Andalucía espera más focos de gripe aviar, mira de reojo a Doñana y cruza los dedos para que su impacto se mantenga bajo

Andalucía espera más focos de gripe aviar, mira de reojo a Doñana y cruza los dedos para que su impacto se mantenga bajo

La Junta asume los brotes sin especial preocupación pese a que hay un centenar de municipios en zonas de alto riesgo y apunta que lo más grave sería que el virus golpease con fuerza al parque nacional

Tres casos de gripe aviar en Doñana disparan las alertas y obligan a reforzar los controles

Andalucía acumula ya una decena de focos de gripe aviar confirmados oficialmente, y se asume que es inevitable que se sumen más. Pese a ello, el mensaje es de tranquilidad, sustentado en dos hechos: es muy difícil el contagio a humanos y en los últimos años las cepas no han tenido una alta patogenicidad, no han sido especialmente virulentas. En clave de salud pública, por lo tanto, no están disparadas las alarmas, otra cosa es el impacto que pueda tener en granjas avícolas (bajo por ahora) y sobre todo en Doñana, la cuestión que más preocupa en un año en el que además ha habido más aves en la invernada.

El virus siempre está sobrevolando Andalucía, básicamente porque es punto clave en la ruta migratoria de decenas de miles de pájaros. Por ahora el punto más castigado es urbano, Sevilla capital con tres focos ya confirmados y otros pendientes de verificación oficial, así que el Gobierno andaluz ha elaborado sobre la marcha un protocolo de actuación dirigido a los ayuntamientos, que son los responsables del mantenimiento de sus zonas verdes.

El propio presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, minimizaba este viernes en una entrevista en Onda Cero el impacto del problema, subrayando que “no debemos preocuparnos” con el argumento de que se trata de focos que “hemos tenido en los últimos años”. Este optimismo lo basa en que “no hay que preocuparse desde el punto de vista de la salud de la población”, porque “nunca hemos tenido un contagio de un ave a un ser humano”.

La inquietud por Doñana

Moreno, eso sí, reconoce que la mayor inquietud ahora mismo es que se pueda producir un foco grave en Doñana, en cuyo entorno ya se han dado tres casos que han obligado a reforzar la vigilancia. Ahí, admite, “es muy difícil de controlar” ante la movilidad de las aves, “no podemos poner una reja que cubra el parque”, por lo que confía en que el problema no evolucione hacia “una especie de epidemia aviar” que sería algo “catastrófico en términos medioambientales y económicos”.

Casos de gripe aviar ha habido otros años en Doñana, aunque los brotes detectados no fueron más allá y no se propagaron. “No es la primera vez que tenemos gripe aviar en Doñana, ya hemos tenido con anterioridad y lo más importante es dar tranquilidad a la población y saber que los protocolos funcionan y se ponen en marcha”, apuntaba esta semana la consejera de Sostenibilidad, Catalina García.

Ahora lo que queda es cruzar los dedos para que las cepas actuales no sean muy contagiosas y minimizar así el riesgo de que la cosa se salga de madre en uno de los principales santuarios de aves de toda Europa. En este sentido, la organización ecologista WWF ha reclamado la suspensión de la caza como medida preventiva.


Limpieza de un estanque del parque de María Luisa de Sevilla.

Concentraciones de aves en los puntos con agua

Pero antes de continuar, ¿qué es exactamente la gripe aviar y por qué se da ahora este brote? Está causada por el virus influenza de tipo A y su reservorio natural son las aves silvestres, principalmente las relacionadas con ambientes acuáticos como patos, gansos o gaviotas. Martina Ferraguti, investigadora del CSIC en la Estación Biológica de Doñana, incide aquí en el ánade real, “especie clave” en la distribución de este problema por toda Europa dadas sus características: amplia distribución, abundancia, movimientos migratorios y tendencia a formar grupos, a lo que une su capacidad para propagar el virus sin desarrollar una enfermedad grave.

