Damasquinado, la artesanía milenaria que desaparece en Toledo: «Lo dejan morir desde dentro»

Damasquinado, la artesanía milenaria que desaparece en Toledo: «Lo dejan morir desde dentro»

La Fundación Damasquinado de Toledo, una iniciativa privada sin ánimo de lucro, lleva años pidiendo la declaración de este tipo de arte como Bien de Interés Cultural. El compromiso verbal llegó el pasado mes de febrero pero no hay avances

Hemeroteca – El damasquinado toledano inicia su camino para ser declarado Bien de Interés Cultural, máximo nivel de protección

El damasquinado artesanal toledano está en vías de extinción. En las calles del Casco Histórico de la capital de Castilla-La Mancha abundan los escaparates diseñados para atraer las miradas del visitante y el característico y brillante dorado de llamativas y bellas piezas, no siempre es lo que parece.

La industrialización se ha abierto paso para colmar la demanda de un turismo creciente en Toledo y el espacio para lo artesano es cada vez más pequeño. Durante todo el verano una exposición en la céntrica Mezquita de Tornerías ‘El fascinante arte del damasquinado: entre Éibar y Toledo’ ha servido para mostrar y reivindicar una técnica artesana milenaria.

Nunca antes se había realizado una muestra conjunta de piezas de las dos ciudades conocidas por ser el máximo exponente de este tipo de arte en nuestro país que tiene origen en Damasco, la capital siria, aunque también se encuentra en piezas del arte egipcio o micénico. Una vez concluida la exposición, todas estas joyas artesanas regresan a manos de sus propietarios. En la ciudad del damasquinado no hay ningún museo dedicado a sus maestros artesanos.

Ellos (y ellas) decoran el metal en una labor paciente y minuciosa, incrustando finos hilos y láminas de oro o plata, con cincel, martillo y otras herramientas. Un delicioso trabajo que se está perdiendo. La tecnología avanza.

En enero de este año 2025 el Gobierno de Castilla-La Mancha inició el expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Bien Inmaterial, del damasquinado de Toledo. Quieren “adoptar las medidas oportunas para promover, difundir y salvaguardar una industria artesanal muy identitaria de la capital regional”, pero desde entonces no hay noticias.


Una de las piezas de la exposición ‘El fascinante arte del damasquinado: entre Éibar y Toledo’ que acoge la Mezquita de Tornerías, en la Plaza de Solarejo de Toledo

La reivindicación tiene ya largo recorrido. La Fundación Damasquinado de Toledo lleva años reclamando su protección y también subvenciones para que los pocos maestros que quedan puedan formar especialistas artesanos.

El historiador y articulista de elDiario.es Castilla-La Mancha Francisco García Martín, Epicaris, tristemente fallecido el pasado mes de agosto, recordaba en febrero de 2024 la necesidad de tomar medidas para lograr la pervivencia de un arte “tan toledano como el mazapán, la liturgia mozárabe o la fiesta del Corpus”. Ya alertaba entonces de que los artesanos se cuentan hoy “con los dedos de las manos” y no hay aprendices.

Marcos Esteban tiene 26 años y es el damasquinador más joven de la ciudad. “Soy la cuarta generación de mi familia y desde pequeñito siempre me ha interesado. Mi padre lleva trabajando en su tienda -ubicada entre callejuelas cerca de la plaza de Zocodover- 25 años y junto a mi madre, han sido mis referentes”.

El joven, con un estilo renacentista en sus piezas, empezó en la profesión con tan solo 17 años y en estos años ha sentido el “poco” valor que se da al damasquinado artesanal.


El damasquinador más joven de Toledo, con 26 años, Marcos Esteban, trabaja en el taller en septiembre de 2025

Este detalle también lo aprecia Raquel de la Torre, una de las mujeres damasquinadoras que destaca en la ciudad. “Noto que este oficio se extingue cada día. Pero lo más duro es ver cómo lo dejan morir desde dentro”. Aprendió el oficio de la mano de su padre hace casi diez años y hoy ya cuenta con reconocimientos que realzan su arte.

El pasado julio se vivió una polémica cuando la marca italiana, Max Mara, presentó en el Parador de Turismo de Toledo de la mano de la Junta de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de la ciudad el bolso ‘Pasticcino’. El objeto, que presentaba un cierre en forma de dos bolas metálicas se catalogó como si fuese artesano pero lo cierto es que, se trataba de un trabajo “de fabricación industrial”.

“Aquello fue horrible, todos nos desplomamos por dentro. Fue una indignación global la que generó aquel acto”, revive Raquel de la Torre.


Trabajo con hilo de la damasquinadora toledana Raquel de la Torre

“Me pareció lamentable”, continua Marcos Esteban. “Lo único que se consiguió, en vez de apoyar al artesano, fue hundirle un poco más. No sé si por falta de información o por qué, pero es un poco patético salir diciendo que se apoya la artesanía cuando está hecho a máquina. Este tipo de actos no nos representa”, sentencia el joven.

La Fundación Damasquinado de Toledo aduce que no se trata de ir contra nadie, que el damasquinado artesano y el industrial pueden ir de la mano para promocionar y conservar el legado del oficio, pero dejando claras las diferencias. “Hay mercado para todos”, sostiene esta entidad.

¿Por qué no pensar incluso en la declaración por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad?, ha señalado en varias ocasiones el vicepresidente de la Fundación Damasquinado de Toledo, hijo del prestigioso artesano ya fallecido Luis Vicente Peñalver, con quien charlamos durante una visita a la exposición en Tornerías.

“Se dice incluso que a los toledanos se nos llama ‘bolos’ precisamente por los bolos de acero que se suministraba a la ciudad desde Mondragón y que se usaban para la fabricación de espadas”, cuenta el Luis Peñalver, comisario de esta exposición, entre decenas de anécdotas de las piezas expuestas, como las armas de fuego o las espadas primorosamente decoradas.

Creo que a mis clientes de China, que conocen perfectamente la diferencia, no les gustaría recibir en su país una campaña promocional engañosa bajo ningún concepto

Raquel de la Torre
Damasquinadora toledana

El alcalde de Toledo Carlos Velázquez acaba de viajar a China con la intención de “atraer turismo de calidad”  y “consolidar la imagen de Toledo, destacando su artesanía, el damasquinado y la espadería”, según él mismo declaró.

Los artesanos del damasquinado opinan sobre la iniciativa. Para Raquel de la Torre puede ser positivo si de lo que se trata es de promover “la producción artesanal” y no un producto manufacturado. “Creo que a mis clientes de China, que conocen perfectamente la diferencia, no les gustaría recibir en su país una campaña promocional engañosa bajo ningún concepto”, añade la damasquinadora.

“Antes de destacar el damasquinado fuera, debería de informarse un poco más sobre la materia”, reivindica Esteban Marcos. “El damasquinado es una artesanía que significa un trabajo realizado de forma manual por una persona sin el auxilio de maquinaria o automatizaciones”.


Juan Ballesteros, artesano del damasquinado, en su establecimiento de la plaza de Zocodover hacia 1907

La Fundación Damasquinado de Toledo, una entidad privada y sin ánimo de lucro, reclama la creación de un centro de aprendizaje, quizá en la Escuela de Artes de Toledo, quizá en un taller municipal o por qué no, ahora que tanto se está apostando por la formación profesional por un ciclo reglado de grado medio en el sistema educativo de Castilla-La Mancha. “Si no, va a desaparecer”, alertan desde la entidad.