Un estudio cifra en 34.819 millones la factura por los fenómenos climáticos extremos de este verano en España

Un estudio cifra en 34.819 millones la factura por los fenómenos climáticos extremos de este verano en España

La cifra tiene solo en cuenta olas de calor, sequías e inundaciones, y no los incendios del pasado agosto, y estima en más de 126.000 millones las pérdidas a medio plazo en toda Europa

Los culpables tienen cara: las 180 empresas más emisoras de CO2 agravaron la virulencia de las olas de calor

Un estudio publicado este lunes cifra en más de 34.000 millones de euros las pérdidas a medio plazo de los eventos climáticos extremos (como olas de calor y sequías) experimentadas en España solo este verano, y sin tener en cuenta el efecto de los gravísimos incendios del pasado agosto.

El informe, coordinado por Sehrish Usman, investigadora de la Universidad de Mannheim (Alemania), y en el que han participado Miles Parker, Senior Lead Economist del Banco Central Europeo (BCE), y otro experto de este organismo, cifra el coste macroeconómico para Europa de las olas de calor, las sequías y las inundaciones de este verano en más de 43.000 millones a corto plazo (a 2025), el 0,26% del PIB de toda la UE, y en más de 126.000 millones de euros a medio plazo (para 2029).

A nivel nacional, España figura como uno los países más afectados, junto a Francia e Italia, con pérdidas estimadas en 34.819 millones a largo plazo (para 2029) y de 12.200 millones en el corto plazo (en 2025). Destacan las pérdidas por sequías en España, cifradas en 10.700 millones solo para este año y en 27.600 millones hasta 2029.

En el caso de las olas de calor, el daño estimado solo en 2025 para España se cifra en 1.479 millones, y de 7.220 millones hasta 2029, solo superado por lo estimado para Francia, donde las pérdidas alcanzan, respectivamente, 4.793 millones y 20.273 millones.

El estudio subraya que 2021, 2022 y 2023 estuvieron entre los años con mayores daños causados por eventos meteorológicos extremos en Europa. El análisis ofrece estimaciones del impacto macroeconómico de las olas de calor, las sequías y las inundaciones en aquellas zonas geográficas donde se hayan producido dichos fenómenos de manera significativa este verano.

Estas zonas siguen la nomenclatura NUTS en función de diferentes umbrales demográficos: provincias, Comunidades Autónomas y supraregiones: olas de calor en las provincias de Navarra, Huesca, Teruel, Girona, Lleida y Tarragona y sequías en trece comunidades autónomas: Galicia, La Rioja, Aragón, Comunidad de Madrid, Castilla y León, Castilla-la Mancha, Extremadura, Comunitat Valenciana, Illes Balears, Andalucía, Región de Murcia y Ceuta y Melilla. También hay datos agregados a nivel estatal.

Los autores subrayan que “estas estimaciones son probablemente conservadoras”, ya que no incluyen otros peligros como los incendios forestales, que han sido muy importantes durante julio y agosto. Los autores recuerdan que en 2025 han ardido más de un millón de hectáreas en la UE, incluyendo cerca del 3% de la superficie de Portugal, un récord que “añadirá sustanciales pérdidas” adicionales a las que estiman los autores, que son sustancialmente superiores a los 31.000 millones de euros en pérdidas económicas directas de todos los desastres naturales en Europa durante todo el año 2024 (según datos de reaseguradoras).

Aunque hay una importante “incertidumbre” sobre estas estimaciones, los autores concluyen que “los fenómenos meteorológicos extremos tienen un impacto económico cada vez mayor en Europa. Con el cambio climático continuo, es probable que estos impactos aumenten en las próximas décadas. Las estimaciones de estas pérdidas suelen presentar grandes retrasos, lo que puede dificultar la respuesta de los responsables políticos. Esto ocurre especialmente en el caso de fenómenos como las olas de calor, donde gran parte del impacto económico se debe a la supresión de la actividad económica, más que a daños físicos”.

Estas cifras llegan en vísperas de la reunión en la que el próximo jueves los ministros de Medio Ambiente de la UE debatirán el objetivo climático de la UE para 2040.

El pasado julio, la Comisión Europea desveló una propuesta para reducir emisiones de gases de efecto invernadero para luchar contra el cambio climático un 90% en 2040 en comparación con los niveles de 1990, como un paso intermedio hacia la consecución de la neutralidad climática en 2050.

Una ambiciosa propuesta, en línea con la avanzada el pasado febrero (menos ambiciosos que la de los borradores previos) que requiere del visto bueno del Parlamento Europeo y el Consejo, en un momento en el que el liderazgo climático mundial de Europa está bajo presión ante el negacionismo del presidente estadounidense, Donald Trump, y el auge de la extrema derecha en distintos territorios.