¿Pueden afectar los problemas digestivos al suelo pélvico?

¿Pueden afectar los problemas digestivos al suelo pélvico?

Ascensión Gómez, matrona y fisioterapeuta, advierte: «El suelo pélvico y el aparato digestivo están más conectados de lo que pensamos, y atender su salud es clave para prevenir el estreñimiento, el problema por excelencia derivado de su mal funcionamiento»

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¿Pueden afectar los problemas digestivos al suelo pélvico?

Nuestro suelo pélvico tiene varias funciones, entre ellas la regulación de los esfínteres y la movilidad y sostén de los órganos que se encuentran dentro de la pelvis. Siempre que pensamos en los órganos, nos acordamos de la vejiga y del útero y vagina, pero siempre se nos olvida que el recto desemboca en la ampolla rectal y está directamente relacionada con el suelo pélvico.

Los problemas digestivos pueden afectar al suelo pélvico, y viceversa: los problemas de suelo pélvico pueden generar problemas digestivos o agravar los que pudiera haber. El problema, por excelencia, es el estreñimiento. El estreñimiento y el suelo pélvico son como el huevo y la gallina, que nunca sabemos qué fue primero.

Para empezar, tengamos claro primero a qué nos referimos con estreñimiento y un par de mitos que hay que desterrar. La defecación es una necesidad corporal diaria. Todos los días deberíamos ir al baño, y poder defecar al menos una o dos veces en el día, sin esfuerzo, sin dolor y sin presiones. El estreñimiento no se hereda ni es normal nunca. La dificultad defecatoria, el empujar, ya es un signo de mal funcionamiento del suelo pélvico; y a mayor empuje, mayor lesión, y a mayor lesión más necesidad de empuje. Esto hay que pararlo cuanto antes y reeducar la defecación para que no sea lesiva. Por supuesto habrá que revisar la alimentación, la cantidad de agua que bebemos y el ejercicio que hacemos, que también influye y mucho.

Otros problemas digestivos, especialmente los relacionados con el intestino grueso, también puede generar problemas en la musculatura perineal por las presiones que se pueden generar, por el dolor que favorece el espasmo muscular, por la dificultad defecatoria o la diarrea y por las tensiones que se generan a nivel de los tejidos. Colitis ulcerosas, enfermedad de crohn, cáncer de colon o problemas de disbiosis o sibo, se pueden ver agravadas en la sintomatología por la patología del suelo pélvico, que puede aumentar el dolor e interferir con la defecación.

Ten en cuenta también que el suelo pélvico tiene una relación directa con el abdomen, con los músculos abdominales, con los que trabaja en equipo; si lo que hay dentro del abdomen está inflamado, dolorido o alterado, la musculatura abdominal también lo estará y, con ella, la musculatura perineal. El cuerpo no es un montón de piezas sueltas sino un conjunto que funciona en armonía.

Si hay problemas digestivos, es importante revisar ese suelo pélvico para prevenir lesiones y, sobre todo, para mejorar la sintomatología digestiva.