hijos de trabajadores migrantes pudieran aprender árabe y conocer la cultura de su país de origen sin mermar su vínculo con el sistema educativo español. O, dicho de otro modo, garantizar que los menores pudieran integrarse en el país de acogida de sus progenitores sin renunciar a su identidad de origen.


Alumnado de la Región de Murcia en uno de sus colegios públicos.

Durante años, este fue un acuerdo dormido, hasta que en 2012 se le dio una forma concreta: la de un programa impartido por profesores marroquíes en colegios españoles, financiado por el Reino de Marruecos –que es el que les contrata– y autorizado por el Ministerio de Educación español. Desde entonces, el LACM se ha desplegado en varias comunidades autónomas, entre ellas Murcia, sin una sola incidencia.

Cuestión de necesidad en la Región de Murcia

En algunos colegios de la Región de Murcia, los niños y niñas de origen marroquí representan más de un tercio del alumnado. Para estos centros, el programa no es solo una clase extraescolar: también se ha convertido en un salvavidas para mejorar la comunicación con familias que apenas hablan castellano.


Alumnado de la Región de Murcia en uno de sus colegios públicos.

Los docentes marroquíes hacen de mediadores, traductores y orientadores. “La labor que realizan es muy valiosa. No se trata solo de enseñar árabe, sino de tender puentes”, resume Mari Fe López, directora del Colegio Santa Rosa de Lima, en El Palmar, una pedanía murciana. Allí, los viernes por la tarde, los alumnos de 5º y 6º de Primaria han estado llenando las aulas para aprender la lengua de sus padres. “Son chavales de segunda o tercera generación que han nacido aquí, así que lo ven como una oportunidad para profundizar en sus raíces, aunque también tenemos alumnos españoles curiosos por la cultura árabe”, añade López.

La política ultraderechista irrumpe en las aulas

Lo que parecía una actividad útil, pacífica y discreta se ha convertido en moneda de cambio político tras las últimas negociaciones presupuestarias en la Región de Murcia. Vox, socio indispensable para que el PP sacara adelante las cuentas autonómicas, exigió a cambio la eliminación del programa. Así, un recurso educativo ha pasado a convertirse en una bandera ideológica.

El partido que lidera José Ángel Antelo en la Región de Murcia llevaba tiempo denunciando que estas clases eran una forma de “adoctrinamiento” y una amenaza a la identidad española. Y el Ejecutivo de Fernando López Miras (PP), con mayoría insuficiente, cedió en las conversaciones para garantizar el respaldo parlamentario a sus cuentas.

La polémica se recrudeció el pasado mes de mayo, cuando Antelo acusó públicamente al Colegio Nuestra Señora del Carmen, en la localidad de Lo Pagán, de celebrar “el día de la Marcha Verde”, la invasión civil y militar marroquí de 1975 sobre el Sáhara Occidental.

El claustro de 41 profesores respondió de inmediato con un comunicado en el que tachaba de “falsas” las acusaciones del portavoz de Vox, al que reprocharon que pusiera en duda su labor, y a quien exigieron “respeto” hacia su tarea y “una rectificación inmediata”.


El colegio público Ntra. Sra. del Carmen, en la pedanía de Lo Pagán.

Resultó, que el origen del señalamiento de Antelo estaba en un documento accesible en la web del colegio. Concretamente, el plan anual del LACM, que menciona en un epígrafe la ‘Fiesta de la Marcha Verde’. Es decir, se trata de una referencia histórica y cultural dentro del programa, no de una conmemoración. De hecho, en el colegio nunca se ha celebrado nada relacionado con la Marcha Verde. “Es, simplemente, un contenido histórico”, alegaron los maestros.

Pero, aunque la denuncia resultó ser infundada, sirvió como chispa para avivar un conflicto político que hoy amenaza con borrar del mapa un programa con más de cuarenta años de respaldo institucional y más de una década de implementación en la Región.

Ambigüedad del Gobierno regional

A pocos días del comienzo del curso escolar, los colegios donde se desarrolla el LACM se esfuerzan en explicar la naturaleza del programa y valorar su importancia.

Algunos centros han confirmado, ya que sus mediadores les han trasladado la suspensión del programa tras un encuentro mantenido en la Consejería murciana de Educación. Por el contrario, la propia Consejería asegura que no ha convocado ninguna reunión ni ha comunicado cambios. “No hay novedades sobre el programa”, insisten fuentes oficiales.

Las recientes declaraciones del consejero murciano de Presidencia y portavoz dejan entrever otra cosa: “Cumpliremos con el acuerdo de presupuestos dentro de nuestras competencias y del marco legal”. Una frase que, leída entre líneas, suena a confirmación de que el programa desaparecerá.


Alumnado de la Región de Murcia en uno de sus colegios públicos.

La paradoja es que la decisión final, de gran calado social, sigue envuelta en la opacidad institucional porque el Gobierno regional evita confirmar la suspensión –o la continuidad– de manera oficial mientras juega al despiste.

Y es que, el Ejecutivo autonómico ha defendido hasta ahora que el LACM depende del Ministerio de Educación, aunque la realidad es otra distinta. Las comunidades autónomas tienen la competencia sobre la gestión del proyecto, lo que incluye la capacidad de decisión sobre si ejecutarlo o no. Así lo demostró la Comunidad de Madrid el pasado julio, cuando notificó oficialmente al Ministerio la suspensión del programa para el curso 2025-2026. En la sede ministerial, de momento, no se ha recibido comunicación alguna al respecto por parte del Gobierno de la Región de Murcia.

La voz de los colegios

En el colegio Urci, en Águilas, la noticia de la supresión del LACM ha caído como un jarro de agua fría. En este centro, 46 alumnos y alumnas marroquíes participan en el programa, cuyos beneficios se extienden más allá de las aulas.

Su directora, Jessica Pérez, defiende su valor: “El profesor no solo da clase, también media entre progenitores y docentes, lo que resulta fundamental en el caso del alumnado con dificultades o necesidades educativas especiales. Además, al sentirse acogidos por alguien de su propia cultura, se fomenta la participación de los padres y madres marroquíes en la educación de sus hijos e hijas”.


Alumnado de la Región de Murcia en uno de sus colegios públicos.

Pérez explica que el centro solicitó el programa tras comprobar los buenos resultados en otras escuelas, por lo que ahora teme perder un recurso que considera “clave” para normalizar la convivencia.

En Lo Pagán, epicentro de la polémica, el director, Juan Francisco Martínez, se muestra más cauto e insiste en mantenerse al margen de la batalla política. “El programa siempre ha funcionado bien y tenemos muchos alumnos marroquíes. Pero acataremos lo que nos diga la Consejería. Bastante tenemos ya con arrancar el curso”, ha asegurado.

El impacto social de la decisión

La eliminación del LACM en Murcia no es un simple ajuste burocrático, sino una medida que afectará a cientos de alumnos y a sus familias, que ven en estas clases un lazo con sus raíces, así como a los colegios que encuentran en los mediadores una ayuda imprescindible.

Mientras sus detractores lo presentan como un privilegio innecesario y una amenaza para la cultura patria, los defensores del programa insisten en que se trata de una herramienta de integración y convivencia.