La sequía arrasa Ibiza tras décadas de advertencias y ninguna solución: «Hay que empezar a tomar medidas ya»

La sequía arrasa Ibiza tras décadas de advertencias y ninguna solución: «Hay que empezar a tomar medidas ya»

La isla entra en alerta oficial por falta de agua, pero las piscinas siguen creciendo y las villas de lujo beben de los pozos que el campo ya no puede sostener. Mientras los acuíferos caen en picado y los agricultores pierden sus cultivos, el Govern balear ha establecido un plazo de dos meses para implementar las medidas necesarias

El hotel de las suites a 3.000 dólares la noche y 15 piscinas que robaba agua potable mientras Menorca se seca

Después de 32 meses en prealerta, Eivissa ha entrado oficialmente en alerta por sequía. Sin embargo, nada se mueve. Mientras los acuíferos caen en picado y los agricultores pierden sus cultivos, el Govern balear ha establecido un plazo de dos meses para implementar las medidas necesarias. Ecologistas y entidades sociales denuncian que las políticas urbanísticas y la falta de control han llevado a la isla a una situación límite.

“Eivissa ha entrado en agosto en alerta por sequía, pero la declaración es insuficiente después de más de dos años en prealerta”, recrimina Juan Calvo, director de la Alianza por el Agua, formada por colectivos sociales, empresariales y ecologistas de Eivissa. Consideramos que debe revisarse el Decreto de Sequía balear, que es el que establece lo que hay que hacer en estos escenarios. Si la situación en prealerta era muy mala, ahora es muy crítica“, añade.

Si en junio las reservas hídricas de la mayor de las Pitiüses estaban en un 34% -nivel de prealerta-, en el mes de agosto bajaban al 27%, como era de prever por la escasa, casi nula, presencia de las precipitaciones. Eivissa ha registrado este mes de agosto 1,1 litros por metro cuadrado. En los mismos niveles de sequía están las zonas de es Pla y Artà en Mallorca. En Formentera solo se han registrado 1,6 l/m cuadrado, cifra algo mejor pero también muy preocupante. En el resto del archipiélago los datos tampoco son muy halagüeños, con 13,5 l/m cuadrado, según los datos del Instituto Nacional de Meteorología.

Si en junio las reservas hídricas de la mayor de las Pitiüses estaban en un 34% -nivel de prealerta-, en el mes de agosto bajaban al 27%, como era de prever por la escasa, casi nula, presencia de las precipitaciones


En el macizo de Serra Grossa (Eivissa) se encuentra el acuífero más sobreexplotado de Balears.

Las medidas que se han tomado y que son las que refleja el Decreto y el Plan Especial de Actuación en Situaciones de Alerta y Eventual Sequía de las Islas no han tenido efecto. “Llevamos todo este tiempo (en alusión a los años de prealerta) aplicando medidas de concienciación y prevención que son necesarias, pero no suficientes”. Para la Alianza por el Agua, el caballo de batalla es la reducción del consumo de agua en suelo rústico, que se hace imposible, según la entidad, por la falta de capacidad de control por parte de los organismos competentes (en este caso ayuntamientos y Govern), y por la aprobación de leyes en materia urbanística que intensifican la dependencia de estos acuíferos.

Calvo se refiere, en concreto, a la ley de liberalización del suelo aprobada el pasado mes de julio en Balears, que da vía libre a la recalificación de terrenos rústicos para la construcción de vivienda y al incremento de las superficies edificables en municipios de más de 10.000 habitantes. La normativa ha sido calificada por las entidades sociales, ecologistas y los partidos de izquierdas como “el mayor pelotazo urbanístico de los últimos 50 años”, tal como publicó elDiario.es. “La cuestión es que desde el Govern se expresa la voluntad de hacer políticas sostenibles, pero luego se legisla en contra de las mismas”, apunta Calvo.

Desaparición de cultivos y cambio del paisaje de la isla

En este contexto, la Alianza ve fundamental el refuerzo de las medidas de control. La falta de las mismas está cambiando incluso la fisonomía de la isla, que pierde cultivos y árboles aceleradamente debido a la falta de agua y a la subida de las temperaturas. “Es el punto de partida. Si no, cualquier otra solución será inútil”, incide Calvo. Mientras las villas de lujo y los hoteles consumen al día toneladas de agua, los agricultores no pueden sembrar cereal para los animales porque no crece. Este es el tercer año que no podrán alimentar al ganado que todavía queda en la isla, porque el coste de la importación de estos productos desde la península supera el rendimiento de sus pequeñas explotaciones. De las 195 toneladas que los socios de la Cooperativa de Sant Antoni produjeron en 2021, en 2022 se pasó a cero, de acuerdo a los datos de la entidad.