Hablamos de un virus respiratorio que se transmite principalmente a través del contacto directo entre aves, ya sea por partículas que salen de la zona respiratoria u oral y también a través de las heces. Estas son las vías de infección al compartir espacios de alimentación o agua, un recurso que al disminuir en verano propicia que se encuentre en pocos puntos. “Esto hace que muchas aves se concentren en los escasos humedales inundados, aumentando la densidad y las probabilidades de transmisión si llega un ave infectada”, subraya Ferraguti.

Los controles indican que el virus circula constantemente por Andalucía, pero hasta la fecha la prevalencia es baja (comparada sobre todo con el norte de Europa) y no se han detectado cepas de alta patogenicidad. A esto se aferran las autoridades sanitarias para reiterar que es muy difícil el contagio a seres humanos, como de hecho lo es, ya que esta posibilidad “se limita a variantes del virus H5N1 con mutaciones que facilitan su transmisión a mamíferos, que no han sido detectadas hasta el momento en España”.

Vendrán nuevos focos

El director general de Salud Pública de la Consejería de Salud andaluza, Manuel Fernández, reconocía en una entrevista en Radio Sevilla (Cadena SER) que en estos momentos hay una “circulación activa” del virus en aves, por lo que “es previsible que sigan apareciendo focos tanto en aves de corral como silvestres y en zonas urbanas y periurbanas”. En la misma línea se expresa su jefa, la consejera Rocío Hernández, que admite que es muy probable “que en los próximos días y semanas aparezcan más aves muertas en Andalucía”.


Cierre el pasado jueves de las puertas del parque de María Luisa, que reabrió un día después.

Ante esta evidencia, y el hecho de que los principales focos por ahora son urbanos, el protocolo que el Gobierno andaluz ha elaborado para los consistorios establece que tienen que informar a las autoridades sanitarias cuando aparezcan tres cadáveres o más de aves en un mismo sitio o espacio y no se conozca el motivo del fallecimiento. “Manipular cualquier animal muerto sin conocer la causa y sin la adecuada protección siempre es una práctica de riesgo que puede conllevar riesgos de varias enfermedades zoonóticas”, señala el documento.

En aplicación de este protocolo, el Ayuntamiento de Sevilla ha reabierto las cuatro zonas verdes que se ha visto forzado a cerrar por esta crisis, después de limpiar y desinfectar estanques, reforzar la vigilancia, vallar zonas sensibles y colocar cartelería informativa con recomendaciones al público. Pese a ello, a las pocas horas de abrir de nuevo el parque de María Luisa aparecían cuatro aves muertas, lo que indica que el virus sigue circulando pese a todos estos trabajos preventivos.

Distancia mínima de un metro

En cuanto a las recomendaciones a la ciudadanía, se insta a mantener una distancia mínima de al menos un metro para evitar así el contacto directo con las aves acuáticas o silvestres de los parques, a las que no hay que dar de comer para así evitar que se aglomeren. Además de no tocar superficies sucias de excrementos de aves, tampoco hay ni que tocar ni manipular un cadáver o un ave enferma, motivo por el que se insta a llevar a las mascotas con correa y que así no se acerquen a un cuerpo muerto o a zonas de excrementos.

Ecologistas en Acción ya ha alertado de que “no se está cumpliendo el operativo supuestamente basado en los estrictos protocolos”, como demostraría la aparición de nuevos casos de aves muertas en espacios verdes de la capital hispalense hasta ahora libres de la enfermedad. A su juicio, la “epidemia” de gripe aviar “lejos de estar controlada continúa extendiéndose”, y alude a las guías de referencia del Ministerio de Agricultura para incidir en que “las medidas ni se han tomado ni se están realizando adecuadamente”.

El actual episodio de influenza aviar se está dando por ahora con más intensidad en núcleos urbanos, lo que tiene su importancia porque en Andalucía hay 108 municipios en zonas de especial riesgo, básicamente en Sevilla (con 47, casi la mitad), Huelva (23) y Cádiz (18). La relación incluye las capitales de estas tres provincias, mientras que sólo Granada y Jaén no figuran en este mapa cuya última actualización es de abril. Al margen se recogen también 17 humedales, incluyendo Doñana, su entorno y hasta los grandes arrozales cercanos.