Mientras las villas de lujo y los hoteles consumen al día toneladas de agua, los agricultores no pueden sembrar cereal para los animales porque no crece. Este es el tercer año que no podrán alimentar al ganado que todavía queda en la isla: el coste de la importación de estos productos desde la península supera el rendimiento de sus pequeñas explotaciones

Al noreste de la isla, en Santa Agnès, una de las zonas más visitadas por los residentes, se encuentra es Pla de Corona, una zona repleta de miles de almendros cuyas flores brillaban a la luz de la luna llena de invierno y que ahora son un espejismo. No existen. Además de agua, necesitan el frío de las noches de invierno para florecer. Todas se han secado y este mismo verano sus cadáveres han sido retirados de la tierra que los mantenía. No solo los cultivos sino que los pinos, esos que dan nombre a las Pitiüses y son parte de su identidad paisajística, se están secando y muriendo por el ataque del Tumicus destruens (el barrenillo de los pinos), que entra en su corteza debido a su falta de humedad, introduciendo las larvas que detienen el flujo de la savia y matándolos por completo. Sobre ellos aún no se ha actuado.


Un hombre instala una de las trampas con feromona contra la procesionaria del pino en Eivissa.

“El Govern tiene que reforzar las medidas de control. Ya le enviamos un documento con los agricultores de Eivissa pidiendo estas medidas. Se están utilizando grandes pozos agrícolas para consumos que no lo son y esto es una competencia del Govern. Ahora mismo hay un total descontrol en el rústico respecto a estos dos temas: el de explotación ilegal de los pozos y el de ampliación de la construcción en estas áreas”, explica Calvo. Esto, unido a los efectos del cambio climático y la presión turística, se hace insostenible.

Disminución de las lluvias entre un 25 y un 40%

Y las cosas parecen que van a ir a peor. La bióloga molecular Julia Bauzá explicaba en 2023, en una conferencia reflejada en la web de Es Nautic de Sant Antoni y consultada por este medio, que, en el mejor de los escenarios posibles, las precipitaciones seguirán disminuyendo, según estudios comparativos realizados por ella, pudiendo llegar a caer entre un 10% y un 30% hacia 2100. En el peor de los casos, la lluvia podría disminuir entre un 25% y un 40%. 

“Estamos viendo una tendencia progresiva a la disminución de las precipitaciones, donde no solo la media anual de precipitaciones baja, sino que también lo hace el número de días que llueve”, añade Bauzá, que cuantifica incluso la pérdida de lluvia en la isla en el último medio siglo: en la década de los 70 llovió de media 50 días y un total de 499 mm al año. Por el contrario, en los últimos 10 años ha llovido de media 9 días menos y 123 mm menos al año. “Esto equivale a que hoy en día ya tenemos alrededor de un 25% menos de precipitaciones y un 20% menos de días de lluvia que en los años 70”, expone.

Estamos viendo una tendencia progresiva a la disminución de las precipitaciones, donde no solo la media anual de precipitaciones baja, sino que también lo hace el número de días que llueve

Julia Bauzá
Bióloga molecular

En cuanto a las temperaturas máximas, en el mejor de los supuestos, subirán entre 3 y 4 grados centígrados hacia 2100, mientras que en el peor llegarán a 6 ó 7 grados centígrados más; es decir, se alcanzarían picos de 50 grados en el mes de agosto. Todos estos cambios tendrían otras consecuencias más allá de la sequía y las olas de calor, ya que también se traducirían en un incremento de los incendios, así como en un mayor número de desastres naturales. Estos, además, generarían efectos muy nocivos sobre la salud de las personas, según las conclusiones de Bauzá que aparecen en esta publicación. 


Desembocadura del río de Santa Eulària (Eivissa)

Desaladoras, despilfarro, piscinas y jardines tropicales

Sin embargo, ni el Govern ni los ayuntamientos, competentes en la gestión del agua en la isla, han establecido medidas suficientes para paliar los efectos de la falta de lluvia y la subida de temperaturas debido al cambio climático, la masificación turística y la falta de control. Los camiones siguen cargando agua en pozos para el consumo de las casas y villas en rústico, que siguen consumiéndola en cantidades ingentes para regar sus jardines tropicales y llenar sus piscinas

Solo en Eivissa, el número de piscinas ha aumentado en 2025 en 524 respecto al año anterior, según datos del catastro publicados por Diario de Ibiza. En estos momentos hay en la isla pitiusa 11.425 frente a las 10.844 de 2024, lo que supone un 5% más y un incremento del 10% desde 2022, con una piscina para 14,5 personas de media.

Pese a la falta de lluvias, los camiones siguen cargando agua en pozos para el consumo de las casas y villas en rústico, que siguen consumiéndola en cantidades ingentes para regar sus jardines tropicales y llenar sus piscinas. 
Solo en Eivissa, el número de piscinas ha aumentado en 2025 en 524 respecto al año anterior: hay una de media cada 14,5 personas

Otro de los puntos a los que se refieren desde la Alianza por el Agua es la falta del cierre de lo que se viene a llamar el Ciclo del Agua. Debido a la falta de masas hídricas subterráneas suficientes para abastecer a la población de Eivissa y a los millones de turistas que acoge cada año, se han construido en la isla tres depuradoras y se prevé la construcción de una cuarta “porque estas instalaciones funcionan ya muy por encima de sus posibilidades”, puntualiza su director. Los municipios de la isla consumen en sus núcleos urbanos agua desalada, “aunque en el de Santa Eulària todavía se suministra a los hogares en invierno con agua de pozo”, según informan desde la Alianza, por lo que se hace difícil la recuperación de las reservas del subsuelo.

Por otro lado, zonas turísticas como el Puerto de Sant Miquel o Cala Llonga siguen manteniendo su alto consumo de agua a través de perforadas, esquilmando un recurso que acabará por ser la tumba de la actividad económica en la isla, como muchos expertos ya auguran. Lo contó este diario el pasado mes de julio. Desde entonces, las cosas no han cambiado, sino que han ido a peor.


Depósito de agua en Sant Miquel, Eivissa

“La solución no es hacer más desaladoras”

“La solución no es hacer más desaladoras, sino que las aguas resultantes de las mismas que no son aptas para el consumo humano se reciclen y puedan ser utilizadas para el riego de cosechas, de jardines… Si este ciclo no se cierra, estaremos perdiendo la oportunidad de dejar descansar las reservas subterráneas y así poder recuperar los acuíferos en la medida de lo posible”, argumentan desde la Alianza por el Agua.

La solución no es hacer más desaladoras, sino que las aguas resultantes de las mismas que no son aptas para el consumo humano se reciclen y puedan ser utilizadas para el riego de cosechas, de jardines…

Alianza por el Agua

Desde la entidad ecologista ibicenca GEN GOB apoyan estos argumentos. “Desde el mes de julio la Conselleria del Mar y Ciclo del Agua ya alertaba que la práctica totalidad del territorio de las Islas se encontraba en prealerta por sequía, pero aquí se siguen construyendo piscinas y urbanizando como si nada. Nuevamente, se está demostrando la incapacidad que tienen nuestros políticos para gestionar los recursos tan limitados y valiosos”, denuncia Agnès Vidal, educadora ambiental de la entidad. “No puede ser que se está construyendo por todos los lugares sin tener garantizada el agua”, añade. 

El Govern presume de planes de futuro

Por su parte, el Govern asegura que se podrán en marcha las medidas reflejadas en el Decreto de Sequía. Entre ellas están el aumento del uso de aguas regeneradas hasta su capacidad máxima, que en estos momentos no está disponible, así como utilizar agua desalada al máximo de la capacidad de las infraestructuras, que ya trabajan por encima de sus posibilidades. La obligación a los camiones cisterna suministradores de agua de cargar al menos el 50% en las desaladoras, que ya se está realizando.

Entre las medidas que plantea el Govern está el aumento del uso de aguas regeneradas hasta su capacidad máxima, que en estos momentos no está disponible, así como utilizar agua desalada al máximo de la capacidad de las infraestructuras, que ya trabajan por encima de sus posibilidades

Asimismo, si en dos meses no aumentan las reservas hídricas, se debe comunicar esta situación a los establecimientos turísticos (que en ese momento permanecerán cerrados), “para que contribuyan a la distribución de material divulgativo y promuevan el cumplimiento de las restricciones por sequía. Los establecimientos turísticos restringirán el agua de las duchas exteriores, jardines y piscinas”, según consta en el Decreto.

Por su parte, la Conselleria competente saca pecho con respecto a las infraestructuras, la inversión y los planes de futuro. El conseller de Ciclo del Agua, Juan Manuel Lafuente, anunció el pasado mes de marzo la licitación de un contrato por valor de 2,7 millones de euros para la automatización del control del agua a todas las Illes Balears. Según este departamento, hay, además, inversiones por 12 millones de euros que se suman a otros proyectos como la desaladora de Santa Eulària, en la que ya se han invertido tres millones de euros de los diez que prevé costar la infraestructura.

Las entidades ecologistas insisten: “Hay que ir más allá. Hay que cerrar el ciclo del agua. Si no, nada servirá para nada”. En estos momentos, está abierto el proceso de tramitación del nuevo Plan Hidrológico que establece la normativa y las inversiones de la cuenca hidrológica de Balears, responsabilidad del Govern balear. “Ya vamos por el tercer Plan Hidrológico y todo ha ido a peor”, aduce Calvo. “El objetivo último del plan es establecer medidas para asegurar la recuperación y buen estado de las masas de agua. En Eivissa ha sido al revés. Y sobre todo en las masas subterráneas, donde ha habido un empeoramiento progresivo”, concluye.